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Génesis 2-3

Génesis :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

2
El cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, quedaron terminados.
El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó.a 2
a 2.2 Descansó: El verbo hebreo significa lit. cesar o terminar, y de él proviene el nombre shabat, traducido al castellano por sábado o día de reposo (cf. Ex 20.11; 31.17; cf. Heb 4.4,10). Decir que Dios descansó no quiere decir que dejó de actuar, sino que dio por bien lograda su obra. Véase Jn 15.17-18 n.
Entonces bendijo el séptimo díab y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación. b 2.3 Séptimo día: Esta expresión presupone el simbolismo del número siete, que en la Biblia representa lo completo y perfecto. Véase Gn 4.18 n.
Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.c
El hombre en el jardín de Edénd
Cuando Dios el Señore hizo el cielo y la tierra,
c 2.4 Se repiten las palabras de Gn 1.1 para indicar que ha concluido la sección relativa a la creación del universo. Esta es la historia: en heb. toledot. Esta frase se repite diez veces e introduce las distintas secciones en que se divide el libro del Génesis. La palabra toledot implica la idea de nacimiento o generación , y en esta versión se ha traducido de distintas maneras, según los contextos: Gn 5.1 (lista); 6.9 (historia); 10.1; 11.10,27 (descendientes); 25.12 (hijos); 25.19 (historia); 36.1,9 (descendientes); 37.2 (historia). d 2.4b-25 El siguiente relato, a diferencia de Gn 1.1–2.4a, se refiere de un modo especial a la creación del hombre y de la mujer. Uno y otra son creados por Dios en momentos distintos, pero esta diferencia hace resaltar más aún la igualdad y la complementariedad de los dos sexos. Según el relato, en efecto, Dios concedió primero al hombre la compañía de los aimales (v. 19). Sin embargo, esta compañía no logró arrancarlo de su soledad (v. 20). Solo la presencia de la mujer, es decir, de un ser igual a él, le abrió la posibilidad del diálogo y del encuentro personal (v. 23). e 2.4 El Señor: traducción de Yahvé, el nombre propio del Dios de Israel. Véanse Gn 4.26 nota y; Ex 3.14-15 y las notas correspondientes.
aún no había plantas ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra, ni había nadie que la trabajara.
Sin embargo, de la tierra salía aguaf que la regaba completamente. f 2.6 Es probable que la palabra traducida aquí por agua signifique, más concretamente, agua que brota de la tierra o manantial.
Entonces Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma,g sopló en su nariz y le dio vida.h Así el hombre comenzó a vivir.i g 2.7 El texto hebreo hace un juego de palabras entre los vocablos adam, que significa hombre, y adamá, que significa suelo o tierra cultivable (véase el mismo procedimiento en Gn 3.19). Así se destaca la estrecha vinculación que existe entre el hombre y la tierra. h 2.7 Formó... vida: La mención de estos actos especiales de Dios pone de relieve lo que distingue al hombre de los demás seres creados (véase Gn 1.27 nota u). Cf. Is 45.9-11; Jer 18.1-6; Ro 9.21, donde la soberanía de Dios se expresa igualmente con la imagen del alfarero que modela sus vasijas. i 2.7 Así el hombre comenzó a vivir: citado en 1 Co 15.45 ; cf. Sab 15.11 .
Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén,j en el oriente, y puso allí al hombre que había formado.
j 2.8 Edén es una palabra hebrea que significa delicia (cf. Is 51.3; Ez 31.8-9). Algunos la relacionan con un término asirio que significa llanura o estepa.
Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. Y en medio del jardín puso también el árbol de la vidak y el árbol del conocimiento del bien y del mal.l k 2.9 El árbol de la vida: es decir, cuyos frutos dan la vida. Cf. Gn 3.22; Ap 2.7; 22.2,14. l 2.9 El árbol del conocimiento del bien y del mal: Para comprender esta expresión, es conveniente tener en cuenta, en primer lugar, la costumbre hebrea de abarcar una totalidad mencionando únicamente dos términos extremos y opuestos (véase Gn 1.1 nota b). Además, el verbo “conocer”, en el AT, no se refiere solamente al conocimiento intelectual, sino que también puede implicar las ideas de elección, discernimiento e incluso de dominio. Por tanto, conocer el bien y el mal equivale a decidir por cuenta propia y con absoluta independencia qué es lo bueno y qué es lo malo, es decir, a tener plena autonomía en el campo moral. Cf. Gn 3.22.
10 En Edén nacía un río que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro brazos.
11 El primero se llamaba Pisón, y es el que rodea toda la región de Havilá, donde hay oro.
12 El oro de esa región es fino, y también hay allí resina fina y piedra de ónice.
13 El segundo río se llamaba Gihón, y es el que rodea toda la región de Cus.
14 El tercero era el río Tigris, que es el que pasa al oriente de Asiria. Y el cuarto era el río Éufrates.m 14 m 2.10-14 El Tigris y el Éufrates son los dos grandes ríos de la Mesopotamia; los llamados Pisón y Guihón no han podido ser identificados con certeza.
15 Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara,n
15 n 2.15 El trabajo no se presenta como un castigo, sino como la actividad que permite al hombre cumplir con su responsabilidad en el mantenimiento y desarrollo del mundo y en la realización de sí mismo (cf. Gn 1.28). Solo a consecuencia del pecado, el trabajo adquirió las características de un esfuerzo penoso (Gn 3.17-19).
16 le dio esta orden: “Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín,
17 menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol,ñ porque si lo comes, ciertamente morirás.”o 17 ñ 2.17 No comas del fruto de ese árbol: Al imponerle este precepto, Dios reconoce al hombre como responsable de sus actos. Pero, al mismo tiempo, afirma su soberanía sobre él y le obliga a guardar sus propios límites, reconociendo que es hombre y no Dios (Ez 28.2; cf. Is 14.13-14). o 2.17 Cf. Ro 6.23.
18 Luego, Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.”
19-20 Y Dios el Señor formó de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre. El hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes, y ese nombre les quedó.p Sin embargo, ninguno de ellos resultó ser la ayuda adecuada para él. 19 p 2.19-20 Para los antiguos semitas, el nombre no era algo meramente exterior, sino una parte constitutiva de la persona o cosa nombradas. Poner o cambiar un nombre era una forma de afirmar la autoridad o el dominio (cf. 2 R 23.34; 24.17).
21 Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne.
22 De esa costilla, Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre,
23 que al verla dijo:
“¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar ‘mujer’, porque Dios la sacó del hombre.”q
23 q 2.23 En hebreo, las palabras traducidas por hombre y mujer tienen un sonido muy similar. Este parecido, lo mismo que el relato de la formación de la mujer con una costilla sacada del hombre, quiere destacar la unidad de naturaleza, la íntima afinidad entre ambos sexos y, por tanto, la igualdad esencial de derechos.
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.r
24 r 2.24 Mt 19.5; Mc 10.7-8; 1 Co 6.16; Ef 5.31. Este v. pone de relieve la dignidad y el sentido profundo de la unión matrimonial.
25 Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza de verse así.s
25 s 2.25 La desnudez es aquí la expresión de una vida sencilla, sin sentimiento de culpa y en perfecta armonía consigo mismo y con el prójimo. Después, como consecuencia del pecado, llegó a ser motivo de vergüenza. Cf. Ez 16.37; Os 2.3.
Desobediencia de Adán y Eva
3
La serpiente,a que era la más astutab de todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, preguntó a la mujer:
–¿Así que Dios os ha dicho que no comáis del fruto de ningún árbol del jardín?
3
a 3.1 En el Oriente antiguo, la serpiente era un símbolo de la sabiduría y de los poderes mágicos. Además, su astucia era proverbial (cf. Mt 10.16). Estas características la predisponían para hacer de ella la representación de una potencia maléfica y opuesta a los planes de Dios, que se vale de la seducción para incitar a desobedecer el mandato divino. Por eso, más tarde la serpiente fue identificada con el diablo. Cf. Sab 2.24; Jn 8.44; Ap 12.9; 20.2.
b 3.1 Más astuta: Esta expresión tiene aquí un sentido negativo. Se trata de una astucia maligna, que incluye engaño y fraude.
La mujer le contestó:
–Podemos comer del fruto de cualquier árbol,
menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos.
Pero la serpiente dijo a la mujer:
–No es cierto. No moriréis.
Dios sabe muy bien que cuando comáis del fruto de ese árbol podréis saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces seréis como Dios.
La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que tomó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió.c
c 3.1-6 Cf. Sab 2.24; Ro 5.12.
En aquel momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos.d Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas. d 3.7 Se dieron cuenta... desnudos: Véase Gn 2.25 n.
El hombre y su mujer oyeron que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de Dios entre los árboles del jardín.
Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó:
–¿Dónde estás?e
e 3.9 ¿Dónde estás?: Véase Gn 4.9 n.
10 El hombre contestó:
–Oí que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
11 Entonces Dios le preguntó:
–¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras?
12 El hombre contestó:
–La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
13 Entonces Dios el Señor preguntó a la mujer:
–¿Por qué lo hiciste?
Ella respondió:
–La serpiente me engañó,f y por eso comí del fruto.
13 f 3.13 Cf. 2 Co 11.3; 1 Ti 2.14.
14 Entonces Dios el Señor dijo a la serpiente:
–Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante andarás arrastrándote, y comerás tierra.
15 Haré que tú y la mujer seáis enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.g 15 g 3.15 Cf. Ro 16.20; Ap 12.17. La tradición cristiana ha visto en esta mención de la descendencia de la mujer una velada referencia al Mesías en su lucha contra Satanás y en su victoria final sobre Las fuerzas del mal.
16 A la mujer le dijo:
–Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.
17 Al hombre le dijo:
–Como hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa;h con duro trabajoi la harás producir tu alimento durante toda tu vida.
17 h 3.17 El pecado del hombre atrae la maldición sobre la tierra, que es su morada y de la que recibe el sustento. Véase Gn 12.2-3 n. i 3.17 Con duro trabajo: Véase Gn 2.15 n.
18 La tierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres.j 18 j 3.17-18 Cf. Ro 8.20; Heb 6.8.
19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.
20 El hombre llamó Evak a su mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven.
20 k 3.20 En hebreo, el nombre Eva y la palabra que significa vida o viviente tienen un sonido semejante.
21 Dios el Señor hizo vestidos de pieles de animales para que el hombre y su mujer se cubrieran,l 21 l 3.21 Nótese la compasión manifestada en este gesto. A pesar del pecado, el modo de actuar de Dios incluye también el perdón y la promesa de salvación. Véase un gesto similar en Gn 4.15 nota o.
22 y dijo: “Ahora el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo. No vaya a tomar también del fruto del árbol de la vida,m y lo coma y viva para siempre.” 22 m 3.22 Árbol de la vida: Cf. Ap 22.14.
23 Por eso, Dios el Señor sacó al hombre del jardín de Edén y lo puso a trabajar la tierra de la cual había sido formado.
24 Después de haber sacado al hombre, puso al oriente del jardín unos seres aladosn y una espada ardiendo que se revolvía hacia todas partes, para evitar que nadie llegara al árbol de la vida.ñ 24 n 3.24 Estos seres alados, lit. querubines, eran considerados en el antiguo Oriente como guardianes de los templos y de los lugares sagrados. Véase Ex 25.18 n. ñ 3.24 La imposibilidad de llegar al árbol de la vida hace efectivo el castigo anunciado en Gn 2.17. El destino original del hombre era la vida; pero al desobedecer el mandato divino, se apartó de Dios, fuente de toda vida, y junto con el pecado entró la muerte en el mundo (Ro 5.12).

© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020