22 Cuando se cumplieron los días en que ellos debían purificarse según manda la ley de Moisés,q llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.r
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22 q 2.22 Ellos: Algunos mss. dicen ella. Según Lv 12.2-4, la purificación correspondía solamente a la madre, que quedaba ritualmente impura después del parto. Con el plural (de los mejores mss.), Lucas parece referirse a la purificación de ambos padres del niño. O es posible que en ellos incluya al propio niño Jesús, quien iba a ser presentado en el templo (vs. 22-27). r 2.22-24 Cf. 1 S 1.22-24.
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23 Lo hicieron así porque en la ley del Señor está escrito: “Todo primer hijo varón será consagrado al Señor.”s
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23 s 2.23 Ex 13.2,12.
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24 Fueron, pues, a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.t
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24 t 2.24 La ofrenda de los pobres; cf. Lv 12.6-8.
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25 En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la restauraciónu de Israel. El Espíritu Santo estaba con él
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25 u 2.25 Restauración: La idea está relacionada con la esperanza mesiánica (cf. Is 40.1-2; 49.13; 57.18; 61.2; Mt 5.4).
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26 y le había hecho saber que no moriría sin ver antes al Mesías, a quien el Señor había de enviar.v
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26 v 2.26 Mesías: Véase 2.11 nota l; cf. Lc 9.20.
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27 Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús entraban para cumplir con lo dispuesto por la ley,
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28 Simeón lo tomó en brazos, y alabó a Dios diciendo:
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29 “Ahora, Señor, tu promesa está cumplida:
ya puedes dejar que tu siervo muera en pazw .
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29 w 2.29-32 La oración de Simeón se conoce como el “Nunc dimittis”, que son las dos primeras palabras de su versión latina y que significan “Ahora dejas ir”.
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30 Porque he visto la salvación
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31 que has comenzado a realizar
ante los ojos de todas las naciones,x
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31 x 2.30-31 Is 40.5; 52.10.
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32 la luz que alumbrará a los paganosy
y que será la honra de tu pueblo Israel.”z
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32 y 2.32 Is 42.6; 49.6; 52.10. z 2.32 Is 46.13.
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33 El padre y la madre de Jesúsa estaban admirados de lo que Simeón decía acerca del niño.
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33 a 2.33 El padre y la madre de Jesús: así, según los mejores mss. (cf. v. 48). José, como esposo de María, era el padre de Jesús para efectos legales.
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34 Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de Jesús:
–Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan y muchos se levanten. Será un signo de contradicción
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35 que pondrá al descubierto las intenciones de muchos corazones. Pero todo esto va a ser para ti como una espada que te atraviese el alma.
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36 También estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana. Se había casado siendo muy joven y vivió con su marido siete años;
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37 pero hacía ya ochenta y cuatro que había quedado viuda.b Nunca salía del templo, sino que servía día y noche al Señor, con ayunos y oraciones.
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37 b 2.37 Hacía ya... había quedado viuda: otra posible traducción: ahora era viuda, y tenía ochenta y cuatro años.
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38 Ana se presentó en aquel mismo momento, y comenzó a dar gracias a Dios y a hablar del niño Jesús a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.c
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38 c 2.38 Is 52.9. Liberación: o rescate (Mt 20.28 nota p).
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El regreso a Nazaret
39 Cuando ya habían cumplido con todo lo que dispone la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret.d
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39 d 2.39 Mt 2.23.
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40 Y el niño crecía y se hacía más fuerte y más sabio, y gozaba del favor de Dios.e
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40 e 2.40 Cf. v. 52.
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© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España |
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