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1 pero Jesús se fue al Monte de los Olivos.
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2 Por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba.
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3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio,
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4 le dijeron:
--Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio,
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5 y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.a Tú, pues, ¿qué dices?
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6 Esto decían probándolo, para tener de qué acusarlo.b Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
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6 b 8.6 Cf. Mt 22.15-22 y paralelos. Si Jesús se pronunciaba en favor de la mujer, podrían acusarlo de no tomar en serio la Ley mosaica; si se declaraba en favor de la pena de muerte, entraría en conflicto con las autoridades romanas (cf. Jn 18.31).
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7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:
--El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.c
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7 c 8.7 Cf. Dt 17.7.
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8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
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9 Pero ellos, al oir esto, acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes; solo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio.
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10 Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo:
--Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
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11 Ella dijo:
--Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo:
--Ni yo te condeno; vete y no peques más.d
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11 d 8.11 Cf. Jn 3.17; 12.47.
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Jesús, la luz del mundo
12 Otra vez Jesús les habló, diciendo:
--Yo soy la luz del mundo;e el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.f
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12 e 8.12 Luz del mundo: Véase Jn 1.9 n.
f 8.12 En la fiesta de los Tabernáculos (cf. 7.10), cuatro enormes candelabros con lámparas de aceite iluminaban el área del Templo. Cf. también Jn 1.5; 9.5.
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13 Entonces los fariseos le dijeron:
--Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es válido.g
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13 g 8.13 Cf. Jn 5.31 y véase 5.32 n.
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14 Respondió Jesús y les dijo:
--Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.
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15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
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16 Y si yo juzgo, mi juicio es según la verdad, porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.
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17 Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos hombres es válido.h
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17 h 8.17 Dt 17.6; 19.15.
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18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo. También el Padre que me envió da testimonio de mí.i
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18 i 8.14-18 Jn 5.31-37; 1 Jn 5.9.
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19 Ellos le dijeron:
--¿Dónde está tu padre?
Respondió Jesús:
--Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocierais, también a mi Padre conoceríais.j
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19 j 8.19 Jn 14.7; 16.3.
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20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas,k enseñando en el Templo; y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.l
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20 k 8.20 Lugar de las ofrendas: En el Templo había un conjunto de 13 cofres, donde la gente echaba sus ofrendas.
l 8.20 Su hora: Véase Jn 2.4 nota e.
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A donde yo voy, vosotros no podéis ir
21 Otra vez les dijo Jesús:
--Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis ir.m
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21 m 8.21 Sobre esta manera de hablar de Jesús, cf. Jn 7.33-36; véase también Jn 3.3-4 n.
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22 Decían entonces los judíos:
--¿Acaso pensará matarse, que dice: “A donde yo voy, vosotros no podéis ir”?
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23 Y les dijo:
--Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.n
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23 n 8.23 Jn 3.31; 17.14.
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24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; si no creéis que yo soy,ñ en vuestros pecados moriréis.
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24 ñ 8.24 En algunos lugares del evangelio (8.24,28; 13.19; 18.5), Jesús usa la expresión Yo soy, sin más determinación. Por una parte, recuerda la fórmula de identificación de un enviado, al presentarse en su lugar de destino. Por otra, alude a fórmulas divinas de identificación: Ex 3.14-15; Is 43.11; 45.5; 48.12. Véase también Jn 6.35 n.
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25 Entonces le dijeron:
--Tú, ¿quién eres?
Entonces Jesús les dijo:
--Lo que desde el principio os he dicho.o
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25 o 8.25 Lo que desde el principio os he dicho: otra posible traducción: en primer lugar, ¿por qué he de hablar con vosotros?
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26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero, y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo.
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27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
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28 Les dijo, pues, Jesús:
--Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre,p entonces conoceréis que yo soyq y que nada hago por mí mismo, sino que, según me enseñó el Padre, así hablo,
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28 p 8.28 Acerca de la muerte de Jesús, vista como exaltación, véase Jn 3.14 n.
q 8.28 Yo soy: Véase Jn 8.24 n.
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29 porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
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30 Al hablar él estas cosas, muchos creyeron en él.
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La verdad os hará libres
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:
--Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
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32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.r
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32 r 8.32 Conocer la verdad es conocer el amor de Dios que se revela en Jesús para salvar a los seres humanos, librándolos de la esclavitud del pecado (cf. 1.14,17; 3.21; 4.23-24; 17.17,19).
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33 Le respondieron:
--Descendientes de Abraham somoss y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?
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33 s 8.33 Mt 3.9; Lc 3.8.
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34 Jesús les respondió:
--De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.t
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34 t 8.34 Cf. Ro 6.16; 2 P 2.19.
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35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
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36 Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.u
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36 u 8.36 Cf. Ro 6.16-18; Gl 5.1,13.
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37 Sé que sois descendientes de Abraham; sin embargo intentáis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
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38 Yo hablo lo que he visto estando junto al Padre, y vosotros hacéis lo que habéis oído junto a vuestro padre.
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Sois de vuestro padre el diablo
39 Respondieron y le dijeron:
--Nuestro padre es Abraham.
Jesús les dijo:
--Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
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40 Pero ahora intentáis matarme a mí, que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios. No hizo esto Abraham.
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41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.
Entonces le dijeron:
--¡Nosotros no hemos nacido de fornicación! ¡Un padre tenemos: Dios!v
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41 v 8.41 Cf. Is 63.16; 64.8.
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42 Jesús entonces les dijo:
--Si vuestro padre fuera Dios, entonces me amaríais, porque yo de Dios he salido y he venido, pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
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43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
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44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo,w y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principiox y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.
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44 w 8.44 Los semitas expresan a veces la idea de origen y posesión por medio de la relación padre-hijo, en cuanto que el hijo reproduce las características de su padre.
x 8.44 Homicida desde el principio: Cf. 1 Jn 3.8.
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45 Pero a mí, que digo la verdad, no me creéis.
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46 ¿Quién de vosotros puede acusarme de pecado?y Y si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
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46 y 8.46 Cf. 2 Co 5.21; Heb 4.15; 1 Jn 3.5.
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47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
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La preexistencia de Cristo
48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron:
--¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritanoz y que tienes demonio?a
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48 z 8.48 Samaritano: Véase Jn 4.9 n.
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49 Respondió Jesús:
--Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
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50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.
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51 De cierto, de cierto os digo que el que guarda mi palabra nunca verá muerte.
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52 Entonces los judíos le dijeron:
--Ahora nos convencemos de que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: “El que guarda mi palabra nunca sufrirá muerte”.b
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52 b 8.51-53 Sobre esta manera de hablar, propia de Jesús, y la reacción de la gente, véase Jn 3.3-4 n.
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53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡También los profetas murieron! ¿Quién crees que eres?
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54 Respondió Jesús:
--Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
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55 Vosotros no lo conocéis. Yo sí lo conozco y, si digo que no lo conozco, sería mentiroso como vosotros; pero lo conozco y guardo su palabra.
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56 Abraham, vuestro padre, se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó.c
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56 c 8.56 Según algunas tradiciones judías, Abraham había contemplado en una visión las cosas futuras. También se interpretaba la risa de Abraham (Gn 17.16-17) como risa de alegría.
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57 Entonces le dijeron los judíos:
--Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?d
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57 d 8.57 Sobre esta reacción de los interlocutores, véase Jn 3.3-4 n.
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58 Jesús les dijo:
--De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuera, yo soy.e
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58 e 8.58 Existir desde antes que existiera Abraham equivale a tener la misma existencia de Dios (cf. Jn 1.1,15; 10.30-33; Flp 2.6; Col 1.15). Véase también Jn 8.24 n.
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59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas,f pero Jesús se escondió y salió del Templo y, atravesando por en medio de ellos, se fue.
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59 f 8.59 Cf. Lv 24.15-16.
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