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Santidad de los sacerdotes
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1 Jehová dijo a Moisés: «Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminena por un muerto en sus pueblos,
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1 a 21.1 Que no se contaminen: El Dios de Israel es el Dios santo (cf. Lv 19.2), y todo lo que estaba en relación con el Señor debía ser santo. Esta exigencia de santidad obligaba sobre todo a los sacerdotes, que por su oficio estaban consagrados al servicio del santuario y de las cosas santas.
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2 a no ser por un pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano,
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3 o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido;b por ella puede contaminarse.
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3 b 21.3 Su hermana virgen,... no haya tenido marido: En el antiguo Israel, la mujer, al casarse, se incorporaba a la familia y al clan de su marido; por lo tanto, perdía sus vínculos legales con la familia de su padre.
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4 No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose impuro.
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5 »No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán incisiones.c
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5 c 21.5 Cf. Lv 19.27; véase Dt 14.1 nota b.
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6 Santos serán para su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque ofrecen las ofrendas quemadas para Jehová y el pan de su Dios; por tanto, serán santos.
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7 »Con una mujer ramera o infame no se casarán, ni con una mujer repudiada por su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios.
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8 Por tanto, lo santificarás, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo, Jehová, el que os santifico.
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9 »La hija del sacerdote, si comienza a prostituirse, a su padre deshonra; quemada será al fuego.
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10 »El sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabezad fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestidos
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10 d 21.10 El ritual para la investidura de los sacerdotes se encuentra en Lv 8.
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11 ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará.
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12 No saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque tiene sobre él la consagración del aceite de la unción de su Dios. Yo, Jehová.
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13 »Tomará por esposa a una mujer virgen.
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14 No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino que tomará de su pueblo una virgen por mujer,
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15 para que no profane su descendencia entre su pueblo, porque yo, Jehová, soy el que los santifico».e
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15 e 21.10-15 La dignidad de su cargo imponía al sumo sacerdote obligaciones más estrictas que a los demás, sobre todo en materia de impurezas legales. Véase Lv 4.3 nota d.
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16 Jehová habló a Moisés y le dijo:
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17 «Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes que tenga algún defecto se acercará, a lo largo de las generaciones, para ofrecer el pan de su Dios.
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18 Ningún hombre en el cual haya defecto se acercará: sea ciego o cojo, mutilado o deforme;
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19 que tenga quebradura de pie o rotura de mano,
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20 que sea jorobado o enano, o tenga una nube en el ojo, o sarna o erupción o testículo magullado.
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21 Ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas quemadas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios.
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22 Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas podrá comer.
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23 Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario,f porque yo, Jehová, soy el que los santifico».
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23 f 21.23 Mi santuario: lit. mis santuarios. El plural incluye el santuario y todos los objetos sagrados contenidos en él.
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24 Así habló Moisés a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel.
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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