51 Palabras de consuelo para Sióna
1 «Oídme, los que seguís la justicia,
los que buscáis a Jehová.
Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados,
al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
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1 a 51.1-23 Todo este cap. es un llamado a la esperanza: los hijos de Abraham no deben abrigar ningún temor, porque el brazo de Jehová los va a liberar de la esclavitud, renovando los prodigios del pasado (cf. v. 9-11); la furia de los opresores no podrá hacer nada contra el pueblo de Dios, porque el Dios de Israel es el Señor del universo (v. 15-16) y él va a hacer que la copa de su ira sea bebida por los enemigos de su pueblo (v. 17-23). Véase Copa (c) en la Concordancia temática.
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2 Mirad a Abraham, vuestro padre,
y a Sara, que os dio a luz;
porque cuando no era más que uno solo,
lo llamé, lo bendije y lo multipliqué.b
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2 b 51.1-2 Los descendientes de Abraham y de Sara, padres del pueblo de Israel, son como piedras extraídas de una cantera. Véase Gn 12.2-3 n.
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3 Ciertamente consolará Jehová a Sión;
consolará todas sus ruinas.c
Cambiará su desierto en un edén
y su tierra estéril en huerto de Jehová;d
se hallará en ella alegría y gozo,
alabanzas y cánticos.
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3 c 51.3 Cf. Sal 74.3-9; 79.1-5.
d 51.3 Huerto de Jehová: Véase Gn 13.10 nota b. Edén: Véase Gn 2.8 n.; cf. también Ez 36.35.
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4 »Estad atentos a mí, pueblo mío,
y oídme, nación mía;
porque de mí saldrá la Ley,
y mi justicia para luz de los pueblos.
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5 Muy cerca está mi justicia,
ya ha salido mi salvación
y mis brazos juzgarán a los pueblos.
En mí esperan los de la costa;
en mi brazo ponen su esperanza.
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6 Alzad a los cielos vuestros ojos
y mirad abajo, a la tierra;
porque los cielos se desvanecerán como el humo
y la tierra se envejecerá como un vestido.
De la misma manera perecerán sus moradores;
pero mi salvación será para siempre,
mi justicia no perecerá.e
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6 e 51.6 Cf. Sal 102.25-28; Mt 24.35.
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7 Oídme, los que conocéis justicia,
pueblo en cuyo corazón está mi Ley.
No temáis afrenta de hombres
ni desmayéis por sus ultrajes.
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8 Porque como a un vestido los comerá la polilla,
como a la lana los comerá el gusano;
pero mi justicia permanecerá perpetuamente
y mi salvación por generación y generación».
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9 ¡Despiértate, despiértate,
vístete de poder, brazo de Jehová!f
¡Despiértate como en el tiempo antiguo,
en los siglos pasados!
¿No eres tú el que despedazó a Rahab,g
el que hirió al dragón?h
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9 f 51.9 El brazo es símbolo del poder. Cf. Ex 15.16.
g 51.9 Rahab: Véase Sal 89.10 n.
h 51.9 Dragón: Véase Sal 74.13 n.
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10 ¿No eres tú el que secó el mar,
las aguas del gran abismo,
el que transformó en camino las profundidades del mar
para que pasaran los redimidos?i
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10 i 51.10 Cf. Ex 14.21-22.
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11 Ciertamente volverán los redimidos de Jehová;
volverán a Sión cantando
y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas.
Tendrán gozo y alegría,
y huirán el dolor y el gemido.j
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11 j 51.11 Cf. Is 35.10.
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12 «Yo, yo soy vuestro consolador.
¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales
y de los hijos de los hombres, que son como el heno?
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13 ¿Ya te has olvidado de Jehová, tu Hacedor,
que extendió los cielos y fundó la tierra?
Todo el día, sin cesar, has temido
el furor del que aflige,
cuando se dispone a destruir.
¿Pero dónde está el furor del que aflige?
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14 El preso agobiado será libertado pronto;
no morirá en la mazmorra ni le faltará su pan.
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15 »Yo Jehová,
que agito el mar y hago rugir sus olas,
soy tu Dios,
y mi nombre es Jehová de los ejércitos.
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16 En tu boca he puesto mis palabrask
y con la sombra de mi mano te cubrí,
extendiendol los cielos, echando los cimientos de la tierra
y diciendo a Sión: “Pueblo mío eres tú”».
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16 k 51.16 Cf. Jer 1.9.
l 51.16 Extendiendo: según una versión antigua. Heb. planté. Véanse las referencias en Is 48.13 nota j.
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17 ¡Despierta, despierta,
levántate, Jerusalén,m
que bebiste de la mano de Jehová
la copa de su ira!n
Porque la copa de aturdimiento
bebiste hasta los posos.
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17 m 51.17 Cf. Is 52.1.
n 51.17 La copa llena de vino embriagador, que deja postrado, física y mentalmente, al que lo bebe simboliza la ira de Dios y su juicio sobre los malvados. Este símbolo aparece con relativa frecuencia en los profetas y en los Salmos. Véanse Sal 60.3 n.; 75.8 n., y cf. Jer 25.15; Ap 14.10; 16.19.
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18 De todos los hijos que dio a luz,
no hay quien la guíe;
ni quien la tome de la mano,
de todos los hijos que crió.
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19 Estas dos cosas te han acontecido:
asolamiento y quebrantamiento,
hambre y espada.
¿Quién se compadece de ti?
¿Quién te consolará?
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20 Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos
en las encrucijadas de todos los caminos,
como un antílope en la red,
llenos de la indignación de Jehová,
de la ira del Dios tuyo.
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21 Ahora, pues, oye esto, afligida,
ebria, pero no de vino:
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22 Así dijo Jehová, tu Señor y tu Dios,
el cual aboga por su pueblo:
«He aquí he quitado de tu mano
la copa de aturdimiento,
los posos de la copa de mi ira.
Nunca más la beberás.
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23 Yo la pondré en manos de tus angustiadores,
que dijeron a tu alma:
“Inclínate, y pasaremos por encima de ti”.
Y tú pusiste tu espalda como suelo,
como camino, para que pasaran».
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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