24 Parábola de la olla hirvientea
1 Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo:
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1 a 24.1-14 El profeta realiza otra acción simbólica, destinada a prefigurar una vez más la destrucción de Jerusalén (cf. Ez 4--5).
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2 «Hijo de hombre, escribe la fecha de este día, porque el rey de Babilonia ha puesto sitio a Jerusalén en este mismo día.
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3 Y habla por medio de una parábola a la casa rebelde; diles: “Así ha dicho Jehová, el Señor:
»Pon una olla,
ponla y echa agua en ella;b
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3 b 24.2-3 A causa del asedio de las tropas de Nabucodonosor, los habitantes de Jerusalén están aprisionados como si estuvieran dentro de una olla puesta sobre el fuego. Cf. 2 R 25.1; Jer 52.4.
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4 junta sus piezas de carne en ella:
todas buenas piezas, pierna y espalda,
y llénala de huesos escogidos.
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5 Toma una oveja escogida,
y también enciende los huesosc debajo de ella;
haz que hierva mucho,
y cuece también sus huesos dentro de ella.
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5 c 24.5 Huesos: heb.; otra traducción: leña.
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6 »Pues así ha dicho Jehová, el Señor:
»¡Ay de la ciudad de sangres,
de la olla herrumbrosa
cuya herrumbre no ha sido quitada!
Por sus piezas, por sus piezas sácala,
sin echar suertes sobre ella.d
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6 d 24.6 Sin echar suertes sobre ella: otra posible traducción: hasta dejar la olla vacía.
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7 Porque su sangre está en medio de ella,
derramada sobre la piedra desnuda;
pues no la derramó sobre la tierra
para que fuera cubierta por el polvo.
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8 Para hacer subir la ira,
para ejecutar la venganza,
yo pondré su sangre sobre la piedra desnuda,
para que no sea cubierta.
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9 Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor.
¡Ay de la ciudad de sangres!
Pues también haré yo una gran hoguera:
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10 Amontonaré la leña y encenderé el fuego
para consumir la carne y hacer la salsa,
y los huesos serán quemados;
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11 pondré luego la olla vacía sobre sus brasas,
para que se caldee,
se queme su fondo,
se funda en ella su suciedad
y se consuma su herrumbre.
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12 »En vano se cansó, pues no salió de ella su mucha herrumbre, que solo con fuegoe será quitada.
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12 e 24.12 Pues no salió... solo con fuego: traducción probable. Heb. oscuro.
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13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque yo traté de limpiarte, pero tú no te limpiaste de tu impureza: nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.
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14 Yo, Jehová, he hablado: sucederá, yo lo haré. No me volveré atrás ni tendré piedad ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová, el Señor”».
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Muerte de la esposa de Ezequielf
15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
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15 f 24.15-27 La muerte repentina de la esposa del profeta pasa a ser una nueva profecía en acción. Así como Ezequiel había sido privado de lo que él más quería (v. 16), así también los deportados a Babilonia se verían despojados de lo que era la delicia de sus ojos y la pasión de sus almas: el Templo y la ciudad de Jerusalén, cuya caída es inminente (v. 21).
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16 «Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos;g no hagas lamentación ni lloresh ni corran tus lágrimas.
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16 g 24.16 La delicia de tus ojos: otra traducción: La persona que tu más quieres.
h 24.16 No hagas lamentación ni llores: El dolor silencioso de Ezequiel debe preanunciar la actitud de los deportados cuando Jerusalén caiga en poder de Nabucodonosor: La llegada de esa noticia los dejará tan abatidos, que ni siquiera tendrán fuerzas para celebrar los ritos de duelo por sus seres queridos (cf. v. 21-24).
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17 Reprime el suspirar, no hagas luto por los muertos, cíñete el turbante, ponte los zapatos en los pies y no te cubras con rebozo ni comas pan de enlutados».
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18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.
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19 Me dijo el pueblo:
--¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?
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20 Yo les dije:
--La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
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21 “Di a la casa de Israel que así ha dicho Jehová, el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, la delicia de vuestros ojos y la pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis, caerán a espada”.
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22 Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo ni comeréis pan de gente en luto;
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23 vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no haréis lamentación ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.
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24 “Ezequiel, pues, os será por señal. Según todas las cosas que él hizo, haréis; y cuando esto ocurra, sabréis que yo soy Jehová, el Señor”.
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25 «Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,
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26 ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las noticias.
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27 Aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo; hablarás, no permanecerás mudo. Tú les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová».
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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