8 IV. ACTIVIDAD PÚBLICA DE JESÚS (8–9)a
Jesús sana a un leproso
1 Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente.
2 En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo:
–Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
3 Jesús lo tocó con la mano, y dijo:
–Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.b
4 Jesús añadió:
–Mira, no se lo digas a nadie.c Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda ordenada por Moisés;d así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad.
Jesús sana al criado de un centurión romanoe
5 Al entrar en Cafarnaún, un centurión romanof se le acercó para hacerle un ruego.
6 Le dijo:
–Señor, mi asistente está en casa enfermo, paralítico, sufriendo terribles dolores.
7 Jesús le respondió:
–Iré a sanarlo.g
8 –Señor –le contestó el centurión–, yo no merezco que entres en mi casa. Basta que des la orden y mi asistente quedará sanado.
9 Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando. Cuando a uno de ellos le digo que vaya, va; cuando a otro le digo que venga, viene; y cuando ordeno a mi criado que haga algo, lo hace.
10 Al oir esto, Jesús se quedó admirado y dijo a los que le seguían:
–Os aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe como este hombre.
11 Y os digo que muchos vendrán de oriente y de occidente,h y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;i
12 en cambio, los que deberían estar en el reino serán arrojados a la oscuridad de fuera. Allí llorarán y les rechinarán los dientes.j
13 Luego Jesús dijo al centurión:
–Vete a tu casa y que se haga tal como has creído.
En aquel mismo momento, el criado quedó sanado.
Jesús sana a la suegra de Pedro
14 Jesús fue a casa de Pedro, donde encontró a la suegra de este en cama, con fiebre.
15 Le tocó Jesús la mano y la fiebre desapareció. Luego se levantó y se puso a atenderlos.
Jesús sana a muchos enfermos
16 Al anochecer llevaron a Jesús muchas personas endemoniadas. Con una sola palabra expulsó a los espíritus malos, y también curó a todos los enfermos.
17 Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta Isaías: “Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.”k
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