Sociedad Bíblica

Antiguo Testamento
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Jueces
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
2 Reyes
1 Crónicas
2 Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Job
Salmos
Proverbios
Eclesiastés
Cantar de los Cantares
Isaías
Jeremías
Lamentaciones
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonás
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Hageo
Zecarías
Malaquías
Libros Deuterocanónicos
Tobit
Judit
Ester (dc)
1 Macabeos
2 Macabeos
Eclesiástico
Sabiduría
Baruc
Daniel (dc)
Nuevo Testamento
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Hechos
Romanos
1 Corintios
2 Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Colosenses
1 Tesalonicenses
2 Tesalonicenses
1 Timoteo
2 Timoteo
Tito
Filemón
Hebreos
Santiago
1 Pedro
2 Pedro
1 Juan
2 Juan
3 Juan
Judas
Apocalipsis


BIBLIJA.net   - La Biblia en Internet
Buscar Referencia     Buscar palabra
Pasaje:   

Menú compacto
Versiones:  DHH  DHHn  RVR95  RVR95n Elija entre todas las versiones   Acerca de las versiones Ayuda
Idioma

Daniel (dc) 13,1-41

Daniel (dc) :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

13 SUSANAa
Susana, condenada a muerte
Vivía en Babilonia un hombre que se llamaba Joaquín. Estaba casado con una mujer llamada Susana,b hija de Hilcías, que era muy bonita y respetuosa del Señor. Sus padres eran rectos y la habían educado de acuerdo con la ley de Moisés. Joaquín era muy rico, y junto a su casa tenía un jardín con árboles. Y como era el hombre más importante de todos, los judíos tenían la costumbre de reunirse en su casa.
Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos del pueblo. Pero eran de aquellos de quienes dijo el Señor: “La maldad apareció en Babilonia por obra de ancianos y jueces que solo en apariencia guiaban al pueblo.”c Estos hombres iban con frecuencia a la casa de Joaquín, y todos los que tenían algún pleito acudían a ellos.
A mediodía, cuando la gente se iba, Susana acostumbraba a salir de paseo al jardín de su esposo. Los dos ancianos, que todos los días la veían salir a pasear, se llenaron de pasión por ella y tuvieron pensamientos perversos; no volvieron a tener en cuenta a Dios ni se acordaron de lo que es la rectitud. 10 Ambos estaban llenos de pasión por Susana, pero no se manifestaron el uno al otro su tormento, 11 porque les daba vergüenza descubrir sus deseos de tener relaciones con ella. 12 Y todos los días buscaban impacientes la ocasión de verla.
13 Una vez se dijeron el uno al otro: “Vámonos a casa, que ya es hora de comer.” Y cada uno se fue por su lado. 14 Pero ambos regresaron y se encontraron de nuevo en el mismo sitio. Se preguntaron uno a otro por qué lo habían hecho, y mutuamente se confesaron los malos deseos que tenían. Entonces se pusieron de acuerdo para buscar un momento en que pudieran encontrar sola a Susana.
15 En cierta ocasión, mientras esperaban el día oportuno, Susana fue al jardín, como de costumbre, acompañada solamente de dos muchachas. Y tuvo deseos de bañarse en el jardín, porque hacía mucho calor. 16 Fuera de los dos ancianos que estaban escondidos espiándola, nadie más había allí. 17 Susana dijo a las muchachas: “Traedme aceite y perfumes, y cerrad las puertas del jardín, porque voy a bañarme.” 18 Ellas hicieron lo que les mandó; cerraron las puertas del jardín y salieron por una puerta lateral para traer lo que les había encargado. Como los ancianos estaban escondidos, no los vieron.
19 Apenas salieron las muchachas, fueron corriendo los dos viejos hacia ella 20 y le dijeron:
–Mira, las puertas del jardín están cerradas; nadie nos ve. Estamos llenos de pasión por ti; acepta y entrégate a nosotros. 21 De lo contrario, te acusaremos de que un joven estaba contigo y que por eso mandaste salir a las muchachas.
22 Susana se echó a llorar y dijo:
–¡No tengo elección! Si hago lo que vosotros me proponéis, seré condenada a muerte,d y si me resisto, no podré escapar de vuestros manos. 23 Pero prefiero resistirme y caer en vuestras manos, antes que pecar contra el Señor.e
24 Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas, y también los dos viejos gritaron. 25 Uno de los dos corrió y abrió las puertas del jardín. 26 Al oir que gritaban en el jardín, la gente de la casa vino corriendo por la puerta lateral para ver qué sucedía. 27 Y cuando los viejos contaron su historia, la gente del servicio se llenó de vergüenza, porque nunca habían oído decir cosa semejante de Susana.
28 Al día siguiente, cuando el pueblo se reunió en la casa de Joaquín, el esposo de Susana, vinieron los dos viejos con el malvado plan de hacer que la mataran. 29 Y dijeron delante del pueblo: “Mandad traer a Susana, la hija de Hilcías y esposa de Joaquín.” Y la hicieron venir. 30 Ella se presentó acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes. 31 Susana era una mujer muy delicada y bonita. 32 Como estaba cubierta con un velo, aquellos malvados le ordenaron que se lo quitara, para poder darse el gusto de contemplar su belleza. 33 Pero todos los de su familia, y sus amigos, y todos los que la veían, lloraban.
34 Entonces los dos viejos, de pie en medio de la gente, pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.f 35 Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque en su corazón confiaba en el Señor.
36 Los viejos dijeron: “Mientras estábamos solos, paseando por el jardín, llegó esta mujer con dos muchachas, hizo cerrar las puertas del jardín y despidió a las muchachas. 37 Inmediatamente se acercó un joven que había estado escondido, y ella se le entregó. 38 Nosotros estábamos en un rincón del jardín, y cuando vimos esta maldad fuimos corriendo a donde ellos estaban. 39 Los vimos abrazados, pero no pudimos atrapar al joven, porque era más fuerte que nosotros y abrió las puertas y se escapó. 40 Entonces la agarramos a ella y le preguntamos quién era ese joven, 41 pero no nos lo quiso decir. Esto lo declaramos como testigos.”
El pueblo que estaba reunido les creyó, pues eran ancianos del pueblo y además jueces. Así que la condenaron a muerte.

© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España




-ltima actualización del programa: 7/4/2020