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Ezequiel 24

Ezequiel :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48

24 Parábola de la olla hirvientea
Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo:
24
a 24.1-14 El profeta realiza otra acción simbólica, destinada a prefigurar una vez más la destrucción de Jerusalén (cf. Ez 4--5).
«Hijo de hombre, escribe la fecha de este día, porque el rey de Babilonia ha puesto sitio a Jerusalén en este mismo día.
Y habla por medio de una parábola a la casa rebelde; diles: “Así ha dicho Jehová, el Señor:

»Pon una olla,
ponla y echa agua en ella;b
b 24.2-3 A causa del asedio de las tropas de Nabucodonosor, los habitantes de Jerusalén están aprisionados como si estuvieran dentro de una olla puesta sobre el fuego. Cf. 2 R 25.1; Jer 52.4.
junta sus piezas de carne en ella:
todas buenas piezas, pierna y espalda,
y llénala de huesos escogidos.
Toma una oveja escogida,
y también enciende los huesosc debajo de ella;
haz que hierva mucho,
y cuece también sus huesos dentro de ella.
c 24.5 Huesos: heb.; otra traducción: leña.

»Pues así ha dicho Jehová, el Señor:

»¡Ay de la ciudad de sangres,
de la olla herrumbrosa
cuya herrumbre no ha sido quitada!
Por sus piezas, por sus piezas sácala,
sin echar suertes sobre ella.d
d 24.6 Sin echar suertes sobre ella: otra posible traducción: hasta dejar la olla vacía.
Porque su sangre está en medio de ella,
derramada sobre la piedra desnuda;
pues no la derramó sobre la tierra
para que fuera cubierta por el polvo.
Para hacer subir la ira,
para ejecutar la venganza,
yo pondré su sangre sobre la piedra desnuda,
para que no sea cubierta.
Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor.
¡Ay de la ciudad de sangres!
Pues también haré yo una gran hoguera:
10 Amontonaré la leña y encenderé el fuego
para consumir la carne y hacer la salsa,
y los huesos serán quemados;
11 pondré luego la olla vacía sobre sus brasas,
para que se caldee,
se queme su fondo,
se funda en ella su suciedad
y se consuma su herrumbre.

12 »En vano se cansó, pues no salió de ella su mucha herrumbre, que solo con fuegoe será quitada.
12 e 24.12 Pues no salió... solo con fuego: traducción probable. Heb. oscuro.
13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque yo traté de limpiarte, pero tú no te limpiaste de tu impureza: nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.
14 Yo, Jehová, he hablado: sucederá, yo lo haré. No me volveré atrás ni tendré piedad ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová, el Señor”».
Muerte de la esposa de Ezequielf
15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
15 f 24.15-27 La muerte repentina de la esposa del profeta pasa a ser una nueva profecía en acción. Así como Ezequiel había sido privado de lo que él más quería (v. 16), así también los deportados a Babilonia se verían despojados de lo que era la delicia de sus ojos y la pasión de sus almas: el Templo y la ciudad de Jerusalén, cuya caída es inminente (v. 21).
16 «Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos;g no hagas lamentación ni lloresh ni corran tus lágrimas. 16 g 24.16 La delicia de tus ojos: otra traducción: La persona que tu más quieres.
h 24.16 No hagas lamentación ni llores: El dolor silencioso de Ezequiel debe preanunciar la actitud de los deportados cuando Jerusalén caiga en poder de Nabucodonosor: La llegada de esa noticia los dejará tan abatidos, que ni siquiera tendrán fuerzas para celebrar los ritos de duelo por sus seres queridos (cf. v. 21-24).
17 Reprime el suspirar, no hagas luto por los muertos, cíñete el turbante, ponte los zapatos en los pies y no te cubras con rebozo ni comas pan de enlutados».
18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.
19 Me dijo el pueblo:
--¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?
20 Yo les dije:
--La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
21 “Di a la casa de Israel que así ha dicho Jehová, el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, la delicia de vuestros ojos y la pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis, caerán a espada”.
22 Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo ni comeréis pan de gente en luto;
23 vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no haréis lamentación ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.
24 “Ezequiel, pues, os será por señal. Según todas las cosas que él hizo, haréis; y cuando esto ocurra, sabréis que yo soy Jehová, el Señor”.
25 «Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,
26 ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las noticias.
27 Aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo; hablarás, no permanecerás mudo. Tú les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová».

© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020