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Génesis 27-36

Génesis :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

3. Jacob (27–36)
27 Isaac bendice a Jacob y Esaúa
Isaac era ya muy anciano y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
–¡Hijo mío!
–Dime, padre –contestó Esaú.
–Ya ves que soy muy viejo –dijo Isaac–. Un día de estos me puedo morir. Por eso quiero que vayas al monte con tu arco y tus flechas para cazar algún animal.b Prepara luego un guisado sabroso, como a mí me gusta, y tráemelo para que yo lo coma. Entonces te daré mi bendiciónc antes de morir.d
Pero Rebeca estaba oyendo lo que Isaac decía a Esaú. Por eso, en cuanto este se fue al monte a cazar algo para su padre, ella dijo a Jacob, su hijo menor:
–Mira, he oído que tu padre estaba hablando con tu hermano Esaú, y que le decía: ‘Caza algún animal, prepara un guisado sabroso para que yo lo coma, y te daré mi bendición delante del Señor antes de morir.’ Así que, hijo mío, escucha bien lo que te voy a decir: Ve a donde está el rebaño, y tráeme dos de los mejores cabritos; voy a prepararle a tu padre un guisado sabroso, como a él le gusta. 10 Tú se lo llevarás para que lo coma, y así te dará a ti su bendición antes de morir.
11 Pero Jacob dijo a su madre:
–Mi hermano tiene mucho vello en el cuerpo,e y yo no. 12 Si mi padre llega a tocarme y me reconoce, va a pensar que me estoy burlando de él; entonces haré que me maldiga en lugar de bendecirme.f
13 Su madre le contestó:
–Hijo mío, que esa maldición caiga sobre mí. Tú haz lo que te digo y tráeme esos cabritos.
14 Jacob fue por los cabritos y se los llevó a su madre. Ella preparó entonces un guisado sabroso, como a Isaac le gustaba, 15 sacó la mejor ropa de Esaú, su hijo mayor, que estaba guardada en la casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor. 16 Luego, con la piel de los cabritos cubrió a Jacob los brazos y la parte del cuello donde no tenía vello, 17 y le dio el guisado y el pan que había preparado.
18 Entonces Jacob entró donde estaba su padre y le dijo:
–¡Padre!
–Aquí estoy. ¿Cuál de mis hijos eres tú? –preguntó Isaac.
19 –Soy Esaú, tu primogénito –contestó Jacob–. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, por favor; siéntate y come del animal que he cazado, y dame tu bendición.
20 Entonces Isaac le preguntó:
–¿Cómo pudiste encontrarlo tan pronto, hijo mío?
–El Señor tu Dios me ayudó a encontrarlo –respondió Jacob.
21 Pero Isaac le dijo:
–Acércate y déjame tocarte, a ver si de veras eres mi hijo Esaú.
22 Jacob se acercó para que su padre le tocara. Entonces Isaac dijo: “La voz es la de Jacob, pero los brazos son los de Esaú.” 23 Así que no le reconoció, porque sus brazos tenían mucho vello, como los de su hermano Esaú. Pero cuando iba a darle su bendición, 24 volvió a preguntarle:
–¿De veras eres mi hijo Esaú?
–Sí, yo soy Esaú –respondió Jacob.
25 Entonces su padre le dijo:
–Sírveme, hijo mío, para que coma de lo que cazaste, y entonces te daré mi bendición.
Jacob sirvió de comer a su padre y también le trajo vino. Isaac comió y bebió, 26 y luego le dijo:
–Acércate, hijo, y dame un beso.
27 Cuando Jacob se acercó para besarle, Isaac le olió la ropa. Entonces le bendijo con estas palabras:

“Sí, este olor es de mi hijo.
Es como el olor de un campo
bendecido por el Señor.g
28 Que Dios te dé la lluvia del cielo,
las mejores cosechas de la tierra,
mucho trigo y mucho vino.h
29 Que mucha gente te sirva;
que las naciones se arrodillen delante de ti.
Gobierna a tus propios hermanos:
¡que se arrodillen delante de ti!
Los que te maldigan serán malditos
y los que te bendigan serán benditos.”

30 Había terminado Isaac de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de donde estaba su padre, cuando Esaú regresó de cazar. 31 También él preparó un guisado sabroso, se lo llevó a su padre y le dijo:
–Levántate, padre; come del animal que tu hijo ha cazado, y dame tu bendición.
32 Entonces Isaac le preguntó:
–¿Quién eres tú?
–Soy Esaú, tu primogénito –contestó.
33 Isaac se sintió muy sorprendido, y con voz temblorosa dijo:
–Entonces, ¿quién es el que fue a cazar y me trajo el guisado? Yo me lo comí todo antes de que tú llegaras, y le di mi bendición, y ahora él ha quedado bendecido.i
34 Cuando Esaú oyó lo que su padre decía, se echó a llorar amargamente y gritó:
–¡Dame también a mí tu bendición, padre mío!
35 Pero Isaac le contestó:
–Ya vino tu hermano, y me engañó y se llevó la bendición que era para ti.
36 –¡Con razón le pusieron por nombre Jacob! –dijo Esaú–. ¡Ya son dos veces las que me ha hecho trampa!j Primero me quitó mi primogenitura, y ahora me ha quitado la bendición que me correspondía. ¿No has guardado ninguna otra bendición para mí?k
37 Isaac le contestó:
–Mira, yo le he dado a Jacob autoridad sobre ti; le he dado por siervos a todos sus parientes, y le he deseado que tenga mucho trigo y mucho vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío?
38 Esaú insistió:
–¿No puedes dar más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí!
Y volvió a llorar a gritos.l
39 Entonces Isaac le dijo:
“Vivirás lejos de las tierras fértiles
y de la lluvia que cae del cielo.m
40 Tendrás que defenderte con tu espada
y serás siervo de tu hermano;
pero cuando te hagas fuerte,
te librarás de él.”n
Jacob huye de Esaú
41 Desde entonces Esaú odió a Jacob por la bendición que le había dado su padre, y pensaba: “Ya pronto estaremos de luto por la muerte de mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob.”
42 Cuando Rebeca supo lo que Esaú estaba planeando, mandó llamar a Jacob y le dijo:
–Mira, tu hermano Esaú quiere matarte para vengarse de ti. 43 Por eso, hijo, escúchame: huye en seguida a Harán, a casa de mi hermano Labán.ñ 44 Quédate con él por algún tiempo, hasta que se le pase la ira a tu hermano 45 y olvide lo que le has hecho. Entonces te mandaré aviso para que vuelvas. ¡No quiero perder a mis dos hijos en un solo día!o
46 Luego Rebeca dijo a Isaac:
–Estoy cansada de la vida por culpa de esas hititas con las que Esaú se casó. Y si Jacob se casa con una hitita como estas que viven aquí en Canaán, valdrá más que me muera.p
28
Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó:
–No te cases con ninguna mujer de esta tierra de Canaán. Vete a Padán-aram,a a la casa de tu abuelo Betuel, y cásate allá con una de las hijas de tu tío Labán. Que el Dios todopoderosob te bendiga y te dé muchos descendientes, para que de ti salgan muchas naciones. Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que prometió a Abraham,c para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como extranjeros, pues él se la prometió a Abraham.
Así fue como Isaac envió a Jacob a Padán-aram. Y Jacob llegó a casa de Labán, que era hijo de Betuel el arameo y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y Esaú.
Matrimonio de Esaú con Mahalat
Esaú había visto cómo Isaac daba su bendición a Jacob y lo enviaba a Padán-aram para casarse allá. También se fijó en que su padre, al bendecirlo, le ordenó que no se casara con ninguna mujer de Canaán, y que Jacob se fue a Padán-aram como su padre y su madre le habían dicho. De esa manera, Esaú comprendió que a su padre no le agradaban las mujeres de Canaán; por eso fue a ver a Ismael, hijo de Abraham, y tomó por esposa a su hija Mahalat, que era hermana de Nebaiot, además de las esposas cananeas que ya tenía.d
Dios se aparece a Jacob en Betel
10 Jacob salió de Beerseba y tomó el camino de Harán. 11 Llegó a cierto lugar, donde se quedó a pasar la noche porque el sol ya se había puesto. Tomó como almohada una de las piedras que había en el lugar, y se acostó a dormir. 12 Y tuvo un sueño, en el que veía una escalera que estaba apoyada en la tierra y llegaba hasta el cielo, y por ella subían y bajaban los ángeles de Dios.e 13 También veía al Señor, que estaba de pie junto a él y le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes os daré la tierra donde estás acostado. 14 Ellos llegarán a ser tantos como el polvo de la tierra, y se extenderán al norte y al sur, al este y al oeste, y todas las familias del mundo serán bendecidas por medio de ti y de tus descendientes.f 15 Yo estoy contigo:g te cuidaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré sin cumplir lo que te he prometido.”
16 Cuando Jacob despertó de su sueño, pensó: “En verdad el Señor está en este lugar, pero yo no lo sabía.” 17 Tuvo miedo, y dijo: “Este lugar es muy sagrado. ¡Esta es la casa de Diosh y la puerta del cielo!”
18 Al día siguiente se levantó Jacob muy temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la puso de pie como un pilar y la consagró derramando aceite sobre ella.i 19 En aquel lugar había antes una ciudad que se llamaba Luz,j pero Jacob le cambió este nombre por el de Betel.k
20 Allí Jacob hizo esta promesa: “Si Dios me acompaña y me cuida en el viaje que estoy haciendo; si me da comida y vestido, 21 y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. 22 Esta piedra que he puesto como pilar será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.”l
Jacob en Harán
29
Jacob siguió su camino y se fue a la tierra de los orientales.
En el campo vio un pozo, cerca del cual descansaban tres rebaños de ovejas, porque los animales bebían agua de él. Sobre la boca del pozo había una piedra muy grande, y cuando todos los rebaños se juntaban allí, los pastores quitaban la piedra para dar agua a las ovejas, y luego volvían a tapar el pozo. Jacob preguntó a los pastores:
–¿De dónde sois, amigos míos?
–Somos de Harán –contestaron ellos.
–¿Conocéis a Labán, el hijo de Nahor? –volvió a preguntar.
–Sí, le conocemos –respondieron.
–¿Está bien de salud? –insistió Jacob.
–Sí, Labán está bien –dijeron los pastores–. Mira, ahí viene su hija Raquela con sus ovejas.
Entonces Jacob dijo:
–Todavía es de día, y muy temprano para encerrar las ovejas. ¿Por qué no les dais agua y las lleváis a pastar?
Ellos le contestaron:
–No podemos hacerlo. Para dar agua a las ovejas tenemos que esperar a que se junten todos los rebaños y que los pastores quiten la piedra de la boca del pozo.b
Mientras Jacob hablaba con ellos, Raquel llegó con las ovejas de su padre, pues ella era quien las cuidaba. 10 Tan pronto como Jacob la vio con las ovejas de su tío Labán, fue y quitó la piedra de la boca del pozo, y dio agua a las ovejas. 11 Luego saludó a Raquel con un beso, y se echó a llorar. 12 Cuando Jacob le contó que él era hijo de Rebeca y sobrino de Labán, Raquel fue corriendo a dar la noticia a su padre.
13 Labán, al oir hablar de Jacob, el hijo de su hermana, salió corriendo a recibirle, le abrazó, le saludó con un beso y le llevó a su casa. Luego Jacob le contó todo lo que había pasado. 14 Y Labán le dijo: “Verdaderamente tú eres uno de mi propia sangre.”c
Jacob trabaja por Raquel y Lía
Jacob se quedó con Labán durante un mes. 15 Pasado ese tiempo, Labán le dijo:
–No vas a trabajar para mí sin ganar nada solo por ser mi pariente. Dime qué salario quieres que te pague.
16 Labán tenía dos hijas: la mayor se llamaba Lía, y la menor, Raquel. 17 Lía tenía los ojos muy dulces,d pero Raquel era hermosa de los pies a la cabeza. 18 Como Jacob se había enamorado de Raquel, contestó:
–Por Raquel, tu hija menor, trabajaré siete años para ti.e
19 Entonces Labán contestó:
–Es mejor dártela a ti que dársela a un extraño. Quédate conmigo.
20 Y así Jacob trabajó por Raquel durante siete años, aunque a él le pareció muy poco tiempo porque la amaba mucho. 21 Pasados los siete años, Jacob dijo a Labán:
–Dame mi mujer, para que me case con ella, porque ya terminó el tiempo que prometí trabajar por ella.
22 Entonces Labán invitó a todos sus vecinos a la fiesta de bodas que celebró. 23 Pero por la noche Labán tomó a Lía y se la llevó a Jacob, y Jacob durmió con ella.f 24 Además, Labán regaló a Lía una de sus esclavas, llamada Zilpá, para que la atendiera. 25 A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había dormido con Lía, y fue a reclamarle a Labán:
–¿Qué es esto que me has hecho? ¿No trabajé contigo por Raquel? Entonces, ¿por qué me has engañado?
26 Labán le contestó:
–Aquí no es costumbre que la hija menor se case antes que la mayor. 27 Cumple la semana de bodas de Lía y entonces te daremos también a Raquel,g si es que te comprometes a trabajar conmigo otros siete años.
28 Jacob aceptó, y cuando hubo cumplido la semana de bodas de Lía, Labán le dio a Raquel por esposa. 29 Labán también dio a Raquel una de sus esclavas, llamada Bilhá, para que la atendiera. 30 Jacob se unió también a Raquel, y la amó mucho más que a Lía, aunque tuvo que trabajar con Labán durante siete años más.
Los hijos de Jacobh
31 Cuando el Señor vio que Jacob despreciaba a Lía, hizo que esta tuviera hijos; pero a Raquel la mantuvo estéril. 32 Lía quedó embarazada y tuvo un hijo, al que llamó Rubén, porque dijo: “El Señor me vio triste. Por eso ahora mi esposo me amará.”
33 Después Lía tuvo otro hijo, al que llamó Simeón, y entonces dijo: “El Señor oyó que me despreciaban, y por eso me dio un hijo más.”
34 Y otra vez tuvo un hijo, al que llamó Leví, porque dijo: “Ahora mi esposo se unirá más a mí, porque ya le he dado tres hijos.”
35 Lía tuvo aún otro hijo, al que llamó Judá, porque dijo: “Esta vez alabaré al Señor.” Después de esto, dejó de tener hijos.i
30
Cuando Raquel vio que no podía dar hijos a Jacob, sintió envidia de su hermana Lía, y dijo a su esposo:
–Dame hijos, porque si no, me moriré.
Pero Jacob se enojó con ella y le dijo:
–¿Acaso yo soy Dios? Él es quien no te deja tener hijos.
Entonces ella le dijo:
–Mira, toma a mi esclava Bilhá y únete con ella, y cuando ella tenga hijos, será como si yo misma los tuviera.a Así yo podré tener hijos.
De esta manera, Raquel le dio a Jacob su esclava Bilhá, para que fuera su concubina. Jacob se unió con Bilhá, y esta dio un hijo a Jacob. Entonces Raquel dijo: “Este niño se llamará Dan, porque Dios oyó mi oración y me hizo justicia al darme un hijo.”b
Después Bilhá dio otro hijo a Jacob, y Raquel dijo: “Este niño se llamará Neftalí, porque he luchado muchoc contra mi hermana y la he vencido.”
Cuando Lía vio que ya no podía tener hijos, tomó a su esclava Zilpá y se la entregó a Jacob para que fuera su concubina. 10 Y cuando Zilpá dio un hijo a Jacob, 11 Lía dijo: “¡Qué dicha! Por eso el niño se llamará Gad.”
12 Después Zilpá dio otro hijo a Jacob, 13 y entonces Lía dijo: “¡Qué felicidad! Ahora las mujeres dirán que soy feliz. Por eso el niño se llamará Aser.”d
14 Un día fue Rubén al campo, durante la cosecha de trigo, y encontró unas plantas llamadas mandrágoras, las cuales llevó a su madre Lía. Cuando Raquel las vio, dijo a Lía:
–Por favor, dame algunas de esas mandrágorase que tu hijo te ha traído.
15 Pero Lía le contestó:
–¿Te parece poco haberme quitado el marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?
–Pues a cambio de las mandrágoras de tu hijo, esta noche Jacob dormirá contigo –propuso Raquel.
16 Por la noche, cuando Jacob regresó del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo:
–Hoy vas a dormir conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.
Aquella noche Jacob durmió con Lía, 17 y ella dio a Jacob su quinto hijo, porque Dios oyó su oración. 18 Entonces Lía dijo: “Este niño se llamará Isacar, pues Dios me ha premiado porque le di mi esclava a mi marido.”
19 Después Lía dio a Jacob su sexto hijo, 20 y dijo: “Dios me ha dado un buen regalo. Ahora mi marido me amará más, porque ya le he dado seis hijos. Por eso este niño se llamará Zabulón.”
21 Por último, Lía tuvo una hija, a la cual llamó Dina. 22 Pero Dios se acordó de Raquel, oyó su oración y le permitió tener hijos. 23 Cuando tuvo el primero, dijo: “Dios me ha quitado la vergüenza de no tener hijos. 24 ¡Ojalá me permita tener otro!” Por eso le llamó José.f
Jacob y Labán se engañan mutuamente
25 Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:
–Déjame regresar a mi propia tierra. 26 Dame mis hijos y mis mujeres, pues por ellas he trabajado contigo, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.
27 Pero Labán le contestó:
–Por favor, quédate conmigo. He sabido por adivinación que el Señor me ha bendecido por medio de ti. 28 Dime qué salario quieres ganar, y te lo pagaré.
29 Entonces Jacob le dijo:
–Tú bien sabes cómo he trabajado para ti, y cómo he cuidado tus animales; 30 lo poco que tenías antes que yo viniera ha aumentado en gran manera, pues desde que llegué, el Señor te ha bendecido; pero, ¿cuándo voy a comenzar a trabajar para mi propia familia?
31 –¿Qué salario quieres que te pague? –insistió Labán.
–No me pagues nada –respondió Jacob–. Volveré a cuidar tus ovejas, si aceptas lo que te voy a proponer: 32 déjame pasar hoy por entre tu rebaño, para apartar todos los corderitos negros y todos los cabritos manchados y moteados.g Ellos serán mi salario. 33 Así, cuando más adelante vengas a ver lo que he ganado, tendrás la prueba de mi honradez: pues si en mi rebaño hay cabras que no sean manchadas o moteadas, o corderos que no sean negros, será que te los he robado.
34 –Está bien, acepto lo que propones –dijo Labán.
35 Pero aquel mismo día apartó Labán todos los chivos rayados y moteados, y todas las cabras manchadas y moteadas o que tenían algo blanco, y todos los corderos negros, y se los dio a sus hijos para que los cuidaran. 36 Luego, con este rebaño, se apartó de donde estaba Jacob, a una distancia de tres días de camino.
Jacob, por su parte, siguió cuidando las otras ovejas de Labán. 37 Cortó ramas verdes de álamo, almendro y castaño, y las peló de forma que se pudieran ver rayas blancas; 38-39 luego puso las varas, ya peladas, frente a los rebaños, en el lugar donde bebían agua. Allí era donde los machos se unían con las hembras, y como lo hacían delante de las varas, las crías nacían rayadas, manchadas y moteadas.h 40 Entonces Jacob las apartaba y las ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así Jacob fue formando su propio rebaño, separándolo del rebaño de Labán. 41 Cada vez que los animales más gordos se unían para tener crías, Jacob ponía las varas en el lugar donde bebían agua, de manera que pudieran ver las varas en el momento de unirse; 42 pero cuando venían los animales más flacos, no ponía las varas. Y así los animales más flacos eran para Labán, y los más gordos para Jacob. 43 De este modo Jacob se hizo muy rico, y llegó a tener muchas ovejas, esclavos, esclavas, camellos y asnos.i
Proyectos de huida
31
Pero Jacob supo que los hijos de Labán andaban diciendo: “Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y con eso se ha hecho rico.” También Jacob se fijó en que Labán ya no le miraba con buenos ojos, como antes. Entonces el Señor dijo a Jacob: “Regresa a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, y yo te acompañaré.”
Jacob mandó llamar a Raquel y a Lía, para que vinieran al campo donde estaba él con sus ovejas, y les dijo:
–Me he dado cuenta de que vuestro padre ya no me trata igual que antes; pero el Dios de mi padre siempre me ha acompañado. Sabéis muy bien que yo he trabajado para vuestro padre lo mejor que he podido, y que él me ha engañado y continuamentea me ha cambiado el salario. Sin embargo, Dios no le ha dejado hacerme ningún mal; al contrario, cuando él decía: ‘Te voy a pagar con los animales manchados’, todas las hembras tenían crías manchadas; y cuando decía: ‘Te voy a pagar con los rayados’, entonces todas tenían crías rayadas. Así fue como Dios le quitó sus animales para dármelos a mí.
10 “Un día, cuando los animales estaban en celo, tuve un sueño en el que veía que los machos cabríos que cubrían a las hembras eran rayados, manchados y moteados. 11 En aquel sueño el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: ‘Aquí estoy.’ 12 Entonces el ángel me dijo: ‘Fíjate bien, y vas a ver que todos los machos que cubren a las hembras son rayados, manchados y moteados, porque me he dado cuenta de todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios que se te apareció en Betel,b donde tú consagraste la piedra y me hiciste una promesa. ¡Vamos!, levántate y vete de aquí. Regresa a la tierra donde naciste.' "
14 Entonces Raquel y Lía le contestaron:
–Nosotras ya no tenemos herencia alguna en la casa de nuestro padre. 15 Al contrario, nos trata como si fuéramos extrañas. ¡Hasta nos vendió, y se aprovechó de lo que le pagaste por casarte con nosotras!c 16 En realidad, toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Así que haz todo lo que Dios te ha dicho.
Jacob huye de Labán
17-18 Jacob se preparó para regresar a Canaán, donde vivía su padre Isaac. Hizo montar a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, tomó todo lo que tenía y se puso en camino con todos los animales que había recibido por su trabajo en Padán-aram. 19 Mientras Labán estaba en otra parte, trasquilando sus ovejas, Raquel le robó los ídolos familiares.d 20 Así fue como Jacob engañó a Labán el arameo, no diciéndole que se iba. 21 Escapó con todo lo que tenía. Muy pronto cruzó el río Éufrates, y siguió adelante hacia los montes de Galaad.e
Labán persigue a Jacob
22 Tres días después, Labán supo que Jacob se había escapado. 23 Entonces, acompañado de sus parientes, salió a perseguirle, y siete días después le alcanzó en los montes de Galaad. 24 Pero aquella noche Dios se apareció a Labán el arameo en un sueño, y le dijo: “Escucha, no hables a Jacob con brusquedad.”f
25 Labán alcanzó a Jacob en los montes de Galaad, donde Jacob había acampado. Allí mismo acampó Labán con sus parientes, 26 y reclamó a Jacob:
–¿Qué has hecho? ¿Por qué me engañaste? ¡Has traído a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra! 27 ¿Por qué me engañaste y escapaste a escondidas, sin decirme nada? De haberlo sabido, yo te habría despedido con alegría y con música de tambores y de arpa. 28 Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Has actuado como un necio! 29 Yo bien podría haceros daño a todos, pero anoche me habló el Dios de tu padre y me dijo: ‘Escucha, no hables a Jacob con brusquedad.’ 30 Pero si tanto deseabas regresar a la casa de tu padre, y por eso te fuiste, ¿por qué me robaste mis dioses?g
31 Entonces Jacob contestó a Labán:
–Es que tuve miedo. Pensé que tal vez me ibas a quitar a tus hijas por la fuerza. 32 Pero si alguno de los que aquí se encuentran tiene tus dioses, ¡que muera! Nuestros parientes son testigos: dime si yo tengo algo tuyo, y llévatelo.
Jacob no sabía que Raquel había robado los ídolos.
33 Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, luego en la de Lía, y también en la de las dos esclavas,h pero no encontró los ídolos. Cuando salió de la tienda de campaña de Lía y entró en la de Raquel, 34 esta tomó los ídolos, los metió entre la montura de un camello, y se sentó sobre ellos. Labán anduvo buscando por toda la tienda, pero no los encontró. 35 Entonces Raquel le dijo:
–Padre, no te enojes si no me levanto delante de ti, pero es que hoy tengo mi periodo de menstruación.
Como Labán anduvo buscando los ídolos y no los encontró, 36 Jacob se enojó y fue a reclamarle a Labán con estas palabras:
–¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, que con tantas ansias me has perseguido? 37 Has registrado todas mis cosas, ¿y qué has encontrado de los objetos de tu casa? ¡Ponlo aquí, delante de tus parientes y de los míos, para que ellos digan quién de los dos tiene razón! 38 Durante estos veinte años que trabajé contigo, nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras, y nunca me comí un solo carnero de tus rebaños; 39 nunca te traje los animales muertos por las fieras, sino que yo pagaba su pérdida; si de día o de noche robaban ganado, tú me lo cobrabas.i 40 De día me moría de calor; de noche me moría de frío, ¡y hasta el sueño se me iba! 41 Veinte años he estado en tu casa, y esto es lo que me ha tocado: trabajar catorce años a tu servicio por tus dos hijas, y seis años por tus animales; y tú continuamente me cambiabas el salario. 42 De no haber estado conmigo el Dios de Abraham, el Dios que adoraba mi padre Isaac,j seguro estoy de que me habrías mandado con las manos vacías. Pero Dios vio mi tristeza y el resultado de mi trabajo, y anoche te reprendió.
Acuerdo entre Jacob y Labán
43 Entonces Labán contestó a Jacob:
–Las hijas son mis hijas, los nietos son mis nietos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que aquí ves es mío! Sin embargo, ¿qué puedo hacer ahora a mis hijas o a los hijos que ellas han tenido? 44 Por eso, ven; hagamos tú y yo un pacto que sirva como testimonio entre nosotros dos.
45 Entonces Jacob tomó una piedra, la puso en pie como un pilar 46 y dijo a sus parientes:
–¡Juntad piedras!
Todos juntaron piedras para hacer un montón, y allí comieron, junto al montón de piedras.k 47 Labán llamó a aquel lugar en su idioma “Jegar Sahadutá”, y Jacob lo llamó en el suyo “Galaad”.l
48 Entonces Labán dijo:
–Hoy, este montón de piedras es testigo entre nosotros dos.
Por eso se llamó Galaad aquel lugar, 49 y también se llamó Mispá,m porque Labán dijo:
–Que el Señor vigile entre nosotros dos cuando ya no podamos vernos el uno al otro. 50 Si maltratas a mis hijas o si te casas con otras mujeres además de ellas, aunque no haya nadie como testigo entre nosotros, Dios mismo sea testigo.
51 Y Labán siguió diciendo a Jacob:
–Mira, aquí están el montón de piedras y el pilar que he puesto entre nosotros dos. 52 Ambos serán testigos de que ni tú ni yo cruzaremos esta línea para perjudicarnos. 53 Que decida entre nosotros el Dios de tu abuelo Abraham y de mi abuelo Nahor.
Entonces Jacob juró por el Dios que su padre Isaac adoraba. 54 Luego hizo Jacob sacrificios en el cerro, y llamó a sus parientes a comer. Todos ellos comieron, y pasaron la noche en el cerro.
55 Al día siguiente por la mañana, Labán se levantó y dio un beso a sus nietos y a sus hijas; después los bendijo, y regresó a su tierra.n
Jacob envía mensajeros a Esaú
32
Jacob siguió su camino, y unos ángeles de Dios le salieron al encuentro. Cuando Jacob los vio, dijo: “Este es un ejército de Dios.” Por eso llamó Mahanaima a aquel lugar.
Jacob envió unos mensajeros a la tierra de Seír,b que es la región de Edom, para anunciar su llegada a su hermano Esaú, y les dio este mensaje: “Decid a mi hermano Esaú: ‘Tu hermano Jacob se pone a tus órdenes, y nos manda a decirte: He vivido con Labán todo este tiempo, y tengo vacas, asnos, ovejas, esclavos y esclavas. Envío este mensaje a mi señor, esperando ganarme su buena voluntad.’ ”
Cuando los mensajeros regresaron, dijeron a Jacob:
–Fuimos a ver a tu hermano Esaú, y ya viene él mismo a recibirte, acompañado de cuatrocientos hombres.
Al oir esto, Jacob se llenó de miedo y se quedó muy preocupado. Dividió entonces en dos grupos la gente que llevaba con él, y también las ovejas, vacas y camellos, pues pensó: “Si Esaú viene contra un grupo y lo ataca, el otro grupo podrá escapar.” Luego comenzó a orar: “Señor, Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, que me dijiste que regresara a mi tierra y a mis parientes, y que harías que me fuera bien: 10 no merezco la bondad y fidelidad con que me has tratado. Yo crucé este río Jordán sin llevar nada más que mi bastón, y ahora he llegado a poseer dos campamentos. 11 ¡Por favor, sálvame de las manos de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que venga a atacarme y que mate a las mujeres y a los niños. 12 Tú has dicho claramente que harás que me vaya bien, y que mis descendientes serán tan numerosos como los granitos de arena del mar, que no se pueden contar.”c
13 Aquella noche Jacob durmió allí, y de lo que tenía a mano escogió regalos para su hermano Esaú: 14 doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas, veinte carneros, 15 treinta camellas recién paridas, con sus crías, cuarenta vacas, diez novillos, veinte asnas y diez asnos. 16 Luego entregó a sus siervos cada rebaño por separado, y les dijo:
–Adelantaos, y guardad alguna distancia entre rebaño y rebaño.
17 Al primero que envió, le ordenó:
–Cuando te encuentre mi hermano Esaú y te pregunte quién es tu amo, a dónde vas y de quién son los animales que llevas, 18 contéstale: ‘Es un regalo para ti, mi señor Esaú, de parte de Jacob, tu servidor. Por cierto, él mismo viene detrás de nosotros.’
19 También al segundo que envió, y al tercero, y a todos los que llevaban los rebaños, les dijo:
–Cuando encontréis a Esaú, decidle lo mismo, 20 y decidle también: ‘Jacob, tu servidor, viene detrás de nosotros.’
Porque Jacob pensaba: “Calmaré su enojo con los regalos que le envío por delante, y luego le veré personalmente. Tal vez de este modo me recibirá bien.” 21 Así pues, los regalos fueron delante, y él se quedó a pasar la noche en su campamento.
Jacob lucha con un ángeld
22 Jacob se levantó aquella misma noche, tomó a sus dos esposas, sus dos esclavas y sus once hijos, y los hizo cruzar el vado del río Jaboc,e 23 junto con todo lo que tenía. 24 Cuando Jacob se quedó solo, un hombre luchó con élf hasta el amanecer; 25 pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, le golpeó en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le dislocó a Jacob mientras luchaba. 26 Entonces el hombre le dijo:
–Suéltame, porque ya está amaneciendo.
–Si no me bendices, no te soltarég –contestó Jacob.
27 –¿Cómo te llamas? –preguntó aquel hombre.
–Me llamo Jacob –respondió él.
28 Entonces el hombre le dijo:
–Ya no te llamarás Jacob.h Tu nombre será Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.i
29 –Ahora dime cómo te llamas tú –preguntó Jacob.
Pero el hombre contestó:
–¿Para qué me preguntas mi nombre?j
Luego el hombre le bendijo allí mismo. 30 Y Jacob llamó a aquel lugar Penuel,k porque dijo: “He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo.”l
31 Ya Jacob estaba pasando Penuel cuando el sol salió; pero debido a su cadera, iba cojeando. 32 Por eso, aun en el día de hoy, los descendientes de Israel no comen el tendón que está en la coyuntura de la cadera, porque Jacob fue golpeado en esa parte.
Reconciliación de Jacob y Esaú
33
Cuando Jacob vio que Esaú venía acompañado de cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía, Raquel y las dos esclavas.a Situó primero a las esclavas con sus hijos, luego a Lía con sus hijos, y por último a Raquel y José. Luego se adelantó a ellos, y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente siete veces,b hasta que estuvo cerca de su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, le abrazó y le besó. Los dos lloraron. Después Esaú se fijó en las mujeres y los niños, y preguntó:
–Y estos, ¿quiénes son?
–Son los hijos que Dios ha dado a tu servidor –dijo Jacob.
Entonces las esclavas y sus hijos se acercaron, y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente; luego se acercaron Lía y sus hijos, y se inclinaron de la misma manera; y por último se acercaron José y Raquel, y también se inclinaron. Y preguntó Esaú:
–¿Qué piensas hacer con todos esos rebaños que he venido encontrando?
–Ganarme tu buena voluntad–respondió Jacob.
–No, hermano mío, yo tengo suficiente. Quédate con lo que es tuyo –dijo Esaú.
10 Pero Jacob insistió:
–No, por favor. Si me he ganado tu buena voluntad, acepta este regalo, pues verte en persona es como ver a Dios mismo,c ya que tú me has recibido muy bien. 11 Te ruego que aceptes el regalo que te he traído, pues Dios me ha hecho rico, y nada me falta.
Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó el regalo; 12 pero dijo:
–Bueno, vámonos de aquí. Yo iré delante de ti.
13 Y Jacob respondió:
–Querido hermano, tú sabes que los niños son débiles, y que debo pensar en las ovejas y en las vacas paridas; si se las cansa, en un solo día pueden morir todas las ovejas. 14 Es mejor que tú te adelantes a este servidor tuyo; yo iré poco a poco, al paso de los animales que van delante de mí, y al paso de los niños, hasta reunirme contigo en Seír.d
15 –Bueno –dijo Esaú–, permíteme dejarte algunos hombres de los que vienen conmigo.
Pero Jacob contestó:
–¡No, por favor! ¿Para qué te molestas?
16 Aquel mismo día regresó Esaú a Seír. 17 Jacob, en cambio, se fue a Sucot, donde hizo una casa para él y unas enramadas para sus animales. Por eso, a aquel lugar lo llamó Sucot.e
18 Cuando Jacob vino de Padán-aram, llegó sano y salvo a Canaán y acampó frente a la ciudad de Siquem.f 19 Por cien monedasg compró un terreno a los hijos de Hamor, el padre de Siquem, y allí montó su campamento. 20 Después construyó un altar, y lo llamó El-elohé-israel.h
Los hijos de Jacob vengan a Dina
34
Dina, la hija que Lía dio a Jacob, fue a visitar a las muchachas del lugar; pero la vio Siquem, que era hijo de Hamor el heveo,a el jefe de aquel lugar, y por la fuerza se acostó con ella y la deshonró. Sin embargo, tanto se enamoró de ella, que trató de ganarse su cariño. Entonces habló con su padre Hamor, y le dijo:
–Ve a pedir la mano de esta muchacha. Quiero casarme con ella.
Jacob supo que Siquem había deshonrado a su hija Dina, pero como sus hijos estaban en el campo con sus animales, no dijo nada hasta que ellos regresaron. Mientras tanto, Hamor, el padre de Siquem, fue a ver a Jacob para hablar con él.
Cuando los hijos de Jacob regresaron del campo y supieron lo que había pasado, se enfurecieron, porque era una ofensa muy grande para Israel que Siquem se hubiera acostado con la hija de Jacob. ¡Era algo que nunca debía haber hecho! Pero Hamor habló con ellos, y les dijo:
–Mi hijo Siquem está muy enamorado de vuestra hermana. Por favor, dejadla que se case con él y haceos nuestros parientes; así nosotros nos casaremos con vuestras hijas y vosotros os casaréis con las nuestras. 10 Quedaos a vivir con nosotros. El país está a vuestra disposición; vivid en él, haced negocios, comprad terrenos.
11 Por su parte, Siquem dijo al padre y a los hermanos de Dina:
–Yo os ruego que aceptéis. Os daré lo que me pidáis.b 12 No importa que sea una compensación más alta de lo acostumbrado, y muchos regalos; yo os los daré. Pero dejad que la muchacha se case conmigo.
13 Sin embargo, como Siquem había deshonrado a Dina, los hijos de Jacob les contestaron a él y a su padre Hamor con engaños. 14 Les dijeron:
–No podemos dar nuestra hermana a un hombre que no está circuncidado, porque eso sería una vergüenza para nosotros. 15 Solo podemos aceptar con esta condición: que vosotros seáis como nosotros; es decir, que se circunciden todos los varones entre vosotros. 16 Entonces sí, vosotros os casaréis con nuestras hijas y nosotros nos casaremos con las vuestras; viviremos entre vosotros y seremos un solo pueblo. 17 Pero si no aceptáis nuestra condición de circuncidaros, nos iremos de aquí y nos llevaremos a nuestra hermana.
18 Hamor y su hijo Siquem estuvieron de acuerdo con lo que ellos propusieron. 19 Sin perder más tiempo, el joven se circuncidó, porque la hija de Jacob le había gustado. Como Siquem era el más respetado en la familia de su padre, 20 fueron él y su padre Hamor a la entrada de la ciudad, donde se trataban los negocios,c y allí dijeron a los habitantes:
21 –Estos hombres son nuestros amigos. Van a vivir y hacer negocios en este lugar, pues hay suficiente terreno para ellos; nosotros podremos casarnos con sus hijas y ellos podrán casarse con las nuestras. 22 Pero, para que seamos un solo pueblo, ellos aceptan vivir con nosotros solamente con esta condición: que todos nuestros varones se circunciden, tal como ellos acostumbran. 23 Todas sus pertenencias y todos sus animales serán nuestros. Solo tenemos que decir sí, y ellos se quedarán a vivir con nosotros.
24 Todos los hombres de la ciudad que estaban en edad militard estuvieron de acuerdo con Hamor y con su hijo Siquem, y fueron circuncidados. 25 Pero Simeón y Leví, hijos de Jacob y hermanos de Dina, fueron a la ciudad al tercer día, cuando los hombres todavía tenían los dolores de la circuncisión, y espada en mano los mataron a todos, pues no encontraron resistencia. 26 A filo de espada mataron a Hamor y a su hijo Siquem; luego sacaron a Dina de la casa de Siquem, y se fueron. 27 Llegaron también los otros hijos de Jacob, y pasando sobre los muertos saquearon el pueblo para vengar la deshonra de su hermana. 28 Se llevaron ovejas, vacas, asnos y todo lo que había en la ciudad y en el campo; 29 robaron todo lo que había en las casas, y se llevaron prisioneros a todos los niños y mujeres. 30 Entonces Jacob dijo a Simeón y Leví:
–Me habéis puesto en un aprieto. Ahora los habitantes de este lugar, los cananeos y ferezeos, me van a odiar. Se juntarán contra mí y me atacarán, y como tengo muy pocos hombres, nos matarán a mí y a mi familia.
31 Pero ellos contestaron:
–¿Acaso tenía él que tratar a nuestra hermana como a una prostituta?
Dios bendice a Jacob en Betel
35
Dios dijo a Jacob: “Levántate y vete a vivir a Betel. En ese lugar harás un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.”a Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban:
–Sacad todos los dioses extraños que hay entre vosotros, bañaos y mudad vuestras ropas.b Vámonos pronto a Betel, pues allí voy a construir un altar en honor del Dios que me ayudó cuando yo estaba afligido, y que me ha acompañado por dondequiera que he andado.
Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían, y los aretes que llevaban en las orejas,c y Jacob los enterró debajo de una encina cerca de Siquem.d Cuando ellos salieron, Dios hizo que todos los pueblos vecinos se llenaran de miedo, y por eso no persiguieron a los hijos de Jacob.
Jacob y toda la gente que iba con él llegaron a Luz, ciudad que también se llama Betel y que está en Canaán. Y construyó un altar, y llamó al lugar El-betel,e porque cuando huía de su hermano, Dios se le había aparecido allí.f También allí murió Débora, la mujer que había cuidado a Rebeca, y la enterraron debajo de una encina, cerca de Betel. Jacob llamó a aquel lugar “La encina del llanto”.
Cuando Jacob regresaba de Padán-aram,g Dios se le apareció otra vez, y le bendijo 10 de esta manera:

“Tú te llamas Jacob,
pero ya no te llamarás así;
desde hoy tu nombre será Israel.”h

Después que Dios le cambió el nombre, 11 le dijo:

“Yo soy el Dios todopoderoso;i
ten muchos hijos y descendientes.
De ti saldrá una nación y muchos pueblos,
y entre tus descendientes habrá reyes.
12 La tierra que di a Abraham y a Isaac,
también te la doy a ti,
y después de ti se la daré a tus descendientes.”j

13 Cuando Dios se fue del lugar en donde había hablado con Jacob, 14 este tomó una piedra y la puso en pie, como un pilar, en el lugar donde Dios le había hablado; luego la consagró derramando aceite y vino sobre ella, 15 y llamó Betel a aquel lugar.k
Muerte y sepultura de Raquel
16 Después se fueron de Betel; pero todavía estaban a alguna distancia de Efrata, cuando Raquel dio a luz, y tuvo un parto muy complicado. 17 En el momento más difícil, la partera le dijo: “No tengas miedo, que has dado a luz otro varón.” 18 Pero ella se estaba muriendo; y en sus últimos suspiros llamó Ben-oníl al niño, aunque su padre lo llamó Benjamín.m
19 Así murió Raquel, y la enterraron en el camino de Efrata, que ahora es Belén. 20 Jacob levantó un monumento sobre su sepulcro, el mismo monumento que todavía señala el sepulcro de Raquel.
21 Israel siguió su camino, y acampó más allá de la torre de Éder. 22 Estando ya establecido Israel en aquel lugar, Rubén fue y se acostó con Bilhá, que era concubina de su padre. Cuando este lo supo, se enojó muchísimo.n
Los hijos de Jacob
(1 Cr 2.1-2)
Los hijos de Jacob fueron doce. 23 Los que tuvo con Lía fueron Rubén, su primogénito; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. 24 Los que tuvo con Raquel fueron José y Benjamín. 25 Los que tuvo con Bilhá, la esclava de Raquel, fueron Dan y Neftalí; 26 y los que tuvo con Zilpá, la esclava de Lía, fueron Gad y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que nacieron en Padán-aram.
Muerte y sepultura de Isaac
27 Jacob fue a ver a su padre Isaac a Mamré, la ciudad que también se llama Arbá o Hebrón.ñ Allí habían vivido Abraham e Isaac. 28 Isaac tenía ciento ochenta años cuando murió. 29 Fue a reunirse con sus antepasadoso cuando ya era muy anciano, y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.
Descendientes de Esaú
(1 Cr 1.34-54)
36
Estos son los descendientes de Esaú, o sea Edom. Esaú se casó con mujeres de Canaán:a con Adá, hija de Elón el hitita; con Oholibamá, hija de Aná y nieta de Sibón el heveo,b y con Basemat, hija de Ismael y hermana de Nebaiot.c El hijo que Adá dio a Esaú fue Elifaz; Basemat dio a luz a Reuel; y Oholibamá dio a luz a Jeús, Jaalam y Coré. Estos fueron los hijos de Esaú, que nacieron cuando él vivía en la tierra de Canaán.
Esaú tomó a sus esposas, hijos e hijas, y a todos los que vivían con él, y se fue a otro lugar para alejarse de su hermano Jacob. Se llevó todos los animales y todo lo que había llegado a poseer en Canaán, pues era tanto lo que poseían los dos que ya no podían vivir juntos; además, la tierra donde vivían no bastaba para alimentar a sus animales. Por eso Esaú, o sea Edom, se fue a vivir a la región montañosa de Seír.d
Estos son los descendientes de Esaú, antepasado de los edomitas, que vivieron en la región montañosa de Seír. 10 Estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Adá y Esaú; y Reuel, hijo de Basemat y Esaú. 11 Los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Sefó, Gatam y Quenaz. 12 Elifaz tuvo una concubina llamada Timná, la cual le dio un hijo que se llamó Amalec. Estos fueron los descendientes de Adá, una de las esposas de Esaú. 13 Los hijos de Reuel fueron Náhat, Zérah, Samá y Mizá. Estos fueron los descendientes de Basemat, otra de las esposas de Esaú. 14 Oholibamá fue otra esposa de Esaú, y los hijos que ella le dio fueron Jeús, Jaalam y Coré. Ella era hija de Aná y nieta de Sibón.
15 Los jefese de los descendientes de Esaú fueron estos: de los descendientes de Elifaz, primogénito de Esaú, los jefes fueron Temán, Omar, Sefó, Quenaz, 16 Coré, Gatam y Amalec; estos fueron los jefes de la línea de Elifaz en la tierra de Edom, todos ellos descendientes de Adá. 17 De los hijos de Reuel, hijo de Esaú, los jefes fueron Náhat, Zérah, Samá y Mizá; estos fueron los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom, descendientes de Basemat, esposa de Esaú. 18 De los hijos de Oholibamá, hija de Aná y esposa de Esaú, los jefes fueron Jeús, Jaalam y Coré. 19 Todos ellos fueron descendientes de Esaú, o sea Edom, y jefes de sus tribus.
20 Los hijos de Seír el horeo, que vivían en aquella región, fueron Lotán, Sobal, Sibón,f Aná, 21 Disón, Éser y Disán; estos fueron los jefes de los horeos, descendientes de Seír, en la tierra de Edom. 22 Los hijos de Lotán fueron Horí y Hemam. Timná era hermana de Lotán. 23 Los hijos de Sobal fueron Alván, Manáhat, Ebal, Sefó y Onam. 24 Los hijos de Sibón fueron Aiá y Aná. Aná fue el que encontró manantialesg en el desierto, mientras estaba cuidando los asnos de su padre Sibón. 25 Aná tuvo un hijo llamado Disón, y una hija llamada Oholibamá. 26 Los hijos de Disón fueron Hemdán, Esbán, Itrán y Querán. 27 Los hijos de Éser fueron Bilhán, Zaaván y Acán. 28 Los hijos de Disán fueron Us y Arán.
29 Los jefes de los horeos fueron Lotán, Sobal, Sibón, Aná, 30 Disón, Éser y Disán; estos fueron los jefes de los horeos, familia por familia, en la región de Seír.
31 Estos fueron los reyes que gobernaron en Edom antes que los israelitas tuvieran rey: 32 Bela, que era hijo de Beor, fue rey de Edom; su ciudad se llamaba Dinhaba. 33 Cuando Bela murió, gobernó en su lugar Jobab, el hijo de Zérah, que era del pueblo de Bosrá. 34 Cuando Jobab murió, gobernó en su lugar Husam, que era de la región de Temán. 35 Cuando Husam murió, gobernó en su lugar Hadad, el hijo de Bedad, que derrotó a Madián en el campo de Moab; y su ciudad se llamaba Avit. 36 Cuando murió Hadad, gobernó en su lugar Samlá, que era del pueblo de Masrecá. 37 Cuando Samlá murió, gobernó en su lugar Saúl, que era de Rehobot, el pueblo que está junto al río. 38 Cuando Saúl murió, gobernó en su lugar Baal-hanán, que era hijo de Acbor. 39 Y cuando murió Baal-hanán, gobernó en su lugar Hadad;h y su ciudad se llamaba Pau. La esposa de Hadad se llamaba Mehetabel, y era hija de Matred y nieta de Mezaab.
40 Estos son los nombres de los clanes de Esaú, por orden de familias, lugares y nombres: Timná, Alvá, Jetet, 41 Oholibamá, Elá, Pinón, 42 Quenaz, Temán, Mibsar, 43 Magdiel e Iram. Esaú también se llamaba Edom, y estos fueron los jefes de Edom, de acuerdo con los lugares donde vivían y que eran suyos.

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020