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Acusación contra Jesús
20 Después entró Jesús en una casa,ñ y se juntó de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer él y sus discípulos.
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20 ñ 3.20 En una casa: Puede tratarse de la casa de Simón en Cafarnaún. Véanse Mt 9.1 n.; Mc 2.1 n., y cf. también Mc 1.29.
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21 Al saber que estaba allí, los parienteso de Jesús acudieron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco.
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21 o 3.21 Jn 10.20. Parientes: o amigos (lit. los de junto a él); pero cf. vv. 31-32.
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22 También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: “Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.”p
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22 p 3.22 Mt 9.34; 10.25. Beelzebú: el diablo, jefe de los demonios; véase Mt 12.24 n.
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23 Jesús los llamó y les puso un ejemplo, diciendo: “¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás?
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24 Un país dividido en bandos enemigos no puede mantenerse,
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25 y una casa dividida no puede mantenerse.
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26 Pues bien, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse: habrá llegado su fin.
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27 “Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si antes no lo ata. Solamente así podrá robárselos.
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28 “Os aseguro que Dios perdonará a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan;
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29 pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo no tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.”q
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29 q 3.28-29 Mt 12.32; Lc 12.10.
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30 Esto lo dijo Jesús porque afirmaban que tenía un espíritu impuro.r
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30 r 3.30 Afirmaban que tenía un espíritu impuro: esto es, atribuían la expulsión de los demonios al mismo jefe de ellos (v. 22). Por esta razón Jesús habla de la actitud comúnmente llamada el “pecado imperdonable”. Cf. 2 Ts 1.8-9; Heb 6.4-6; 10.26-29; 1 Jn 5.16-17.
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La madre y los hermanos de Jesús
31 Entre tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron fuera y mandaron llamarle.
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32 La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le avisó:
–Tu madre, tus hermanos y tus hermanass están fuera y te buscan.
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32 s 3.32 Algunos mss. omiten y tus hermanas. Véase Mt 12.46 n. |
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33 Él les contestó:
–¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
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34 Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió:
–Estos son mi madre y mis hermanos.
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35 Todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
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© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España |
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