Parábola de los labradores malvados
33 “Escuchad otra parábola: El dueño de una finca plantó una viña,s le puso una cerca, construyó un lagart y levantó una torreu para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradoresv y se fue de viaje.
34 Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía.
35 Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo.
37 “Por último mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’
38 Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero; matémoslo y nos quedaremos con la viña.’
39 Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron.w
40 “Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores?”
41 Le contestaron:
–Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
42 Jesús les dijo:
– ¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
‘La piedra que despreciaron los constructores
es ahora la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor
y nosotros estamos maravillados.’x
43 “Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos.
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