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Deuteronomio 5-11

Deuteronomio :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34

II. SEGUNDO DISCURSO INTRODUCTORIO DE MOISÉS (5–11)
Los diez mandamientos
(Ex 20.1-17)
5
Moisés reunió a todo el pueblo de Israel y les dijo:a
“Escuchad, israelitas, las leyes y decretos que hoy voy a comunicaros. Aprendedlos bien y ponedlos en práctica.
“El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Horeb. No lo hizo solamente con nuestros antepasados, sino también con todos nosotros, los que hoy estamos aquí reunidos. El Señor habló con vosotros en el monte, cara a cara, de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre el Señor y vosotros, para comunicaros la palabra del Señor, ya que teníais miedo del fuego y no subisteis al monte. Y el Señor dijo:
‘Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.b
‘No tengas otros dioses aparte de mí.
‘No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra.c No te inclines delante de ellos ni les rindas culto,d porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos, 10 pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos.e
11 ‘No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios,f pues el Señor no dejará sin castigo al que use mal su nombre.
12 ‘Ten presente el sábado, para consagrárselo al Señor, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado.g 13 Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, 14 pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas trabajo alguno en ese día,h ni tampoco tu hijo o tu hija, ni tu esclavo o tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descansen igual que tú. 15 Recuerda que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí desplegando gran poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena cumplir con el día de reposo.i
16 ‘Honra a tu padre y a tu madre, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que vivas una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.j
17 ‘No mates.k
18 ‘No cometas adulterio.l
19 ‘No robes.m
20 ‘No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo.n
21 ‘No codiciesñ la mujer de tu prójimo. No desees la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su esclavo o su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.’
El temor del pueblo
(Ex 20.18-26)
22 “Estas son las palabras que el Señor pronunció en voz alta, de en medio del fuego y de una nube espesa, cuando todos estaban reunidos al pie del monte. Después ya no dijo más, y escribió estas palabras en dos tablas de piedra, y me las entregó. 23 Pero cuando oísteis aquella voz que salía de entre las tinieblas, y visteis el monte en llamas, todos vosotros, los jefes de las tribus y los ancianos, vinisteis a hablar conmigo 24 y me dijisteis: ‘Verdaderamente el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloriao y su poder, y hemos oído su voz, que salía de en medio del fuego. Hoy hemos comprobado que Dios puede hablar con los hombres sin que ellos mueran.p 25 Sin embargo, ¿para qué exponernos a morir consumidos por este terrible fuego? Si volvemos a escuchar la voz del Señor nuestro Dios, moriremos; 26 pues, ¿qué hombre hay que pueda escuchar la voz del Dios viviente hablando de en medio del fuego, como la hemos oído nosotros, sin que le cueste la vida?q 27 Mejor es que tú te acerques y escuches todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y luego ya nos dirás lo que te haya comunicado, y nosotros cumpliremos lo que se nos diga.’r
28 “Mientras vosotros me hablabais, el Señor estaba escuchando lo que decíais, y entonces me dijo: ‘He oído todo lo que ha dicho este pueblo, y me ha parecido muy bien. 29 ¡Ojalá piensen siempre de la misma manera, y me honren y cumplan mis mandamientos todos los días, para que tanto ellos como sus hijos tengan siempre una vida dichosa! 30 Ve y diles que regresen a sus tiendas de campaña; 31 pero tú quédate aquí conmigo, porque te voy a decir todos los mandamientos, leyes y decretos que les has de enseñar, para que los pongan en práctica en el país que les voy a dar en propiedad.’ 32 Así que poned en práctica todo lo que el Señor vuestro Dios os ha ordenado, sin desviaros de ello para nada. 33 Seguid el camino que el Señor vuestro Dios os ha señalado, para que os vaya bien y viváis muchos años en la tierra que él os va a dar en propiedad.
El gran mandamiento
6
“Estos son los mandamientos, leyes y decretos que el Señor vuestro Dios me ha ordenado enseñaros, para que los pongáis en práctica en el país del cual vais a tomar posesión. De esta manera honraréis al Señor vuestro Dios, y cumpliréis durante toda vuestra vida las leyes y los mandamientos que yo os mando a vosotros, a vuestros hijos y a vuestros nietos; y así viviréis muchos años. Por lo tanto, israelitas, ponedlos en práctica. Así os irá bien y llegaréis a ser un pueblo numeroso en esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua,a tal como el Señor y Dios de vuestros antepasados os lo ha prometido.
“Oye, Israel:b El Señor nuestro Dios es el único Señor.c
“Ama al Señor tu Diosd con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.e
“Graba en tu mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes, y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente, como señales,f y escríbelos también en los postesg y en las puertas de tu casa.h
Moisés recomienda obediencia
10 “El Señor y Dios vuestro os va a hacer entrar en el país que juró que les daría a vuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacobi . Es un país con grandes y hermosas ciudades que vosotros no construisteis; 11 con casas llenas de todo lo mejor, que vosotros no llenasteis; con pozos que no cavasteis, y viñedos y olivos que no plantasteis, pero de los cuales comeréis hasta quedar satisfechos. 12 Cuando eso suceda procurad no olvidaros del Señor, que os sacó de Egipto, donde erais esclavos. 13 Adoradj al Señor vuestro Dios y servidle solo a él,k y cuando tengáis que hacer un juramento, hacedlo solo en el nombre del Señor. 14 No vayáis tras los dioses que adoran los pueblos vecinos, 15 porque el Señor vuestro Dios, que está con vosotros, es un Dios celoso, y puede encenderse su ira contra vosotros y destruiros totalmente.
16 “No pongáis a prueba al Señor vuestro Dios,l como hicieron en Masá.m 17 Cumplid fielmente los mandamientos del Señor vuestro Dios, y los mandatos y leyes que os ha ordenado. 18 Haced lo que es recto y agradable a los ojos del Señor, para que os vaya bien y toméis posesión de la buena tierra que el Señor juró dar a vuestros antepasados, 19 y para que el Señor haga huir a todos los enemigos que se enfrenten con vosotros, tal como lo ha prometido.
20 “Cuando algún día vuestros hijos os pregunten: ‘¿Qué significan estos mandatos, leyes y decretos que nos ha ordenado el Señor nuestro Dios?’,n 21 vosotros les responderéis:ñ ‘Nosotros éramos esclavos del faraón, en Egipto, y el Señor nos sacó de allí con gran poder. 22 Y vimos los grandes y terribles prodigios y las señales que el Señor realizó en Egipto contra el faraón y toda la casa real; 23 pero a nosotros nos sacó de allí y nos llevó al país que había prometido a nuestros antepasados, y nos lo dio.o 24 Después el Señor nuestro Dios nos mandó poner en práctica todos estos mandamientos y tenerle reverencia, para que nos vaya bien y para que él nos conserve la vida como hasta ahora. 25 Así que nosotros haremos bien en cumplir cuidadosamente estos mandamientosp ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado.’
7 Advertencias contra la idolatríaa
(Ex 34.10-17)
“El Señor, el Dios vuestro, os va a hacer entrar en el país del cual habéis de tomar posesión, y echará de vuestra presencia a siete naciones más grandes y poderosas que vosotros: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.b Cuando el Señor vuestro Dios haya hecho caer a estas naciones en vuestro poder, y vosotros las hayáis derrotado, las destinaréis a la destrucción y no haréis con ellas ningún pactoc ni les tendréis compasión.d Tampoco emparentaréis con ellas, ni casaréis a vuestros hijos e hijas con las jóvenes y los muchachos de esas gentes, porque ellos harán que vuestros hijos se aparten del Señor y adoren a otros dioses; entonces la ira del Señor se encenderá contra vosotros y os destruirá en un abrir y cerrar de ojos. Lo que tenéis que hacer es derribar los altares paganos de ellos, destruir por completo las piedras y los troncos a los que rinden culto, y quemar sus ídolos.e Porque vosotros sois un pueblo apartado especialmente para el Señor vuestro Dios; el Señor os ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra para que le seáis un pueblo especial.f
Privilegios y obligaciones de Israel
“Si el Señor os ha preferido y elegido a vosotros, no es porque seáis la más grande de las naciones, ya que en realidad sois la más pequeña de todas ellas.g El Señor os sacó de Egipto, donde erais esclavos, y con gran poder os libró del dominio del faraón, porque os amah y quiso cumplir la promesa que había hecho a vuestros antepasados. Reconoced, pues, que el Señor vuestro Dios es el Dios verdadero, que cumple fielmente su pacto generación tras generación con los que le aman y cumplen sus mandamientos, 10 pero que destruye a aquellos que le odian, dándoles su merecido.i ¡Sin tardanza da su merecido a los que le odian! 11 Cumplid, pues, los mandamientos, leyes y decretos que en este día os ordeno que pongáis en práctica.
Bendiciones a los que obedecen
(Lv 26.3-13; Dt 28.1-14)
12 “Si después de haber escuchado estos decretos, los cumplís y los ponéis en práctica, entonces el Señor vuestro Dios cumplirá fielmente su pacto y la promesa que hizo a vuestros antepasados. 13 Os amará, os bendecirá y os hará crecer en número; bendecirá a vuestros hijos, y vuestras cosechas, vuestro trigo, vuestro vino y vuestro aceite, y las crías de vuestro vacas y ovejas, en el país que a vuestros antepasados juró que os daría.j 14 Seréis bendecidos más que todos los pueblos; no habrá entre vosotros mujer que no pueda concebir hijos ni hombre que no pueda engendrarlos, ni tampoco entre vuestros ganados habrá machos ni hembras estériles. 15 El Señor alejará de vosotros toda enfermedad y todas las terribles plagas que, como bien sabéis, envió sobre Egipto; en cambio, hará sufrir con ellas a todos vuestros enemigos. 16 Pero vosotros debéis exterminar a todos los pueblos que el Señor vuestro Dios ponga en vuestras manos; no les tengáis compasión ni adoréis a sus dioses, porque eso sería vuestra perdición.k
17 “Tal vez lleguéis a pensar: ‘Estas naciones son más numerosas que nosotros; ¿cómo podremos desalojarlas?’ 18 ¡Pues no les tengáis miedo! Acordaos de lo que hizo el Señor vuestro Dios con el faraón y con todos los egipcios; 19 pensad en las grandes pruebas de las que fuisteis testigos, y en las señales y prodigios, y en el gran poder que desplegó el Señor vuestro Dios cuando os sacó de Egipto. Eso mismo hará el Señor con todos los pueblos a los cuales teméis. 20 Además, el Señor enviará un pánico tremendol entre ellos, que acabará con los que hayan quedado con vida o se hayan escondido. 21 Así que no tembléis ante ellos, porque el Señor vuestro Dios, el Dios grande y terrible, está con vosotros. 22 Poco a poco, el Señor irá expulsando de delante de vosotros a estas naciones; vosotros no podríais acabar con ellas de una sola vez, porque el número de bestias salvajes aumentaría a vuestro alrededor y os atacarían.m 23 Pero el Señor vuestro Dios pondrá estas naciones en vuestras manos e irá acabando con ellas hasta que sean destruidas.n 24 A sus reyes los someterá a vuestro poder, y haréis que nadie en el mundo vuelva a acordarse de ellos. Ninguno de ellos podrá resistir vuestro ataque, así que vosotros los exterminaréis a todos. 25 Quemaréis las imágenes de sus dioses, pero no intentéis quedaros con el oro y la plata que las recubren; no caigáis en esa tentación, pues cometeríais una acción despreciable ante el Señor. 26 Por lo tanto, no llevéis a vuestras casas nada que sea despreciable, para que no seáis también destruidos. Eso está destinado a la destrucción, así que debéis considerarlo como algo despreciable.
No solo de pan vive el hombre
8
“Poned en práctica los mandamientos que yo os he ordenado hoy, para que así podáis vivir y llegar a ser un pueblo numeroso, y conquistéis este país que el Señor prometió a vuestros antepasados. Acordaosa de todo el camino que el Señor vuestro Dios os hizo recorrer en el desierto durante cuarenta años para humillarosb y poneros a prueba,c a fin de conocer vuestros pensamientos y saber si ibais a cumplir o no sus mandamientos. Y aunque os hizo sufrir y pasar hambre, después os alimentó con maná, comida que ni vosotros ni vuestros antepasados habíais conocido, para haceros saber que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de los labios del Señor.d Durante esos cuarenta años no se os envejeció la ropa, ni se os hincharon los pies.e Daos cuenta de que el Señor vuestro Dios os ha corregido del mismo modo que un padre corrige a su hijo.f Cumplid, pues, los mandamientos del Señor vuestro Dios, y honradlo y seguid las enseñanzas que él os ha dado. Porque el Señor os va a llevar a una buena tierra, a un país lleno de arroyos, fuentes y manantiales que brotan en los valles y en los montes; es una tierra donde hay trigo, cebada, viñedos, higueras, granados, olivos y miel. En ese país no tendréis que preocuparos por la falta de alimentos ni por ninguna otra cosa; en sus piedras encontraréis hierro y de sus montes sacaréis cobre.g 10 Pero después que hayáis comido y os sintáis satisfechos, alabaréis al Señor vuestro Dios por la buena tierra que os ha dado.
No olvidarse de Dios
11 “Tened cuidado de no olvidaros del Señor vuestro Dios. No dejéis de cumplir sus mandamientos, decretos y leyes que os he ordenado hoy.h 12 Cuando hayáis comido y estéis satisfechos, y viváis en las buenas casas que hayáis construido, 13 y veáis que vuestras vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que vuestro oro y vuestra plata y todas vuestros propiedades, 14 no os llenéis de orgullo ni os olvidéis del Señor vuestro Dios,i que os sacó de Egipto, donde erais esclavos; 15 que os hizo marchar por el grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosasj y escorpiones, y donde no había agua. Pero él sacó agua de una dura roca y os dio de beber,k 16 y en el desierto os alimentó con maná, comida que vuestros antepasados no habían conocido, para humillaros y poneros a prueba, y para vuestro propio bien a fin de cuentas.l
17 “No se os ocurra pensar: ‘Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.’ 18 Debéis acordaros del Señor vuestro Dios, ya que ha sido él quien os ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con vosotros el pacto que antes había hecho con vuestros antepasados.
19 “Pero si os olvidáis del Señor vuestro Dios, y os vais tras otros dioses y les rendís culto, yo os aseguro desde ahora que seréis destruidos por completo. 20 De la misma manera que el Señor destruirá a las naciones que encontréis a vuestro paso, así también seréis vosotros destruidos por haber desobedecido al Señor vuestro Dios.
El mérito es solo del Señor
9
“Escuchad, israelitas: ha llegado el momento de que crucéis el Jordán y os lancéis a la conquista de naciones más grandes y poderosas que vosotros, y de grandes ciudades rodeadas de murallas muy altas; sus habitantes son grandes y altos como los descendientes del gigante Anac, y ya conocéis el dicho: ‘¿Quién puede hacer frente a los descendientes del gigante Anac?’a
“Ahora pues, sabed que el Señor vuestro Dios es el que marcha delante de vosotros, y que es como un fuego devoradorb que ante vosotros destruirá y humillará a esas naciones. Vosotros las desalojaréis y las destruiréis en un abrir y cerrar de ojos, tal como el Señor os lo ha prometido. Cuando el Señor vuestro Dios los haya arrojado de vuestra presencia, no os digáis a vosotros mismos: ‘Gracias a nuestros méritos,c el Señor nos ha dado posesión de este país’, porque si el Señor los expulsa, es a causa de la maldad de ellos.d No es, pues, por vuestros méritos ni por vuestra bondad por lo que vais a tomar posesión de su país; el Señor los arroja de vuestra presencia a causa de la propia maldad de ellos y para cumplir la promesa que hizo a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados vuestros. Habéis de saber que no es debido a vuestros méritos el que el Señor vuestro Dios os dé la posesión de esa buena tierra, pues vosotros sois un pueblo muy terco.e
Rebelión de Israel en Horeb
(Ex 31.18–32.35)
“Nunca debéis olvidar que habéis contrariado al Señor vuestro Dios en el desierto. Desde que salisteis de Egipto y hasta que llegasteis a este lugar, siempre le habéis sido rebeldes.f Ya en el monte Horebg provocasteis la ira del Señor, y tanto se enojó contra vosotros, que a punto estuvo de destruiros. Yo subí al monte para recoger las tablas de piedra, las tablas del pacto que el Señor había hecho con vosotros, y me quedé allí cuarenta días y cuarenta noches,h sin comer ni beber. 10 El Señor me dio entonces las dos tablas de piedra, escritas por él mismo, que contenían todas las palabras que él os había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día en que todos nos reunimos. 11 Pasados aquellos cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto, 12 y me dijo: ‘Anda, baja pronto de ahí, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha descarriado. Muy pronto han dejado de cumplir lo que yo les ordené, y se han hecho un ídolo de metal fundido.’i
13 “El Señor también me dijo: ‘Ya he visto que este pueblo es muy terco. 14 Quítate de mi camino, que voy a destruirlos y a borrar de la tierra su memoria; pero de ti haré una nación más fuerte y numerosa que ellos.’j
15 “Cuando bajé del monte, que estaba ardiendo, traía en mis manos las dos tablas del pacto.k 16 Pero al ver que habíais pecado contra el Señor, y que os habíais hecho un becerro de metal fundido, abandonando así el camino que el Señor os había ordenado seguir, 17 arrojé de mis manos las dos tablas que traía y las hice pedazos delante de vosotros.l 18 Después me arrodillé delante del Señor y, tal como ya lo había hecho antes, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber nada, por causa del pecado que habíais cometido, con el que ofendisteis al Señor y provocasteis su ira.m 19 Yo estaba asustado del enojo y furor que el Señor manifestó contra vosotros, que llegaba al punto de querer destruiros; pero, una vez más, el Señor me escuchó. 20 También estaba el Señor muy enojado con Aarón y quería destruirlo, pero yo intervine en su favor; 21 luego cogí el becerro que habíais hecho y con el cual pecasteis, y lo eché al fuego, y después de molerlo hasta convertirlo en polvo, lo arrojé al arroyo que baja del monte.
22 “También en Taberá,n en Masáñ y en Quibrot-hataavá,o provocasteis la ira del Señor. 23 Y cuando el Señor os ordenó partir de Cadés-barneap para ir a tomar posesión del país que él os había dado,q también os opusisteis a su mandator y no tuvisteis fe en él ni quisisteis obedecerle. 24 ¡Desde que yo os conozco habéis sido rebeldes al Señor! 25 Y como el Señor había amenazado con destruiros, yo permanecí arrodillado cuarenta días y cuarenta noches delante del Señor, 26 y con ruegos le dije: ‘Señor, no destruyas a este pueblo, que es tuyo, que tú liberaste con tu grandeza y sacaste de Egipto con gran poder. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No tengas en cuenta la terquedad de este pueblo, ni su maldad y pecado, 28 para que no se diga en el país del que nos sacaste: El Señor no pudo hacerlos entrar en el país que les había prometido y, como los odiaba, los hizo salir de aquí para hacerlos morir en el desierto. 29 Pero ellos son tu pueblo, son tuyos; tú los sacaste de Egipto con gran despliegue de poder.’s
El pacto renovado
(Ex 34.1-10)
10
“Entonces el Señor me dijo: ‘Corta tú mismo dos tablas de piedra iguales a las primeras, y haz también un arca de maderaa y sube al monte para hablar conmigo. Yo escribiré en esas tablas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras, las que tú rompiste, y las guardarás en el arca.’b
“Hice, pues, un arca de madera de acacia,c corté las dos tablas de piedra y subí con ellas al monte. Y el Señor escribió en las tablas los diez mandamientos, tal como lo había hecho la primera vez que os habló en el monte, de en medio del fuego, cuando todos estábamos reunidos.d Me las dio y yo bajé del monte; luego puse las tablas en el arca, como el Señor me lo había ordenado, y todavía están allí.”
(Los israelitas partieron de Beerot-bené-jaacán, y se dirigieron a Moserá.e Allí murió Aarón y fue sepultado, y su hijo Eleazar ocupó su lugar como sacerdote.f De allí salieron para Gudgoda, y de Gudgoda fueron a Jotbata, región en la que abunda el agua. Fue entonces cuando el Señor escogió a la tribu de Levíg para que llevara el arca del pacto del Señor y estuviera en su presencia para ofrecerle culto y dar la bendición en su nombre, como lo siguen haciendo hasta hoy.h Por eso los levitas no han tenido parte ni herencia entre sus hermanos, porque su herencia es el Señor, tal como el Señor mismo lo anunció.)i
10 “Yo estuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches,j lo mismo que la primera vez, y también esta vez el Señor me escuchó y no quiso destruiros 11 sino que me dijo: ‘Anda, prepárate a salir al frente del pueblo, para que vayan y conquisten el país que prometí a sus antepasados que les daría.’
Lo que Dios exige
12 “Y ahora, israelitas, ¿qué pide de vosotros el Señor vuestro Dios?k Solamente que le honréis y sigáis todos sus caminos; que le améis y le adoréis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,l 13 y que cumpláis sus mandamientos y sus leyes, para que os vaya bien. 14 Tened en cuenta que del Señor vuestro Dios son los cielos y lo que está por encima de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella.m 15 Sin embargo, el Señor prefirió a vuestros antepasados y los amó, y después escogió a sus descendientes, que sois vosotros, de entre todos los demás pueblos, tal como se puede ver hoy.
16 “Poned en vuestro corazón la marca del pacton y no sigáis siendo tercos, 17 porque el Señor vuestro Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores;ñ él es el Dios soberano, poderoso y terrible, que no hace distinciones ni se deja comprar con regalos;o 18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, y que ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre vosotros. 19 Amad, pues, al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto.p
20 “Honrad al Señor vuestro Dios y adoradle solo a él; sedle fieles, y cuando hayáis de hacer un juramento, hacedlo en su nombre. 21 Porque él es el motivo de vuestra alabanza; él es vuestro Dios, que ha hecho por vosotros estas cosas grandes y maravillosas que habéis visto. 22 Cuando vuestros antepasados llegaron a Egipto eran solo setenta personas,q pero ahora el Señor vuestro Dios os ha hecho aumentar en número como las estrellas del cielo.r
La grandeza del Señor
11
“Amad al Señor vuestro Dios y cumplid sus preceptos, leyes, decretos y mandamientos.a Reconoced hoy el castigo del Señor vuestro Dios, que vuestros hijos no conocen ni han visto. Reconoced su grandeza y su gran despliegue de poder,b y las señales y grandes hechos que realizó en Egipto contra el faraón y todo su país:c lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y carros de guerra, y cómo los hundió en las aguas del mar Rojo cuando ellos os perseguían. El Señor los destruyó para siempre.d Acordaos también de todo lo que hizo por vosotros en el desierto, hasta que llegasteis aquí; y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab y descendientes de Rubén: cómo, a la vista de Israel, la tierra se abrió y se los tragó junto con sus familias, sus tiendas de campaña y todo cuanto tenían.e Vosotros mismos sois testigos de las grandes cosas que ha hecho el Señor.
Bendiciones de la Tierra prometida
“Cumplid todos los mandamientos que hoy os he dado, para que os hagáis fuertes y toméis posesión del país que vais a conquistar, y para que viváis muchos años en esta tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados y a vuestros descendientes, una tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 La tierra que vais a conquistar no es como Egipto,f de donde salisteis; allí sembrabais la semilla y regabais con los pies,g como se hace en las huertas, 11 pero el país del que vais a tomar posesión es un país de montes y valles, regado por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el Señor mismo cuida; en ella tiene puestos los ojos todo el año.
13 “Si cumplís los mandamientos que os he dado en este día, y amáis al Señor vuestro Dios y lo adoráis con todo vuestro corazón y toda vuestra alma,h 14 él harái que vengan a su tiempo las lluvias de otoño y las de primavera,j para que cosechéis vuestro trigo y tengáis vino y aceite. 15 También hará que crezca hierba en el campo para vuestro ganado; y tendréis comida en abundancia.k 16 Pero cuidad de no dejaros engañar:l no os apartéis del Señor para rendir culto a otros dioses. No os inclinéis ante ellos, 17 porque el furor del Señor se encenderá contra vosotros, y no os enviará lluvia; entonces la tierra no dará sus frutos, y muy pronto moriréis en esa buena tierra que el Señor os va a dar.m
18 “Grabad estas palabras en vuestra mente y en vuestro pensamiento; atadlas como señales en vuestras manos y en vuestra frente. 19 Instruid a vuestros hijos hablándoles de ellas tanto en la casa como en el camino, y cuando os acostéis y cuando os levantéis. 20 Escribidlas en los postes y en las puertas de vuestras casas, 21 para que, en la tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados, sea tan larga vuestra vida y la de vuestros hijos como la existencia del cielo sobre la tierra.n
22 “Si cumplís fielmente todos estos mandamientos que hoy os ordeno poner en práctica, y si amáis al Señor vuestro Dios y le seguís fielmente en todos sus caminos, 23 el Señor arrojará de vuestra presencia a todas esas naciones, y conquistaréis a pueblos más numerosos y fuertes. 24 Donde plantéis el pie, allí os quedaréis. Vuestras fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano,ñ y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo.o 25 Nadie podrá haceros frente.p El Señor vuestro Dios hará cundir el pánico y el terror por dondequiera que paséis, tal como os lo ha prometido.
26 “En este día os doy a elegir entre bendición y maldición.q 27 Bendición, si obedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios, que hoy os he ordenado. 28 Maldición, si, por seguir a dioses desconocidos, desobedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y os apartáis del camino que hoy os he ordenado.r
29 “Cuando el Señor vuestro Dios os haya hecho entrar en el país que vais a conquistar, pondréis la bendición en el monte Guerizim y la maldición en el monte Ebal.s 30 Estos montes están al otro lado del Jordán, en dirección de la ruta occidental, en la tierra de los cananeos que viven en la llanura, frente a Guilgal y junto a las encinas de Moré.t 31 Vosotros estáis a punto de cruzar el Jordán y conquistar el país que el Señor vuestro Dios os va a dar. Cuando ya lo hayáis conquistado y viváis en él, 32 poned en práctica todas las leyes y decretos que hoy os he entregado.

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020