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1 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: «No tomes mujer de las hijas de Canaán.
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2 Levántate, ve a Padan-aram,a a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
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2 a 28.2 Padan-aram: Véase Gn 25.20 n.
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3 Que el Dios omnipotenteb te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos;
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3 b 28.3 Dios omnipotente: heb. El shadai; véase Gn 17.1 n.
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4 que te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que habitas, la que Dios dio a Abraham».c
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4 c 28.4 Dios dio a Abraham: Gn 17.4-8.
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5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel, el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
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6 Vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padan-aram, para tomar allí mujer para sí; y que cuando lo bendijo le había mandado diciendo: «No tomarás mujer de las hijas de Canaán»;
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7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
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8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán no agradaban a Isaac, su padre;
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9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer, además de sus otras mujeres, a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.d
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9 d 28.8-9 Gn 26.34-35.
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Dios se aparece a Jacob en Bet-el
10 Jacob, pues, salió de Beerseba y fue a Harán.
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11 Llegó a un cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto. De las piedras de aquel paraje tomó una para su cabecera y se acostó en aquel lugar.
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12 Y tuvo un sueño: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo. Ángeles de Dios subían y descendían por ella.e
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12 e 28.12 Cf. Jn 1.51. La palabra hebrea traducida por escalera puede designar tanto una rampa como una escalinata de piedra semejante a las que tenían algunos templos de la antigua Mesopotamia (véase Gn 11.4 nota d). Se consideraba que estas grandes escalinatas eran un lazo de unión entre el cielo y la tierra.
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13 Jehová estaba en lo alto de ella y dijo: «Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
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14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente,f
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14 f 28.13-14 Serán benditas: Véase Gn 12.2-3 n. La promesa hecha a Abraham (Gn 12.1-3; 13.14-15; 15.18-21; 22.16-18) y a Isaac (Gn 26.3-5), es ahora renovada a Jacob (cf. Gn 46.3).
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15 pues yo estoy contigo,g te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho».
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15 g 28.15 Yo estoy contigo: Véase Gn 26.3 n.
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16 Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: «Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía».
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17 Entonces tuvo miedo y exclamó: «¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Diosh y puerta del cielo».
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17 h 28.17 Casa de Dios es la traducción del nombre hebreo Bet-el. Este era el nombre de una antigua población cananea que más tarde cayó en poder de los israelitas (cf. Jue 1.22-26), y en la que había un antiguo e importante santuario (cf. Gn 12.8; 13.3; 1 R 12.29; Am 7.13).
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18 Se levantó Jacob de mañana, y tomando la piedra que había puesto de cabecera, la alzó por señal y derramó aceite encima de ella.i
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18 i 28.18 En el antiguo Oriente, los pilares o piedras conmemorativas solían recordar algún hecho importante, como una victoria militar, un pacto o una manifestación divina (cf. Gn 31.45-54; véanse también Ex 23.24 n.; 24.4 n). Más tarde, la legislación deuteronómica ordenó destruir las piedras conmemorativas que estaban vinculadas con las prácticas religiosas cananeas (cf. Dt 7.5; 12.3; 16.22).
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19 Y a aquel lugar le puso por nombre Bet-el,j aunque Luzk era el nombre anterior de la ciudad.
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19 j 28.19 Bet-el: Véase Gn 28.17 n.
k 28.19 Luz es una palabra hebrea que significa almendro.
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20 Allí hizo voto Jacob, diciendo: «Si va Dios conmigo y me guarda en este viaje en que estoy, si me da pan para comer y vestido para vestir
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21 y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.
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22 Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, el diezmo apartaré para ti».l
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22 l 28.22 El diezmo: El pago del diezmo como ofrenda a la divinidad se practicaba en Canaán antes de la llegada de los israelitas (cf. Gn 14.20). Más tarde, la legislación mosaica introdujo esta práctica en Israel, como medio de satisfacer las necesidades del culto divino (Dt 12.6,17-18; 26.12).
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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