Intervención de Daniel
42 Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas: “¡Dios eterno, que conoces las cosas ocultas,g que sabes todo antes de que suceda,
43 tú sabes que estos hombres han declarado falsamente contra mí! ¡Mira que voy a morir, a pesar de no haber hecho ninguna de las cosas que han inventado contra mí estos malvados!”
44 El Señor escuchó los gritos de Susana.
45 Y mientras la llevaban para matarla, Dios despertó el espíritu santo de un joven que se llamaba Daniel,h
46 el cual gritó con todas sus fuerzas:
–¡Yo no me hago responsable de la muerte de esta mujer!
47 Todos se volvieron hacia él, y le preguntaron:
–¿Qué significa eso que acabas de decir?
48 Él se puso en medio de ellos y les dijo:
–¿Tan tontos sois, israelitas, que condenáis a una mujer de nuestro pueblo sin averiguar ni examinar bien el asunto?
49 Volved al juzgado, porque lo que estos hombres han declarado contra ella es mentira.
50 Entonces todo el pueblo volvió rápidamente. Y los otros ancianos dijeron a Daniel:
–Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, pues Dios te ha dado el mismo derecho que a los ancianos.
51 Daniel les dijo:
–Separad a buena distancia a los dos viejos, y yo les haré un interrogatorio.
52 Los separaron, y entonces mandó llamar a uno y le dijo:
–Viejo en años y en maldad, ahora van a recaer sobre ti los pecados que cometiste en otro tiempo,
53 cuando dictabas sentencias injustas condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, a pesar de que el Señor ha dicho: ‘No condenes a muerte al hombre inocente y sin culpa.’i
54 Bueno, si de veras la viste pecar, dinos debajo de qué árbol los viste juntos.
Él respondió:
–Debajo de un castaño.j
55 Daniel le dijo:
–¡Muy bien! Dijiste una mentira que va ser tu perdición. ¿Conque debajo de un *castaño*? ¡Pues el ángel de Dios ya recibió de él la orden de *castigarte* partiéndote en dos!
56 Entonces mandó que se llevaran a este y trajeran al otro viejo. Y le dijo:
–¡Hombre de la raza de Canaán,k y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón!
57 Así es como veníais haciendo con las mujeres de Israel,l y ellas, por miedo, se os entregaban. Pero esta mujer de la tribu de Judá no quiso consentir en vuestra maldad.
58 Ahora dime, ¿debajo de qué árbol los sorprendiste juntos?
–Debajo de una encinam –respondió él.
59 Y Daniel dijo:
–¡Muy bien! Tú también dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de una *encina*? ¡Pues el ángel de Dios está esperando, con la espada lista, para dejártela caer *encima* y rajarte por la mitad! ¡Así va a mataros a los dos!
60 Entonces todo el pueblo reunido alzó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que confían en él.
61 Y como Daniel hizo que los dos viejos mostraran por su propia boca que habían declarado falsamente, todos se volvieron contra ellos y les aplicaron el mismo castigo que ellos, en su maldad, pensaban aplicar a Susana:
62 de acuerdo con la ley de Moisés,n los mataron. Y así aquel día se salvó la vida de una persona inocente.
63 Hilcías y su mujer dieron gracias a Dios por su hija Susana, y lo mismo hicieron Joaquín, su esposo, y todos sus parientes, porque no se descubrió nada deshonroso en ella.
64 Y desde aquel día en adelante, Daniel fue muy estimado por el pueblo.
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