I. EXPERIENCIAS DEL PREDICADOR (1–2)
Todo es vana ilusión
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1-2 Estos son los dichos del Predicador,a hijo de David, que reinó en Jerusalén.
¡Vana ilusión, vana ilusión!b
¡Todo es vana ilusión!c
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1 a 1.1-2 Del Predicador: Véase Introducción. b 1.1-2 ¡Vana ilusión!: La expresión hebrea, traducida habitualmente por vanidad de vanidades, tiene el valor de un superlativo. Cf. expresiones semejantes como el Dios de los dioses y el Señor de los señores (Dt 10.17), o el Cantar de los cantares, es decir, el más hermoso de los poemas (véase Introducción a Cantares; cf. Cnt 1.1). c 1.1-2 La palabra hebrea traducida por ilusión (o vanidad) designa todo aquello que es vacío, inconsistente y fugaz como un soplo, la niebla o una ráfaga de viento. A veces se emplea para poner de relieve el carácter frágil y transitorio de la condición humana sobre la tierra (Sal 62.9). Cf. Ec 1.14; 2.1; 4.8; 6.12.
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