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Jeremías 9

Jeremías :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52


9
¡Ay, si mi cabeza se hiciera agua
y mis ojos fuentes de lágrimas,
para llorar día y noche
a los muertos de la hija de mi pueblo!a
9
a 9.1 Lm 3.48-51.
¡Ay, quién me diera en el desierto
un albergue de caminantes,
para abandonar a mi pueblo y apartarme de ellos!,b
porque todos ellos son adúlteros,
una congregación de traidores.c
b 9.2 Aquí el profeta expresa su deseo de alejarse de una sociedad moralmente corrompida, que avanza hacia su propia ruina (cf. Sal 55.6-8); en otros pasajes, se lamenta con amargura de tener que anunciar la palabra de Dios a un pueblo que se niega a escucharla, y él se siente como impulsado a desistir de su misión profética (Jer 20.9; cf. 5.21; 11.21). Pero el Señor no le permite seguir ese camino fácil: debe mantenerse fiel a su misión, a pesar del sufrimiento que ella le produce (cf. Jer 15.20-21).
c 9.2 Traidores: Cf. Jer 5.11.
Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco,d
y no se fortalecieron para la verdad en la tierra,
porque de mal en mal procedieron.
«Me han desconocido»,e
dice Jehová.
d 9.3 Cf. Sal 64.3; Pr 6.17-18; Stg 3.1-12.
e 9.3 Me han desconocido: Esta frase pone al descubierto la raíz de todos los males que afligían al pueblo de Judá. Por no reconocer la soberanía de Jehová, reinaban por todas partes la injusticia, la mentira y la calumnia (cf. v. 4-9), y el Señor no podía permitir que esos pecados quedaran sin castigo (cf. Jer 5.7,29).

Guárdese cada cual de su compañero
y en ningún hermano tenga confianza,
porque todo hermano engaña falazmentef
y todo compañero anda calumniando.
f 9.4 Todo hermano engaña falazmente: lit. un hermano suplanta al otro, es decir, procura desplazarlo por medio de la violencia o el engaño para ocupar su lugar. Esta frase alude al texto de Gn 27.36, donde el verbo suplantar o hacer trampa (heb. aqab ) se asocia al nombre de Jacob. Cf. Os 12.3.
Cada uno engaña a su compañero
y ninguno dice la verdad.
Han acostumbrado su lengua a decir mentiras
y se ocupan de actuar perversamente.g
g 9.5-6 Perversamente. 6 Su morada está en medio del engaño : lit., cansados. 6 Tú vives en medio de engaño.

«Su morada está en medio del engaño;
engañadores como son, no quisieron conocerme»,
dice Jehová.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos:
«Yo los refinaré y los probaré,h
porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?
h 9.7 Refinaré y probaré: alusión al horno o crisol donde se purifican los metales. Véase Sal 12.6 n.; cf. Jer 6.29.
Saeta aguda es la lengua de ellos:
solo habla engaño.
Con su boca dicen: “Paz” al amigo,
pero dentro de sí le ponen asechanzas.
¿No los he de castigar por estas cosas?,
dice Jehová.
De tal nación, ¿no se vengará mi alma?

10 »Por los montes levantaré lloro y lamentación,
y llanto por los pastizales del desierto,
porque han sido desolados
hasta no quedar quien pase
ni oírse el bramido del ganado;
desde las aves del cielo hasta las bestias
de la tierra huyeron, se fueron.

11 »Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas,
a una guarida de chacales,
y convertiré las ciudades de Judá en una desolación
donde no quede un solo morador».
Amenaza de ruina y exilio
12 ¿Quién es hombre sabio que entienda esto?, o ¿a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo?i ¿Por qué causa la tierra ha perecido,j ha sido asolada como un desierto, hasta no haber quien pase por ella?
12 i 9.12 En los v. 12-16 se encuentra otro de los textos en prosa que reflejan el estilo y las ideas de Deuteronomio. Véase Jer 7.1-15 n.; cf. 16.10-13.
j 9.12 ¿Por qué causa la tierra ha perecido...?: Esta pregunta preocupaba a los israelitas después de la destrucción de Jerusalén y del Templo. La respuesta (v. 13-16) concuerda con la predicación de todos los profetas anteriores al exilio.
13 Dijo Jehová: «Dejaron mi Ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz ni caminaron conforme a ella;
14 antes bien, se fueron tras la imaginación de su corazón y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres.
15 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a comer ajenjo y les daré a beber aguas envenenadas.k 15 k 9.15 Jer 23.15.
16 Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré la espada en pos de ellos, hasta que los acabe».

17 Así dice Jehová de los ejércitos:
«Sed sabios y haced venir a las plañideras;l
buscad a las hábiles en su oficio».
17 l 9.17 El llamado está dirigido a las plañideras, que acompañaban los ritos fúnebres con llantos y gritos de dolor.
18 ¡Que se den prisa
y levanten llanto por nosotros!
¡Desháganse nuestros ojos en lágrimas,
y nuestros párpados destilen aguas!,
19 porque de Sión fue oída una voz de lamentación:
«¡Cómo hemos sido destruidos!
En gran manera hemos sido avergonzados,
porque abandonamos la tierra,
porque han destruido nuestras moradas».
20 Oíd, pues, mujeres, palabra de Jehová;
reciba vuestro oído la palabra de su boca.
Enseñad lamentaciones a vuestras hijas
y un canto fúnebre cada una a su amiga,
21 porque la muerte ha subido por nuestras ventanas
y ha entrado en nuestros palacios,
para exterminar a los niños en las calles,
a los jóvenes en las plazas.
22 Di: «Así dice Jehová:
Los cuerpos de los hombres muertos caerán
como estiércol sobre la faz del campo,
como manojos tras el segador,
y no hay quien los recoja».
El conocimiento de Dios es la gloria del hombre
23 Así ha dicho Jehová:
«No se alabe el sabio en su sabiduría,
ni en su valentía se alabe el valiente,
ni el rico se alabe en sus riquezas.
24 Mas alábese en esto el que haya de alabarse:
en entenderme y conocerme,
que yo soy Jehová,m
que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra,
porque estas cosas me agradan,
dice Jehová».
24 m 9.24 A este texto se alude en 1 Co 1.31; 2 Co 10.17.

25 «Vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado y a todo incircunciso;
26 a Egipto y a Judá, a Edom, a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los que se rapan las sienes,n los que habitan en el desierto, porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón».ñ 26 n 9.25-26 Edom, Amón y Moab eran reinos vecinos de Israel, situados al sur y al este del Mar Muerto. Véase Índice de mapas. Y a todos los que se rapan las sienes: alusión a ciertos clanes del desierto de Arabia que se rapaban una parte del cabello. Estos pueblos practicaban la circuncisión.
ñ 9.25-26 Aquí se vuelve a insistir en un tema frecuente en la Biblia: la circuncisión practicada en la carne (véase Gn 17.10-14 n.) carece de importancia si falta la verdadera circuncisión, que es la del corazón (cf. Hch 7.51, y véase Jer 4.4 n.).

© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020