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Números 22-32

Números :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36

III. ONCE MESES EN LAS LLANURAS DE MOAB (22–36)
22 Balac manda llamar a Balaama
Los israelitas siguieron su camino y acamparon en las llanuras de Moab, al oriente del río Jordán, frente a Jericó.b
Balac, hijo de Sipor, vio lo que habían hecho los israelitas con los amorreos. También la gente de Moab se llenó de miedo al ver que los israelitas eran tan numerosos. Entonces dijo la gente de Moab a los ancianos de Madián: “Toda esta gente va a acabar con nuestra tierra, como un buey acaba con el pasto del campo.”
Por aquel tiempo Balac, hijo de Sipor, era rey de Moab, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor,c quien se encontraba en Petor, junto al río Éufrates, en el país de Amav.d Balac ordenó a sus mensajeros que dijeran a Balaam: “De Egipto ha venido un pueblo que se ha extendido por todo el país y ahora se ha establecido delante de mí. Ven en seguida y maldice a este pueblo por mí, pues es más fuerte que nosotros. Quizá así pueda yo derrotarlos y expulsarlos del país. Yo sé que tus bendiciones y tus maldiciones siempre se cumplen.”e
Los ancianos de Moab y de Madián se fueron con dinero en la mano para pagar las maldiciones, y al llegar a donde estaba Balaam le dieron el mensaje de parte de Balac. Balaam les dijo:
–Quedaos aquí esta noche y yo os responderé según lo que el Señor me ordene.
Los ancianos de Moab se quedaron con él.f Pero Dios se apareció a Balaam y le preguntó:
–¿Quiénes son esos hombres que están contigo?
10 Balaam le respondió:
–Balac, hijo de Sipor, que es rey de Moab, los envió a decirme 11 que un pueblo ha salido de Egipto y se ha extendido por todo el país. Balac quiere que yo vaya en seguida a maldecirlos, para ver si así puede derrotarlos y echarlos fuera de su territorio.
12 Entonces Dios dijog a Balaam:
–No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque a ese pueblo lo he bendecido yo.
13 Al día siguiente, Balaam se levantó y dijo a los jefes que había enviado Balac:
–Regresad a vuestra tierra. El Señor no me permite ir con vosotros.
14 Los jefes de Moab regresaron a donde estaba Balac, y le dijeron:
–Balaam no quiso venir con nosotros.
15 Pero Balac insistió y volvió a enviar otros jefes, esta vez en mayor número y de más importancia que los primeros. 16 Ellos fueron a ver a Balaam y le dijeron:
–Balac, hijo de Sipor, nos manda a decirte: ‘Por favor, no te niegues a venir. 17 Yo te daré los más grandes honores, y haré todo lo que me pidas; pero ven y hazme el favor de maldecir a este pueblo.’
18 Pero Balaam les respondió:
–Aunque Balac me diera todo el oro y la plata que caben en su palacio, yo no podría hacer nada, ni grande ni pequeño, que fuera contra las órdenes del Señor mi Dios. 19 Sin embargo, quedaos aquí también esta noche, y veré qué me dice esta vez el Señor.
20 Por la noche, Dios se apareció a Balaam y le dijo:
–Si esos hombres han venido a buscarte, levántate y vete con ellos, pero tendrás que hacer solamente lo que yo te diga.
Balaam y el ángel del Señor
21 Balaam se levantó al día siguiente, ensilló su asna y se fue con los jefes moabitas. 22 Balaam iba montado en su asnah y le acompañaban dos criados.
Pero la ira de Dios se encendió contra él porque se había ido, y el ángel del Señori se interpuso en su camino para cerrarle el paso. 23 Cuando el asna vio que el ángel del Señor estaba en medio del camino con una espada en la mano, se apartó del camino y se fue por el campo; pero Balaam la golpeó para hacerla volver al camino. 24 Luego el ángel del Señor se paró en un lugar estrecho, donde el camino pasaba entre viñedos y tenía paredes de piedra a ambos lados. 25 Cuando el asna vio al ángel del Señor, se recostó contra una de las paredes, oprimiéndole la pierna a Balaam. Entonces Balaam le volvió a pegar. 26 Pero el ángel del Señor se adelantó a ellos y se detuvo en un lugar muy estrecho, donde no podía uno apartarse ni a un lado ni a otro. 27 Cuando el asna vio al ángel del Señor se echó al suelo. Entonces Balaam se enojó y la azotó con una vara. 28 En ese momento hizo el Señor que el asna hablase y le dijera a Balaam:
–¿Qué te he hecho? Con esta van tres veces que me pegas.
29 –Te estás burlando de mí –le respondió Balaam–. Si tuviera a mano un cuchillo, ahora mismo te mataría.
30 Pero el asna le dijo:
–Yo soy el asna que tú has montado toda tu vida, y bien sabes que nunca me he portado así contigo.
–Es verdad –respondió Balaam.
31 Entonces el Señor hizo que Balaam viera a su ángel, que estaba en medio del camino con una espada en la mano. Balaam se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, 32 y el ángel del Señor le dijo:
–¿Por qué pegaste tres veces a tu asna? Yo soy quien ha venido a cerrarte el paso, porque tu viaje me disgusta.j 33 El asna me vio, y me esquivó las tres veces. Si no me hubiera esquivado, ya te habría yo matado, aunque a ella la habría dejado con vida.
34 Balaam respondió al ángel del Señor:
–He pecado, pues no sabía que eras tú quien estaba ahí cerrándome el camino. Si te parece mal que vaya, regresaré.
35 Pero el ángel del Señor le contestó:
–Puedes ir con esos hombres, pero dirás solamente lo que yo te diga.
Balac recibe a Balaam
Balaam se fue, pues, con los jefes que Balac había enviado. 36 Cuando Balac supo que Balaam se acercaba, salió a recibirlo a una ciudad de Moab situada junto al río Arnón, en la frontera del país, 37 y le dijo:
–Te mandé a llamar con insistencia. ¿Por qué no querías venir? ¿Pensabas que no soy capaz de hacerte grandes honores?k
38 Balaam le respondió:
–Pues aquí estoy; ya he venido a verte. Pero no tengo poder para hablar por mi cuenta; solo podré decir lo que Dios me comunique.
39 Luego Balaam se fue con Balac a Quiriat-husot, 40 donde Balac mandó que mataran vacas y ovejas, y que se las llevaran a Balaam y a los jefes que le acompañaban.
41 A la mañana siguiente, Balac buscó a Balaam y le hizo subir a Bamot-baal, desde donde pudo ver los alrededores del campamento de los israelitas.
23
Entonces Balaam le dijo:
–Constrúyeme aquí siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros.
Balac hizo lo que Balaam le dijo, y entre ambos sacrificaron un becerro y un carnero en cada altar.a
Y Balaam dijo a Balac:
–Quédate junto al sacrificio, mientras yo voy a ver si el Señor viene a encontrarse conmigo. Luego te comunicaré lo que él me dé a conocer.
Balaam bendice a Israel
Balaam se fue a una colina desierta, donde Dios se le apareció. Balaam le dijo:
–He preparado siete altares, y en cada uno he ofrecido un becerro y un carnero.
Entonces el Señor puso en labios de Balaam lo que tenía que decir, y le dijo:
–Regresa a donde está Balac y dile lo mismo que yo te he dicho.
Balaam regresó y encontró a Balac de pie, junto al sacrificio, en compañía de todos los jefes moabitas. Entonces Balaam pronunció esta profecía:

“Desde las montañas del oriente, desde Aram,
me hizo venir Balac, rey de Moab.
‘Ven, me dijo, maldíceme a Israel,
deséale el mal al pueblo de Jacob.’
Pero, ¿cómo maldecir al que Dios no maldice?
¿Cómo desear el mal, si el Señor no lo hace?
Desde estas altas rocas puedo verlo,
desde estas colinas lo miro:
es un pueblo que vive apartado,
distinto de los otros pueblos.
10 Son como el polvo: ¿quién puede contarlos?
¿Quién puede saber su número?
¡Ojalá muera yo como esos hombres justos,
y sea mi fin como el de ellos!”

11 Entonces Balac dijo a Balaam:
–¿Qué estás haciendo? Yo te traje para que maldijeras a mis enemigos, y tú te has puesto a bendecirlos.
12 Balaam contestó:
–Habíamos quedado en que yo diría solamente lo que el Señor pusiera en mis labios.b
13 Pero Balac insistió:
–Ven conmigo a otra parte, desde donde sólo podrás ver los alrededores del campamento, pero no el campamento completo. Maldícemelos desde allí.
14 Y Balac llevó a Balaam al campo de Sofim, en la cumbre del monte Pisgá, donde construyó siete altares y sacrificó en cada uno un becerro y un carnero. 15 Allí Balaam dijo a Balac:
–Quédate aquí, junto al sacrificio, mientras yo voy a encontrarme con Dios.
16 El Señor salió al encuentro de Balaam y puso en sus labios lo que tenía que decir. Además le dijo:
–Regresa a donde está Balac y dile lo mismo que yo te he dicho.
17 Balaam regresó y encontró a Balac de pie, junto al sacrificio, en compañía de los jefes moabitas. Y Balac le preguntó:
–¿Qué te dijo el Señor?
18 Entonces Balaam pronunció esta profecía:

“Balac, hijo de Sipor,
escúchame con atención.
19 Dios no es como los mortales:
no miente ni cambia de opinión.
Cuando él dice una cosa, la realiza.
Cuando hace una promesa, la cumple.
20 Yo tengo órdenes de bendecir;
si Dios bendice, yo no puedo contradecirle.
21 Nadie ha visto engaño ni maldad
en Israel,c el pueblo de Jacob.
El Señor su Dios está con ellos,
y ellos le aclaman como rey.
22 Dios, que los sacó de Egipto, es para ellos
lo que son para el búfalo sus cuernos.d
23 Contra Jacob no valen maleficios;
contra Israel no sirven brujerías.e
Ahora es preciso decir a Israel:
‘¡Cuántas maravillas ha hecho Dios contigo!’
24 Este pueblo se levanta
amenazante como un león,
y no descansará hasta devorar su presa
y beber la sangre de sus víctimas.”

25 Balac dijo entonces a Balaam:
–¡Ya que no puedes maldecir a este pueblo, por lo menos no lo bendigas!
26 A lo cual respondió Balaam:
–¿No te he dicho ya que solo puedo hacer lo que el Señor me ordene?f
27 Entonces Balac le dijo:
–Ven, que te voy a llevar a otra parte. Quizás a Dios no le disguste que maldigas a Israel desde allí.
28 Y así Balac llevó a Balaam a la cumbre del monte Peor,g desde donde se ve todo el desierto. 29 Allí Balaam dijo a Balac:
–Constrúyeme aquí siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros. 30 Balac hizo lo que Balaam le dijo, y en cada altar sacrificó un becerro y un carnero.h
24
Pero como Balaam vio que al Señor le parecía bien bendecir a Israel, ya no fue a recibir profecías de parte suya, como había hecho las otras veces, sino que volvió la mirada hacia el desierto. Y al ver Balaam a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios se apoderó de él. Entonces Balaam pronunció esta profecía:

“Mensaje de Balaam, hijo de Beor,
hombre de mirada penetrante,a
que al caer en éxtasis ve con más claridad,
que recibe mensajes y visiones
de parte del Dios todopoderoso.b
¡Jacob, qué bellas son tus tiendas!
¡Qué bello, Israel, tu campamento!
Parecen largas filas de palmeras,c
jardines junto a un río,
áloes plantados por el Señor,
¡cedros a la orilla del agua!
Israel tendrá agua en abundancia
para beber y regar sus sembrados.d
Su rey dominará a Agag;e
su poder real será muy grande.
Dios, que los sacó de Egipto, es para ellos
lo que son para el búfalo sus cuernos.f
Israel devorará a las naciones enemigas;
les romperá los huesos
y los herirá con sus flechas.
Cuando se acuesta a descansar, parece un león:
nadie se atreve a despertarlo.
¡Bendito sea el que te bendiga
y maldito el que te maldiga!”g
Las profecías de Balaam
10 Al oir esto, Balac se llenó de ira contra Balaam, y golpeando las manosh le dijo:
–Yo te llamé para que maldijeras a mis enemigos, y resulta que ya van tres veces que los bendices. 11 ¡Más te vale volver a tu casa! Yo había prometido hacerte grandes honores, pero el Señor lo ha impedido.
12 Balaam le respondió:
–Ya advertí a tus mensajeros 13 que, aunque me dieras todo el oro y la plata que caben en tu palacio, yo no podría desobedecer las órdenes del Señor ni hacer nada bueno ni malo por mi propia cuenta, y que sólo diría lo que el Señor me ordenara decir.i 14 Pues bien, regreso a mi país; pero antes voy a decirte lo que este pueblo hará en el futuro con el tuyo.
15 Entonces Balaam pronunció esta profecía:

“Mensaje de Balaam, hijo de Beor,
hombre de mirada penetrante,j
16 que al caer en éxtasis ve con más claridad,
que conoce lo que el Altísimo conoce,
que recibe mensajes y visiones
de parte del Dios todopoderoso.k
17 Veo algo en el futuro, diviso algo allá muy lejos:
es una estrella que sale de Jacob,
un rey que se levanta en Israel.
Aplastará la cabeza a Moab,
aplastará a todos los descendientes de Set.l
18 Conquistará a Edom,
se apoderará de Seír,m que es su enemigo.
Israel realizará grandes hazañas.
19 Un vencedor saldrá de Jacob
y destruirá a los que queden en la ciudad.”n

20 Después vio Balaam a Amalec, y pronunció esta profecía:

“Amalec es una nación importante,
pero terminará destruida por completo.”ñ

21-22 También vio a los quenitas, y pronunció esta profecía:

“Descendientes de Caín:
aunque vuestros refugios sean firmes,
aunque hayáis puesto vuestro nidoo entre las rocas,
ese nido será destruido por el fuego
cuando Asiria os haga prisioneros.”p

23 Después pronunció esta profecía:

“¡Ay! ¿Quién vivirá todavía
cuando Dios haga estas cosas?q
24 Vienen naves de la costa de Chipre,
y dejarán en ruinas a Asiria y a Éber,
pues también Éber será destruido.”
25 Después de esto, Balaam se puso en camino y volvió a su casa. Balac también se puso en camino.
El culto a Baal-peor
25
Cuando los israelitas se establecieron en Sitim,a sus hombres empezaron a corromperse con las mujeres moabitas, las cuales los invitaban a los sacrificios que ofrecían a sus dioses. Los israelitas tomaban parte en aquellas comidas y adoraban a los dioses de las moabitas, y así se dejaron arrastrar al culto de Baal-peor.b Entonces el Señor se enfureció contra Israel, y dijo a Moisés:
–Reúne a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante de mí, a plena luz del día. Así se calmará mi ira contra Israel.c
Moisés ordenó entonces a los jueces israelitas:
–Cada uno de vosotros matará a los hombres de su tribu que se dejaron arrastrar al culto de Baal-peor.
Pero un israelita llevó a su casa a una mujer madianita, a la vista de Moisés y de todos los israelitas reunidos, mientras ellos se encontraban llorando a la entrada de la tienda del encuentro. Al ver esto, Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, se apartó de los israelitas reunidos, empuñó una lanza y se fue tras aquel israelita, hasta su alcoba,d y allí atravesó por el estómago al israelita y a la mujer. Así se terminó la plaga que estaba haciendo morir a los israelitas, por causa de la cual ya habían muerto veinticuatro mil de ellos.
10 Entonces el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
11 –Finees ha hecho que se calme mi ira contra los israelitas, porque él ha tenido el mismo celo que yo tengo por ellos. Por eso no me he dejado llevar del celo y no terminé con ellos. 12 Dile, pues, que yo hago con él un pacto de paz, 13 por el cual le entrego, a él y a sus descendientes, el sacerdocio para siempre, porque tuvo celo por mí y obtuvo así el perdón para los israelitas.e
14 El israelita que fue atravesado junto con la madianita se llamaba Zimrí, y era hijo de Salú y jefe de una familia de la tribu de Simeón. 15 La mujer madianita se llamaba Cozbí, y era hija de Sur, jefe de un grupo de familias de Madián.
16 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
17 –Atacad a los madianitas y derrotadlos, 18 así como ellos os atacaron a vosotros con sus malas mañas y os hicieron adorar a Baal-peor, y como en el caso de Cozbí, la hija del jefe madianita, que fue muerta con una lanza cuando yo os envié una plaga por haber adorado a Baal-peor.
26 Nuevo censo de Israela
Después de aquella plaga mortal, el Señor dijo a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón:
“Haced un censo, por familias, de todos los israelitas de veinte años en adelante, aptos para la guerra.”
Moisés y Eleazar ordenaron entonces a los israelitas en las llanuras de Moab,b junto al río Jordán, frente a Jericó, que se registraran todos los israelitas que tuvieran de veinte años en adelante, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Estos fueron los israelitas que habían salido de Egipto:
Los clanes descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, fueron los de Henoc, Falú, Hesrón y Carmí. Según el censo, los descendientes de Rubén sumaban cuarenta y tres mil setecientos treinta hombres. De Falú nació Eliab, y de Eliab nacieron Nemuel, Datán y Abiram. Datán y Abiram fueron aquellos del grupo de consejeros que, junto con Coré, se rebelaron contra el Señor y, al mismo tiempo, contra Moisés y Aarón; 10 pero se abrió la tierra y se los tragó a ellos dos y a Coré, y todo el grupo murió: doscientos cincuenta hombres murieron en el fuego. Esto sirvió de advertencia a los demás.c 11 Sin embargo, los hijos de Coré no murieron.
12 Los clanes descendientes de Simeón fueron los de Nemuel, Jamín, Jaquín, 13 Zérah y Saúl. 14 Según el censo, los descendientes de Simeón sumaban veintidós mil doscientos hombres.
15 Los clanes descendientes de Gad fueron los de Sefón, Haguí, Suní, 16 Ozní, Erí, 17 Arod y Arelí. 18 Según el censo, los descendientes de Gad sumaban cuarenta mil quinientos hombres.
19 De los hijos de Judá, murieron Er y Onán en el país de Canaán, 20 así que los clanes descendientes de Judá fueron los de Selá, Fares y Zérah. 21 Los clanes descendientes de Fares fueron los de Hesrón y Hamul. 22 Según el censo, los descendientes de Judá sumaban setenta y seis mil quinientos hombres.
23 Los clanes descendientes de Isacar fueron los de Tolá, Puvá, 24 Jasub y Simrón. 25 Según el censo, los descendientes de Isacar sumaban sesenta y cuatro mil trescientos hombres.
26 Los clanes descendientes de Zabulón fueron los de Séred, Elón y Jahleel. 27 Según el censo, los descendientes de Zabulón sumaban sesenta mil quinientos hombres.
28 Los clanes descendientes de José fueron los de las tribus de Manasés y Efraín. 29 De Manasés, el clan de Maquir; de Maquir, el clan de Galaad; 30 de Galaad, los clanes de Iézer, de Hélec, 31 de Asriel, de Siquem, 32 de Semidá y de Héfer. 33 Selofhad, hijo de Héfer, no tuvo hijos, sino hijas, que se llamaban Mahlá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirsá. 34 Según el censo, los descendientes de Manasés sumaban cincuenta y dos mil setecientos hombres. 35 Los clanes descendientes de Efraín fueron los de Sutélah, Béquer y Tahán. 36 Los descendientes de Sutélah eran los del clan de Erán. 37 Según el censo, los descendientes de Efraín sumaban treinta y dos mil quinientos hombres. Éstos son los descendientes de José, por orden de clanes.
38 Los clanes descendientes de Benjamín fueron los de Bela, Asbel, Ahiram, 39 Sufam y Hufam. 40 Los clanes descendientes de Bela fueron los de Ard y Naamán, hijos de Bela. 41 Según el censo, los descendientes de Benjamín sumaban cuarenta y cinco mil seiscientos hombres.
42 Los descendientes de Dan fueron los del clan de Suham. 43 Según el censo, los descendientes de Suham sumaban sesenta y cuatro mil cuatrocientos hombres.
44 Los clanes descendientes de Aser fueron los de Imná, Isví y Beriá. 45 Los clanes descendientes de Bería fueron los de Héber y Malquiel. 46 Aser tuvo una hija, que se llamó Sérah. 47 Según el censo, los descendientes de Aser sumaban cincuenta y tres mil cuatrocientos hombres.
48 Los clanes descendientes de Neftalí fueron los de Jahseel, Guní, 49 Jezer y Silem. 50 Según el censo, los descendientes de Neftalí sumaban cuarenta y cinco mil cuatrocientos hombres.
51 Los israelitas contados en el censo sumaban seiscientos un mil setecientos treinta hombres en total.d
Normas para el reparto de la tierrae
52 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
53 “Entre estas personas será repartida la tierra, según el número que haya sido registrado. 54 A los grupos más numerosos les darás una porción mayor, y a los grupos menos numerosos una porción menor. A cada grupo se le dará una porción de tierra de acuerdo con el censo. 55 El reparto de la tierra se hará por suertes.f Cada uno recibirá su porción según la tribu a la que pertenezca por parte de padre. 56 La distribución se hará por suertes, tanto entre los grupos numerosos como entre los pequeños.”
Censo de los levitasg
57 Los clanes de la tribu de Leví contados en el censo fueron los de Guersón, Quehat y Merarí. 58 Los clanes de los libnitas, hebronitas, mahlitas, musitas y coreítas, eran clanes levitas.
Quehat fue el padre de Amram. 59 Amram se casó con una hija de Leví que se llamaba Jocabed, y que nació cuando Leví aún estaba en Egipto. Amram y Jocabed fueron los padres de Aarón, Moisés y María. 60 Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.h 61 Nadab y Abihú murieron cuando ofrecieron ante el Señor un fuego extraño.i
62 El total de varones descendientes de Leví, de un mes de edad en adelante, fue de veintitrés mil. Estos no habían sido registrados con los demás israelitas, porque a ellos no se les había dado ninguna propiedad.j
63 Este fue el resultado del censo de los israelitas hecho por Moisés y el sacerdote Eleazar en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 64 Entre todos ellos no había uno solo de los que estuvieron cuando Moisés y Aarón hicieron el censo en el desierto de Sinaí, 65 pues el Señor les había anunciado que morirían en el desierto.k Con excepción de Caleb, hijo de Jefuné, y de Josué, hijo de Nun, no quedó uno solo de ellos.l
27 Reclamación de las hijas de Selofhada
En la tribu de Manasés había cinco hermanas, que se llamaban Maalá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirsá. Eran hijas de Selofhad, descendientes directas de Héfer, Galaad, Maquir, Manasés y José. Estas cinco hermanas fueron a la entrada de la tienda del encuentro para hablar con Moisés, con el sacerdote Eleazar y con los jefes de la comunidad, y les dijeron: “Nuestro padre murió en el desierto, pero él no pertenecía al grupo de Coré que se rebeló contra el Señor. Murió a causa de su propio pecadob y sin dejar hijos varones. Pero no es justo que el nombre de nuestro padre desaparezca de su clan simplemente porque no tuvo un hijo varón. Danos una porción de tierra a nosotras entre los hermanos de nuestro padre.”
Moisés presentó al Señor el caso de estas mujeres, y el Señor le respondió: “Las hijas de Selofhad tienen razón. Asígnales una porción de tierra entre los hermanos de su padre, y que la herencia de su padre pase a ellas.c Di además a los israelitas que, si alguien muere sin dejar hijo varón, su herencia pasará a manos de su hija; y si no tiene ninguna hija, dejará su herencia a sus hermanos; 10 y si no tiene hermanos, dejará su herencia a los hermanos de su padre. 11 En caso de que su padre no haya tenido hermanos, dejará su herencia a su pariente más cercano. Esta será una ley para los israelitas, tal como yo te lo he ordenado.”
Josué designado sucesor de Moisés
(Dt 31.1-8)
12 El Señor dijo a Moisés:
–Sube a este monte de Abarimd y mira la tierra que he dado a los israelitas. 13 Después que la hayas visto, morirás y te reunirás con tus antepasados, como tu hermano Aarón,e 14 ya que los dos desobedecisteis mis órdenes en el desierto de Sin cuando el pueblo me vino con reclamaciones, y no me honrasteis delante de ellos cuando pidieron agua. (Esto se refiere al manantial de Meribá,f en Cadés, en el desierto de Sin.)g
15 Moisés dijo al Señor:
16-17 –Dios y Señor, tú que das la vida a todos los hombres, nombra un jefe que se ponga al frente de tu pueblo y lo guíe por todas partes, para que no ande como rebaño sin pastor.h
18 El Señor respondió a Moisés:
–Josué,i hijo de Nun, es un hombre de espíritu. Tómalo y pon tus manos sobre su cabeza. 19 Luego preséntalo ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo, y dale el cargo delante de todos ellos; 20 pon sobre él parte de tu autoridad, para que todo el pueblo de Israel le obedezca.j 21 Pero Josué deberá presentarse ante el sacerdote Eleazar, y Eleazar me consultará en su nombre por medio del Urim.k Josué será el que dé las órdenes a los israelitas, para todo lo que hagan.
22 Moisés hizo tal como el Señor se lo había ordenado. Tomó a Josué y lo presentó ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo. 23 Le puso las manos sobre la cabeza y le dio el cargo,l tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés.
Las ofrendas diarias
(Ex 29.38-46)
28
El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
“Ordena a los israelitas que no dejen de ofrecerme puntualmente pan y ofrendas quemadas en las fiestas especiales, como ofrendas de olor agradable para mí.
“Diles también que estas son las ofrendas que deberán quemar en mi honor: diariamente, sin falta, dos corderos de un año que no tengan ningún defecto. Uno será sacrificado por la mañana y el otro al atardecer. La ofrenda de cereales será de dos kilos de la mejor harina amasada con un litro de aceite de oliva. (Este era el sacrificio que se quemaba continuamente en el monte Sinaí, como ofrenda de olor agradable al Señor.) La ofrenda de vino será de un litro por cada cordero, y se ofrecerá derramándolo en el santuario, en honor del Señor. El segundo cordero será sacrificado al atardecer, y se le añadirá una ofrenda de cereales y una ofrenda de vino iguales a la ofrenda de la mañana. Es una ofrenda de olor agradable, que se quema en honor del Señor.
Las ofrendas del sábadoa
“Los sábados ofreceréis dos corderos de un año, sin defecto, y cuatro kilos de la mejor harina amasada con aceite como ofrenda de cereales, con su correspondiente ofrenda de vino. 10 Este holocausto se ofrecerá los sábados, con su correspondiente ofrenda de vino, además del holocausto diario.b
Las ofrendas mensuales
11 “El primer día de cada mesc ofreceréis como holocausto al Señor dos becerros, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. 12 Por cada becerro ofreceréis seis kilos de la mejor harina amasada con aceite; por cada carnero, cuatro kilos de harina amasada con aceite, 13 y por cada cordero, dos kilos de harina amasada con aceite. Es un holocausto de olor agradable que se quema en honor del Señor. 14 La ofrenda correspondiente de vino será de dos litros por cada becerro, un litro y medio por cada carnero y un litro por cada cordero. Estos son los holocaustos que ofreceréis todos los meses del año. 15 Además del holocausto diario, ofreceréis al Señor un chivo como sacrificio por el pecado, con su correspondiente ofrenda de vino.
Las ofrendas en la Pascua
(Lv 23.5-8)
16 “El día catorce del primer mes del año se celebrará la Pascua en honor del Señor,d 17 y el día quince será día de fiesta. Durante siete días se comerá pan sin levadura.e 18 En el primero de esos siete días se celebrará una reunión santa. Ese día no haréis ninguna clase de trabajo. 19 Como holocausto, ofreceréis al Señor dos becerros, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. 20 Junto con estos sacrificios haréis la correspondiente ofrenda de harina amasada con aceite, de la siguiente manera: seis kilos de harina por cada becerro, cuatro kilos por cada carnero 21 y dos kilos por cada cordero. 22 Ofreceréis también un chivo como sacrificio para obtener el perdón de vuestros pecados. 23 Todo esto lo ofreceréis además del holocausto que se ofrece todos los días por la mañana. 24 Así lo haréis cada uno de los siete días de la fiesta, como ofrenda de olor agradable quemada en honor del Señor. Esto deberá ofrecerse con su correspondiente ofrenda de vino, además del holocausto diario. 25 El séptimo día también tendréis reunión santa. Ese día no haréis ninguna clase de trabajo.
Las ofrendas en la fiesta de las Semanasf
(Lv 23.9-22)
26 “En la fiesta de los primeros frutos, cuando ofrezcáis al Señor los cereales de una nueva cosecha, es decir, en la fiesta de las Semanas, tendréis también una reunión santa. Ese día no haréis ninguna clase de trabajo. 27 Ofreceréis al Señor, como holocausto de olor agradable, dos becerros, un carnero y siete corderos de un año. 28 La correspondiente ofrenda de harina amasada con aceite será de seis kilos por cada becerro, cuatro kilos por el carnero 29 y dos kilos por cada cordero. 30 Ofreceréis también un chivo como sacrificio para obtener el perdón de vuestros pecados. 31 Este holocausto, con su correspondiente ofrenda de cereales y de vino, lo presentaréis además del holocausto diario. Los animales no han de tener ningún defecto.
Las ofrendas en la fiesta de las Trompetas
(Lv 23.23-25)
29
“El día primero del mes séptimo tendréis una reunión santa. Ese día no haréis ninguna clase de trabajo, y anunciaréis el día con toque de trompetas. Como holocausto de olor agradable al Señor, ofreceréis un becerro, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. La correspondiente ofrenda de harina amasada con aceite será de seis kilos por el becerro, cuatro kilos por el carnero y dos kilos por cada cordero. Ofreceréis también un chivo como sacrificio para obtener el perdón de vuestros pecados, además del holocausto de cada mes y del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino, como Dios lo ha ordenado. Esta será una ofrenda de olor agradable quemada en honor del Señor.
Las ofrendas en el día del Perdón
(Lv 23.26-32)
“El día diez del mismo mes séptimo tendréis también reunión santa. Dedicaréis ese día al ayunoa y no haréis ninguna clase de trabajo. Como holocausto de olor agradable al Señor, ofreceréis un becerro, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. La correspondiente ofrenda de harina amasada con aceite será de seis kilos por el becerro, cuatro kilos por el carnero 10 y dos kilos por cada cordero. 11 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del sacrificio por el pecado que se ofrece el Día del perdón, y del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
Las ofrendas en la fiesta de las Enramadasb
(Lv 23.33-44)
12 “El día quince del mes séptimo tendréis reunión santa. Ese día no haréis ninguna clase de trabajo. Durante siete días celebraréis fiesta en honor del Señor. 13 El primer díac ofreceréis, como holocausto de olor agradable al Señor, trece becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 14 La correspondiente ofrenda de harina amasada con aceite será de seis kilos por cada becerro, cuatro kilos por cada carnero 15 y dos kilos por cada cordero. 16 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
17 “El segundo día ofreceréis doce becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 18 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 19 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
20 “El tercer día ofreceréis once becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 21 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 22 También ofreceréis un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
23 “El día cuarto ofreceréis diez becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 24 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 25 También ofreceréis un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
26 “El día quinto ofreceréis nueve becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 27 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 28 También ofreceréis un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
29 “El día sexto ofreceréis ocho becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 30 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 31 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
32 “El día séptimo ofreceréis siete becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. 33 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino de acuerdo con el número de becerros, carneros y corderos, como Dios lo ha ordenado. 34 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
35 “El día octavod lo celebraréis con una reunión solemne, y no haréis ese día ninguna clase de trabajo. 36 Ofreceréis como holocausto de olor agradable al Señor un becerro, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. 37 Además haréis las ofrendas de cereales y de vino por el becerro, el carnero y los corderos, como Dios lo ha ordenado. 38 Ofreceréis también un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto diario con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino.
39 “Estos son los sacrificios que debéis ofrecer al Señor en fechas determinadas, además de vuestras ofrendas en cumplimiento de una promesa o como ofrenda voluntaria, ya sea como holocaustos u ofrendas de cereales y de vino, o como sacrificios de reconciliación.”
40 e Moisés comunicó a los israelitas todo lo que el Señor le había ordenado.
30 Normas relativas a promesas y juramentosa
Moisés dijo a los jefes de las tribus israelitas:
“El Señor ha ordenado que cuando una persona le haga una promesa o se comprometa formalmente con juramento, deberá cumplir su palabra y hacer todo lo que haya prometido.b
“Cuando una mujer joven, que aún depende de su padre, haga una promesa al Señor o se comprometa a algo, si su padre, al enterarse de su promesa o compromiso, no dice nada en contra, estará obligada a cumplir su promesa o compromiso. Pero si su padre, al enterarse, no lo aprueba, entonces ya no estará obligada a cumplir su promesa o compromiso. Puesto que su padre no lo aprueba, el Señor no le exigirá que lo cumpla.
“Cuando se trate de una mujer que haya hecho promesas al Señor o haya tomado un compromiso a la ligera, y que luego se case,c si su marido, al enterarse, no le dice nada en contra, estará obligada a cumplir sus promesas y sus compromisos. Pero si su marido, al enterarse, no los aprueba, entonces ya no estará obligada a cumplir sus promesas y sus compromisos tomados a la ligera. El Señor no le exigirá que los cumpla.
“Si la que hace una promesa es viuda o divorciada, estará obligada a cumplir todos los compromisos que contraiga.
10 “Cuando una mujer casada haga una promesa o se comprometa a algo con juramento hallándose en casa de su marido, 11 si su marido, al enterarse, no dice nada en contra ni desaprueba lo que hace, estará obligada a cumplir sus promesas y compromisos. 12 Pero si su marido, al enterarse, los cancela, ya no estará obligada a cumplirlos, puesto que el marido se los canceló. El Señor no le exigirá que los cumpla.
13 “El marido puede confirmar o cancelar cualquier promesa o juramento que haga su mujer y que la obligue a ayunar. 14 Si él no dice nada en contra, y así pasa uno y otro día, con su silencio confirma todas las promesas o compromisos que ella haya tomado. 15 Si los cancela un tiempo después de haberse enterado, entonces él se hace responsable del incumplimiento de la mujer.”
16 Estas son las leyes que el Señor dio a Moisés sobre las relaciones entre el hombre y su mujer, y entre el padre y su hija cuando esta es joven y aún depende de su padre.
31 Destrucción de Madiána
El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
“Véngate de los madianitas en nombre de los israelitas. Después de eso, morirás.”
Moisés dijo entonces al pueblo:
–Armaos algunos de vosotros para la guerra, y atacad a Madián para vengaros de ellos en nombre del Señor. Cada tribu debe enviar mil hombres a la guerra.
Así pues, de los ejércitos de cada tribu se escogieron mil hombres, doce mil en total, armados para la guerra. Moisés los envió a la batalla en compañía de Finees, hijo del sacerdote Eleazar, quien llevaba los objetos sagrados y las trompetas para dar la orden de ataque. Pelearon contra los madianitas y los mataron a todos, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.b Mataron a Eví, Réquem, Sur, Hur y Reba, es decir, los cinco reyes madianitas, y también a Balaam, hijo de Beor. Los israelitas se llevaron prisioneras a las mujeres madianitas y a sus hijos pequeños, y les quitaron los animales, el ganado y los objetos de valor; 10 además quemaron todas sus ciudades y campamentos. 11 Y todo lo que les quitaron, tanto personas como animales, 12 se lo llevaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y al pueblo de Israel, los cuales estaban acampados en la llanura de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
13 Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes del pueblo salieron a recibirlos fuera del campamento. 14 Pero Moisés se enojó con los jefes que estaban al frente de mil y de cien soldados, que venían de la batalla, 15 y les dijo:
–¿Por qué dejasteis con vida a las mujeres? 16 Precisamente fueron ellas las que, cuando el asunto de Balaam,c llevaron a los israelitas a rebelarse contra el Señor y adorar a Baal-peor.d Por eso el Señor castigó con una plaga a su pueblo. 17 Matad ahora mismo a todos los niños varones y a todas las mujeres que no sean vírgenes. 18 A las muchachas vírgenes dejadlas con vida, y quedaos con ellas. 19 Y todos los que hayáis matado a alguien o hayáis tocado un cadáver, quedaos fuera del campamento durante siete días. Tanto vosotros como los prisioneros deberéis purificaros al tercero y al séptimo día. 20 Purificad también toda la ropa y todos los objetos de cuero, de pelo de cabra o de madera.
21 El sacerdote Eleazar dijo a todos los soldados que habían estado en la batalla:
–Esta es una ley que el Señor dio a Moisés: 22 Los objetos de oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo 23 –en una palabra, todo lo que resista al fuego–, los purificaréis poniéndolos al fuego y lavándolos con el agua de purificación.e Las cosas que no resistan al fuego, las purificaréis solo con agua. 24 El séptimo día lavaréis vuestra ropa y quedaréis puros. Después podréis entrar en el campamento.
Reparto del botín
25 El Señor dijo a Moisés:
26 “Con ayuda del sacerdote Eleazar y de los jefes de familia del pueblo, haz la cuenta de la gente y de los animales arrebatados a los madianitas; 27 divídelo todo en dos partes iguales, y distribuye una parte entre los que fueron a pelear y la otra entre el resto del pueblo. 28 Recoge además una parte para mí: de lo que les toque a los soldados, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, tomarás uno de cada quinientos 29 y se lo darás al sacerdote Eleazar como contribución para mí. 30 De la mitad correspondiente al resto de los israelitas, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, o sea de todos los animales, tomarás uno de cada cincuenta y se lo darás a los levitas encargados del servicio de mi santuario.”
31 Moisés y Eleazar hicieron tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 32 Todo lo que se le quitó al enemigo, sin contar lo que los soldados recogieron por su parte, fueron seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil bueyes, 34 sesenta y un mil asnos 35 y treinta y dos mil muchachas vírgenes. 36 Por lo tanto, la mitad que les tocó a los soldados fue de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37 de las que se dieron seiscientas setenta y cinco como contribución para el Señor; 38 de los treinta y seis mil bueyes, se dieron sesenta y dos como contribución para el Señor; 39 de los treinta mil quinientos asnos, se dieron sesenta y uno como contribución para el Señor; 40 y de las dieciséis mil muchachas, se dieron treinta y dos como contribución para el Señor. 41 Moisés entregó la contribución para el Señor al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.
42 La otra mitad, que era la parte que le tocaba al resto de los israelitas y que Moisés había separado de la parte que les tocó a los soldados, 43 fue exactamente la misma, o sea: trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44 treinta y seis mil bueyes, 45 treinta mil quinientos asnos 46 y dieciséis mil muchachas. 47 De esta mitad sacó Moisés uno de cada cincuenta, lo mismo de personas que de animales, y se lo dio a los levitas que servían en el santuario del Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
48 Entonces los jefes que habían estado al frente de mil y de cien soldados fueron a ver a Moisés 49 y le dijeron: “Nosotros, tus servidores, hemos hecho la cuenta de los soldados que teníamos a nuestro cargo, y no falta ninguno. 50 Aquí traemos los objetos de oro que cada uno encontró: brazaletes, pulseras, anillos, aretes y otros adornos,f para ofrecérselos al Señor como rescate por nosotros mismos.”g
51 Moisés y Eleazar recibieron de ellos todas las joyas de oro. 52 El oro que ofrecieron como contribución los jefes al mando de mil y de cien soldados, pesó más de ciento ochenta y cuatro kilos, 53 pues cada soldado había traído algo de lo que se le había quitado al enemigo. 54 Así pues, Moisés y Eleazar recibieron de los jefes el oro que habían traído, y lo llevaron a la tienda del encuentro para que el Señor se acordara de los israelitas.
Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al este del Jordán
(Dt 3.12-22)
32
Las tribus de Rubén y Gad tenían muchísimo ganado. Cuando vieron que los territorios de Jazer y Galaad eran muy buenos para la cría de ganado, fueron a ver a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes del pueblo, y les dijeron:
–Mirad: las regiones de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebam,a Nebo y Beón, que el Señor ha conquistado para el pueblo de Israel, son tierras de pasto para el ganado, y lo que tenemos nosotros, tus servidores, es precisamente ganado. Si te parece bien, danos ese territorio a nosotros, y no nos hagas pasar el río Jordán.
Pero Moisés les respondió:
–¿Queréis vosotros quedaros aquí, mientras vuestros compatriotas van a la guerra? ¿Por qué queréis desanimar a los israelitas para que no pasen al país que el Señor les ha dado? Eso mismo fue lo que hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cadés-barnea a explorar aquella región.b Llegaron hasta el arroyo de Escol y exploraron la región, y después desanimaron a los israelitas para que no entraran en el país que el Señor les había dado. 10 Por eso la ira del Señor se encendió aquel día, y juró 11 que las personas que habían salido de Egipto y que tenían de veinte años en adelante no verían la tierra que solemnemente había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, porque no le siguieron con fidelidad. 12 Solo Caleb, hijo de Jefuné el quenizita, y Josué, hijo de Nun, siguieron fielmente al Señor. 13 La ira del Señor se encendió contra los israelitas, y los hizo vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que no quedó con vida ni uno solo de los que le habían ofendido con sus malas acciones.c 14 Y ahora vosotros, hijos de padres pecadores, queréis seguir el ejemplo de vuestros padres, para provocar otra vez la ira del Señor contra Israel. 15 Si vosotros no queréis seguir al Señor, él hará que los israelitas permanezcan más tiempo en el desierto, y vosotros tendréis la culpa de que sean destruidos.
16 Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron:
–Lo que queremos es construir aquí corrales para nuestras ovejas y vacas, y ciudades para nuestras familias. 17 Después nosotros mismos nos armaremos a toda prisa e iremos al frente de los demás israelitas, hasta que los llevemos a su territorio. Entre tanto, nuestras familias se quedarán en las ciudades, seguras y a salvo de los que viven en esta región. 18 No volveremos a nuestras casas mientras todos los israelitas no hayan tomado posesión de su propia tierra. 19 Como lo que va a ser nuestro territorio está a este lado, al oriente del río Jordán, no reclamaremos tierras al otro lado del Jordán ni más allá.
20 Moisés les respondió:
–Pues si cumplís vuestra palabra y os armáis para combatir a las órdenes del Señor,d 21 si todos vosotros cruzáis armados el río Jordán bajo las órdenes del Señor, y os quedáis allí hasta que el Señor expulse a todos sus enemigos 22 y sea conquistado el país, entonces podréis volver, pues quedaréis libres de vuestra obligación para con el Señor y para con Israel. Esta tierra será propiedad vuestra con la aprobación del Señor. 23 Pero si no lo hacéis así, sabed que cometeréis un pecado contra el Señor y que algún día os llegará el castigo por ese pecado. 24 Construid, pues, ciudades para vuestras familias y corrales para vuestras ovejas, pero cumplid vuestra palabra.
25 Los descendientes de Gad y de Rubén le contestaron:
–Estos servidores tuyos harán lo que les has mandado. 26 Nuestras mujeres y nuestros hijos pequeños, con el ganado y con todos nuestros animales, se quedarán aquí, en las ciudades de Galaad, 27 y nosotros, tus servidores, nos armaremos e iremos a la guerra bajo las órdenes del Señor, tal como tú nos lo has mandado.
28 Entonces Moisés dio las siguientes instrucciones al sacerdote Eleazar, a Josué y a los jefes de familia de las diversas tribus de Israel:
29 –Si todos los hombres de las tribus de Gad y de Rubén cruzan con vosotros el Jordán, armados para pelear bajo las órdenes del Señor hasta que conquistéis el país, entonces vosotros les daréis el país de Galaad como territorio propio. 30 Pero si no pasan armados, entonces les tocará un territorio entre vosotros en el país de Canaán.
31 Los descendientes de Gad y Rubén respondieron:
–Haremos lo que el Señor ha ordenado a estos servidores tuyos. 32 Pasaremos armados al país de Canaán obedeciendo al Señor, pero nos quedaremos con el territorio al oriente del Jordán como nuestra propiedad.e
33 Y así, a las tribus de Gad y Rubén, y a la media tribu de Manasés,f Moisés les dio los territorios de Sihón, rey amorreo, y de Og, rey de Basán, con las ciudades que les pertenecían y los campos que las rodeaban.g 34 Los de la tribu de Gad reconstruyeron las ciudades de Dibón, Atarot, Aroer, 35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbehá, 36 Bet-nimrá y Bet-arán, y las fortificaron, e hicieron corrales para sus ovejas. 37 Los de la tribu de Rubén reconstruyeron las ciudades de Hesbón, Elalé, Quiriataim, 38 Nebo, Baal-meón y Sibmá, cambiando el nombre a algunas de ellas y poniendo su propio nombre a las que reconstruyeron.
39 Los descendientes de Maquir, hijo de Manasés, invadieron la región de Galaad y se apoderaron de ella, expulsando a los amorreos que había allí. 40 Entonces Moisés asignó a los descendientes de Maquir la región de Galaad, donde ellos se establecieron. 41 Jaír, descendiente de Manasés, se apoderó de unos campamentos de los amorreos y les puso el nombre de Havot-jaír. 42 El grupo de Nóbah se apoderó de Quenat y de los pueblos que dependían de ella, y le puso su propio nombre, Nóbah.

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020