Parábola del redil
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1 »De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador.
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2 Pero el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
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3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca.
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4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
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5 Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
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6 Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir.
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Jesús, el buen pastor
7 Volvió, pues, Jesús a decirles:
--De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.a
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7 a 10.7 Sobre esta figura, véase Jn 6.35 n.
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8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores,b pero no los oyeron las ovejas.
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8 b 10.8 Jesús alude a aquellos que se presentaban como mesías y salvadores del pueblo (cf. Jer 23.1-2; Ez 34.2-3).
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9 Yo soy la puerta:c el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos.
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9 c 10.9 Jn 14.6.
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10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
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11 »Yo soy el buen pastor;d el buen pastor su vida da por las ovejas.
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11 d 10.11 La imagen del pastor se aplica en el AT a Dios y al gobernante (Sal 23.1; Is 40.11; Jer 23.1-6; Ez 34.11-31; 37.24); en el NT, a Cristo (Mt 9.36; 18.12-14; Mc 6.34; Lc 15.4-7; Heb 13.20; 1 P 2.25; 5.4; Ap 7.17) y a los pastores de la iglesia (véase Jn 21.15 n.).
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12 Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
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13 Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan las ovejas.
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14 »Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
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15 así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre;e y pongo mi vida por las ovejas.
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15 e 10.15 Mt 11.27; Lc 10.22.
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16 Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil;f a esas también debo atraer y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.
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16 f 10.16 Jn 11.52; 17.20; Ef 2.11-22; 1 P 2.25.
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17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
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18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
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19 Volvió a haber división entre los judíos por estas palabras.
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20 Muchos de ellos decían:
--Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo oís?g
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20 g 10.20 Jn 7.20.
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21 Decían otros:
--Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?h
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21 h 10.21 Jn 9.1-41.
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Los judíos rechazan a Jesús
22 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación.i Era invierno,
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22 i 10.22 La fiesta de la Dedicación, celebrada durante ocho días en diciembre, conmemora la restauración y consagración del Templo de Jerusalén por Judas Macabeo en 164 a.C., después de haber sido profanado por Antíoco Epífanes (cf. Dn 9.27; 11.31).
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23 y Jesús andaba en el Templo por el pórtico de Salomón.j
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23 j 10.23 Pórtico de Salomón: un pórtico o galería al oriente del Templo, en el lado interior del muro que lo rodeaba (cf. Hch 3.11; 5.12).
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24 Lo rodearon los judíos y le dijeron:
--¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.k
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24 k 10.24 La afirmación de Jesús: Yo soy el buen pastor, aludía ya a su misión y respondía de antemano a la pregunta de los judíos. Cf. Jer 23.1-6; Ez 34.11-31; 37.24.
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25 Jesús les respondió:
--Os lo he dicho, y no creéis.l Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
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25 l 10.24-25 Jn 8.24,28,58; cf. Lc 22.67.
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26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
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27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen;m
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27 m 10.27 Cf. v. 3-4.
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28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
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29 Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
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30 El Padre y yo uno somos.
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31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo.n
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31 n 10.30-31 Jn 5.17-18; 8.58-59.
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32 Jesús les respondió:
--Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
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33 Le respondieron los judíos, diciendo:
--Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia,ñ porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
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33 ñ 10.33 Mt 26.65; Mc 14.64; Lc 22.70-71; cf. Lv 24.15-16.
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34 Jesús les respondió:
--¿No está escrito en vuestra Ley:o “Yo dije, dioses sois”?
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34 o 10.34 Sal 82.6. En algunos casos, como aquí, la palabra Ley designa al AT en general. Cf. Jn 12.34.
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35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
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36 ¿al que el Padre santificóp y envió al mundo, vosotros decís: “Tú blasfemas”, porque dije: “Hijo de Dios soy”?
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36 p 10.36 Cf. Jn 17.19; Heb 5.5.
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37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
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38 Pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.q
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38 q 10.38 Jn 14.10-11; 17.21; 1 Jn 3.24; 4.15.
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39 Intentaron otra vez prenderlo, pero él se escapó de sus manos.
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40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan,r y se quedó allí.
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40 r 10.40 Jn 1.28.
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41 Muchos acudían a él, y decían:
--Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de estes era verdad.
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41 s 10.41 Jn 1.26-36.
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42 Y muchos creyeron en él allí.
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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