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Deuteronomio 1-34

I. PRIMER DISCURSO INTRODUCTORIO DE MOISÉS (1–4)
Introducción
1
Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel cuando estaban en el desierto, al este del río Jordán, es decir, en el Arabá,a frente a Suf y entre las regiones de Parán, Tófel, Labán, Haserot y Dizahab. Desde el monte Horebb hasta Cadés-barneac hay once días de camino, siguiendo la ruta del monte de Seír.d 3-4 El día primero del mes undécimo, en el año cuarenta,e después de haber derrotado Moisés a Sihón, rey de los amorreos, que vivía en Hesbón, y a Og, rey de Basán,f que vivía en Astarot, en la región de Edrei, Moisés comunicó a los israelitas todas las cosas que el Señor le había ordenado que ellos cumplieran. Cuando estaban al este del río Jordán, en el país de Moab,g Moisés comenzó a dar las siguientes instrucciones:
“El Señor nuestro Dios nos dijo esto en Horeb: ‘Ya habéis estado mucho tiempo en este monte.h Recoged vuestras cosas e id a las montañas de los amorreosi y a todas sus regiones vecinas: el Arabá, la región montañosa, la llanura,j el Négueb, la costa, el país de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río Éufrates.k Yo os he entregado el país; id y tomad posesión de la tierra que yo, el Señor, juré dar a vuestros antepasados, a Abraham, Isaac y Jacob, y a sus descendientes.’
Nombramiento de jueces
(Ex 18.13-27)
“En aquella misma ocasión os dije: ‘Yo solo no puedo hacerme cargo de todos vosotros. 10 Tantos hijos os ha dado el Señor vuestro Dios, que ahora sois un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo. 11 ¡Que el Señor y Dios de vuestros antepasados os haga mil veces más numerosos de lo que ahora sois, y os bendiga conforme a la promesa que os hizo! 12 Yo solo, sin embargo, no puedo llevar la pesada carga de atender todos vuestros problemas y pleitos. 13 Por lo tanto, escoged de cada tribu hombres sabios, inteligentes y experimentados, para que yo los ponga como jefes sobre vosotros.’l
14 “Y me respondisteis: ‘Nos parece muy bien lo que propones.’
15 “Entonces tomé de cada tribu vuestra los hombres más sabios y experimentados, y les di autoridad sobre vosotros; a unos los puse al cargo de mil hombres, a otros al cargo de cien, a otros de cincuenta, a otros de diez, y a otros los puse al cargo de cada tribu.m 16 Al mismo tiempo di a vuestros jueces las siguientes instrucciones: ‘Atended a todos y haced justicia, tanto a vuestros compatriotas como a los extranjeros; 17 y al dictar sentencia, no hagáis distinción entre personas: atended tanto a los humildes como a los poderosos, sin tener miedo a nadie, porque el juicio es de Dios.n Y si se os presenta algún caso difícil, pasádmelo para que yo lo atienda.’
18 “En aquella ocasión os di amplias instrucciones acerca de todo lo que debíais hacer.
Misión de los doce espías
(Nm 13.1–14.4)
19 “Cuando salimos de Horeb, nos dirigimos a los montes de los amorreos, obedeciendo así las órdenes del Señor nuestro Dios. Recorrimos todo aquel grande y terrible desierto que visteis, hasta que llegamos a Cadés-barnea. 20 Allí os dije: ‘Ya hemos llegado a los montes de los amorreos, que el Señor nuestro Dios nos da. 21 El Señor vuestro Dios os entrega esta tierra. Adelante, pues, y ocupadla tal como ha dicho el Señor, el Dios de vuestros antepasados. No tengáis miedo ni os desaniméis.’ 22 Pero vosotros vinisteis a decirme: ‘Será mejor que algunos de nosotros se adelanten y exploren este país, y que luego regresen a decirnos qué camino debemos seguir y en qué ciudades podemos entrar.’
23 “Lo que propusisteis me pareció bien, y entonces escogí a doce de vosotros, uno de cada tribu, 24 los cuales se encaminaron hacia la región montañosa y llegaron al valle de Escolñ y recorrieron toda la región. 25 Después tomaron frutos de aquella tierra y nos los trajeron, con este informe: ‘La tierra que el Señor nuestro Dios nos da, es magnífica.’ 26 Pero vosotros no quisisteis ir, sino que desobedecisteis la orden que el Señor nuestro Dios os había dado,o 27 y en vuestras casas os pusisteis a murmurar y a decir: ‘El Señor no nos quiere; nos sacó de Egipto tan solo para ponernos en manos de los amorreos y acabar con nosotros. 28 Y ahora, ¿a dónde vamos a ir? Nuestros compatriotas dicen que allí hay gente más poderosa y alta que nosotros, y grandes ciudades rodeadas de altísimas murallas,p y que hasta vieron descendientes del gigante Anac.q Todo eso nos ha desanimado por completo.’
29 “Entonces yo os respondí: ‘No os alarméis. No les tengáis miedo. 30 El Señor vuestro Dios marcha delante de vosotros y combatirá por vosotros, tal como visteis que hizo en Egiptor 31 y en el desierto.s El Señor vuestro Dios os ha tomado en sus brazos durante todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar, como un padre que toma en brazos a su hijo.’ 32 Sin embargo, no confiasteis en el Señor vuestro Dios,t 33 el cual iba delante de vosotros para escoger el lugar donde debíais acampar. De noche os señalaba con fuego el camino que teníais que seguir, y de día os lo señalaba con una nube.u
Enojo del Señor contra los israelitas
(Nm 14.20-35)
34 “Cuando el Señor oyó vuestras murmuraciones, se enojó mucho e hizo este juramento: 35 ‘Ni una sola persona de esta mala generación verá la buena tierra que prometí dar a vuestros antepasados.v 36 Haré una excepción con Caleb, hijo de Jefuné; él sí la verá, y a él y a sus descendientes les daré la tierra donde pongan el pie, por haber seguido con toda fidelidad al Señor.’
37 “Y por culpa vuestra, el Señor se enojó también conmigo y me dijo: ‘Tampoco tú entrarás en esa tierra.w 38 En tu lugar entrará tu ayudante Josué, hijo de Nun. Anímale, pues él será quien entregue el país a Israel. 39 Y aunque vosotros creísteis que el enemigo os arrebataría vuestras mujeres y niños, serán esos niños, que todavía no tienen uso de razón,x los que entrarán en el país; yo se lo daré en propiedad. 40 En cuanto a vosotros, ¡volved al desierto! ¡Id de nuevo al mar Rojo!’
Necedad y derrota de los israelitas
(Nm 14.39-45)
41 “Entonces me contestasteis: ‘Hemos pecado contra el Señor, pero ahora iremos y lucharemos tal como el Señor nuestro Dios nos lo ha ordenado.’ Y tomasteis vuestras armas, creyendo que era muy fácil subir al monte. 42 Pero el Señor me dijo que os advirtiera: ‘No vayáis a pelear; no os expongáis a que vuestros enemigos os derroten, pues yo no estoy con vosotros.’
43 “Y yo os hice esa advertencia, pero no me hicisteis caso, sino que os rebelasteis contra la orden del Señor, y con aires de grandeza subisteis a la región montañosa. 44 Entonces los amorreos, que vivían en aquellos montes, salieron a vuestro encuentro y, como avispas, os persiguieron y os derrotaron en Seír y hasta Hormá. 45 Cuando regresasteis, llorasteis ante el Señor, pero él no escuchó vuestros lamentos. 46 Por eso tuvisteis que quedaros a vivir tanto tiempo en la región de Cadés.
2 Los años en el desiertoa
“Después nos fuimos al desierto por el camino del mar Rojo, tal como el Señor me lo había ordenado, y pasamos mucho tiempo caminando alrededor de las montañas de Seír.b Entonces el Señor me dijo: ‘Ya lleváis demasiado tiempo rodeando estas montañas; id ahora hacia el norte. Dale esta orden al pueblo: Vosotros vais a pasar por el territorio de los descendientes de Esaú, que viven en Seír y son parientes vuestros.c Ellos os tienen miedo; sin embargo, tened mucho cuidado y no los ataquéis, pues yo no os daré ni una sola parted de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos. Vosotros les pediréis que os vendan los alimentos que necesitéis, y pagaréis por ellos, y aun por el agua que bebáis.’ El Señor y Dios vuestro os ha bendecido en todo lo que habéis hecho; durante estos cuarenta años ha estado con vosotros y os ha cuidado en vuestra marcha por este inmenso desierto, sin que nada os haya faltado.e
“Después nos alejamos camino del Arabá,f de Elat y Esión-guéber,g y pasamos por las tierras de nuestros parientes, los descendientes de Esaú que viven en Seír, y allí hicimos un rodeo para tomar el camino del desierto de Moab. Entonces el Señor me dijo: ‘No molestes ni ataques a los moabitas, pues son descendientes de Lot,h y no te daré ni la más pequeña parte de su país. Yo les he dado en propiedad la región de Ar.’i 10 (Este país fue habitado en tiempos antiguos por los emitas, que eran gente grande y numerosa, y alta como los descendientes del gigante Anac. 11 En realidad, la gente creía que eran refaítas, aunque los moabitas los llamaban emitas.j 12 Esta región de Seír fue habitada antes por los horeos, pero los descendientes de Esaú exterminaron a sus habitantes y ocuparon el país, quedándose a vivir allí tal como lo ha hecho Israel con el país que el Señor le ha dado.) 13 ‘Y ahora, dijo el Señor, poneos en marcha y cruzad el arroyo Zéred.’k Y entonces cruzamos el arroyo.
14 “Desde que salimos de Cadés-barnea hasta el día en que cruzamos el arroyo Zéred, pasaron treinta y ocho años. Para entonces ya había muerto toda la generación de hombres de guerra que había en el campamento, tal como el Señor se lo había jurado.l 15 El poder del Señor cayó sobre ellos, hasta que todos murieron.
16 “Cuando ya no quedaba vivo ninguno de aquellos hombres de guerra, 17 el Señor me habló y me dijo: 18 ‘Hoy mismo pasarás la frontera de Moab y te dirigirás a Ar, 19 pero cuando te encuentres con los amonitas, que son también descendientes de Lot,m no los molestes ni los ataques, pues no voy a darte ninguna parte de su territorio, ya que se lo he dado a ellos en propiedad.’ 20 (También este país era tenido por tierra de refaítas, porque antiguamente habían vivido allí los refaítas, a quienes los amonitas llamaban zamzumitas; 21 se trataba de un pueblo grande y numeroso, y de gente alta como los descendientes del gigante Anac, pero el Señor los destruyó por mano de los amonitas, los cuales se quedaron a vivir para siempre en el país. 22 Este caso es semejante al de los descendientes de Esaú, que habitaban en Seír y que exterminaron a los horeos para quedarse a vivir allí.n 23 Lo mismo les pasó a los heveos, que vivían en aldeas cerca de Gaza y que fueron exterminados por los filisteos, los cuales vinieron de Creta y se quedaron a vivir allí.) 24 ‘¡Vamos, dijo el Señor, poneos en marcha y cruzad el río Arnón!ñ Yo haré caer en vuestras manos al amorreo Sihón, que es rey de Hesbón, y a su país. ¡Entrad en su territorio y declaradle la guerra! 25 A partir de hoy haré que ante vosotros todos los pueblos de la tierra se llenen de espanto. Cuando oigan hablar de vosotros, se echarán a temblar y la angustia se adueñará de ellos.’
Victoria sobre Sihón, rey amorreo
(Nm 21.21-30)
26 “Desde el desierto de Cademot envié unos mensajeros a Sihón, rey de Hesbón,o para proponerle de manera amistosa lo siguiente: 27 ‘Pienso pasar por tu territorio, siguiendo siempre el camino principalp y sin tocar ningún otro punto de tu país. 28 Te pagaremos con dinero los alimentos que necesitemos y el agua que bebamos. Solamente te pido que nos dejes pasar, 29 como nos lo han permitido los descendientes de Esaú que viven en Seír, y los moabitas que viven en Ar, hasta que crucemos el río Jordán y lleguemos al país que el Señor nuestro Dios nos va a dar.’
30 “Pero el rey Sihón no quiso dejarnos pasar por su tierra, porque el Señor vuestro Dios hizo que se negara rotundamente a ello,q con el fin de ponerlo en vuestras manos, como todavía lo está hoy.
31 “Entonces el Señor me dijo: ‘A partir de este momento te entrego a Sihón y a todo su país; entra ya en su territorio y apodérate de él.’
32 “Sihón nos salió al encuentro con todo su ejército, para presentarnos batalla en Jahas; 33 pero el Señor nuestro Dios le hizo caer en nuestras manos, y lo derrotamos a él, con sus hijos y todo su ejército. 34 Todas sus ciudades cayeron en nuestro poder y las destinamos a la destrucción. Matamos hombres, mujeres y niños; no dejamos a nadie con vida.r 35 Lo único que tomamos para nosotros fue el ganado y las cosas de valor que hallamos en las ciudades conquistadas. 36 Desde la ciudad de Aroer, que está junto al río Arnón, y la ciudad que está en el valle,s hasta Galaad, no hubo ciudad que resistiera nuestro ataque; el Señor nuestro Dios hizo que todas cayeran en nuestro poder. 37 Los únicos territorios que no atacamos fueron: el de los amonitas, toda la región del río Jaboc,t las ciudades de la montaña y todos los demás lugares que el Señor nuestro Dios nos había prohibido atacar.
Victoria sobre Og, rey de Basán
(Nm 21.31-35)
3
“Después tomamos otro camino, y nos dirigimos a Basán. Pero Og, el rey de este país, salió con todo su ejército para pelear contra nosotros en Edrei.a
“Entonces el Señor me dijo: ‘No le tengas miedo, pues a él, con su ejército y todo su país, lo he puesto en tus manos, para que hagas con él lo mismo que hiciste con Sihón, rey de los amorreos, que vivía en Hesbón.’
“Así fue como el Señor nuestro Dios hizo caer en nuestro poder al rey Og y a todo su ejército, y los matamos a todos, sin dejar a nadie con vida. También conquistamos todas sus ciudades; no hubo ni una sola que no tomáramos. Fueron en total sesenta ciudades, es decir, todas las de la región de Argob,b del reino de Og, en Basán. Todas ellas estaban fortificadas con altos muros, puertas y barras, sin contar muchas otras ciudades que no tenían murallas. Las destinamos a la destrucción, tal como lo habíamos hecho con Sihón, rey de Hesbón, y acabamos con hombres, mujeres y niños,c quedándonos solo con los animales y las cosas de valor de nuestros enemigos.
“Así pues, en aquel tiempo cayeron en nuestro poder los territorios de los dos reyes amorreos que vivían al este del río Jordán, desde el río Arnón hasta el monte Hermón.d (A este monte los sidonios lo llaman Sirión, y los amorreos Senir.) 10 Todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y Basán, hasta Salcá y Edrei, ciudades que pertenecían al reino de Og, en Basán, cayeron en nuestras manos. 11 (El rey Og era el único que quedaba de los refaítas;e su cama, que era de hierro,f medía cuatro metros de largo por casi dos de ancho, como puede verse todavía en la ciudad amonita de Rabá.)
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al este del Jordán
(Nm 32.1-42)
12 “Del territorio que ocupamos, en aquella ocasión entregué a las tribus de Rubén y de Gadg el territorio que va desde Aroer, a orillas del río Arnón, hasta la mitad de los montes de Galaad, con sus ciudades. 13 La parte restante de Galaad, toda la región de Basán que había pertenecido al reino de Og, y toda la región de Argob, conocida como la tierra de los refaítas, se las di a la media tribu de Manasés.h 14 (Jaír, descendiente de Manasés, se apoderó de la región de Argob hasta el límite de los territorios de Guesur y Maacá, y puso su propio nombre a Basán, llamándole Havot-jaír, que es el nombre que todavía tiene.)i 15 A Maquirj le di la región de Galaad, 16 y a las tribus de Rubén y de Gad les di la región comprendida entre Galaad y el río Arnón, teniendo por límite el centro del valle, y hasta el río Jaboc, que es la frontera de los amonitas. 17 Hacia el oriente les di el Arabá, en la falda oriental del monte Pisgá, región que tiene como límite el río Jordán y que va del lago Quinéretk hasta el mar de Arabá, que es el Mar Muerto.
18 “En aquella ocasión os di esta orden: ‘El Señor vuestro Dios os entrega este país en propiedad. Que todos los que sepan pelear tomen las armas y marchen al frente de sus compatriotas israelitas. 19 Solo se quedarán, en las ciudades que os he dado, las mujeres, los niños y el mucho ganado que yo sé que tenéis. 20 Y mientras yo, el Señor, no haya dado a vuestros hermanos la misma tranquilidad que os he dado a vosotros, ni ellos hayan tomado posesión del país que les voy a dar al otro lado del río Jordán, tampoco vosotros podréis volver al territorio que os he dado.’l
21 “A Josué le di esta orden: ‘Con tus propios ojos has visto todo lo que el Señor tu Dios ha hecho con esos dos reyes;m y lo mismo hará con todos los reinos por los que vas a pasar. 22 No les tengas miedo, porque el Señor tu Dios peleará a favor vuestro.’
El Señor no permite a Moisés entrar en Canaán
23 “En esta misma ocasión supliqué al Señor: 24 ‘Señor, tú has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y tu poder. No hay otro Dios en el cielo ni en la tierra que pueda hacer las cosas tan maravillosas que tú haces. 25 Te ruego que me permitas pasar al otro lado del río Jordán, pues quiero ver aquella buena tierra, esa hermosa región montañosa, y el Líbano.’ 26 Pero el Señor se había enojado conmigo por culpa vuestran y no me concedió lo que le pedí, sino que me dijo: ‘¡Basta! No me hables más de este asunto. 27 Sube a lo alto del monte Pisgá, y desde allí mira al norte y al sur, al este y al oeste; pero el Jordán no lo cruzarás.ñ o 28 Da instrucciones a Josué; anímale y dale valor, porque él será quien vaya al frente del pueblo y le haga tomar posesión del país que ahora vas a ver.’
29 “Y nos quedamos en el valle, frente a Bet-peor.p
4 Moisés recomienda obedienciaa
“Ahora pues, israelitas, escuchad las leyes y decretos que os he enseñado, y ponedlos en práctica, para que viváis y ocupéis el país que el Señor y Dios de vuestros antepasados os va a dar. No añadáis ni quitéis nada a lo que yo os ordeno; cumplid los mandamientos del Señor vuestro Dios, que yo os ordeno.b Vosotros mismos habéis visto lo que el Señor hizo en Baal-peor, y cómo exterminó de entre vosotros a todos los que adoraron al dios de aquel lugar;c pero todos vosotros, los que os mantuvisteis fieles al Señor vuestro Dios, todavía estáis vivos. Yo os he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongáis en práctica en el país que vais a ocupar. Cumplidlos y practicadlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en vosotros hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: ‘¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!’ Porque, ¿qué nación hay tan grande que tenga los dioses tan cerca de ella, como tenemos nosotros al Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo os presento hoy? Así pues, poned mucho cuidado en no olvidar las cosas que habéis visto y no apartarlas jamás de vuestro pensamiento; por el contrario, explicádselas a vuestros hijos y a vuestros nietos.
Presencia de Dios en Horeb
10 “El día en que estuvisteis ante el Señor vuestro Dios en el monte Horeb,d el Señor me dijo: ‘Reúne al pueblo, para que escuchen mis palabras, aprendan a honrarme todos los días de su vida y enseñen a sus hijos a hacer lo mismo.’ 11 Y vosotros os acercasteis al pie del monte, del que salían llamas de fuego que subían a gran altura y formaban una nube espesa y negra. 12 Entonces el Señor os habló de en medio del fuego,e y oísteis sus palabras; pero, aparte de oir su voz, no visteis ninguna figura.f 13 El Señor os dio a conocer su pacto,g que eran diez mandamientosh que escribió en dos tablas de piedrai y que os ordenó poner en práctica. 14 A mí me ordenó que os enseñara las leyesj y decretos que habéis de cumplir en la tierra que vais a ocupar.
Advertencias contra la idolatría
15 “El día en que el Señor habló con vosotros de en medio del fuego, en el monte Horeb, no visteis ninguna figura. Tened, pues, mucho cuidado 16 de no caer en la perversión de hacer figuras en forma de hombre o mujer, 17 ni figuras de animales, aves, 18 reptiles o peces.k 19 Y cuando miréis al cielo y veáis el sol, la luna, las estrellas y todos los astros, no caigáis en la tentación de adorarlos,l porque el Señor vuestro Dios creó los astros para todos los pueblos del mundo. 20 En cuanto a vosotros, el Señor os tomó y os sacó de aquel horno para fundir hierro que es Egipto, y os hizo lo que ahora sois: el pueblo de su propiedad.m 21 Sin embargo, el Señor se enojó conmigo por culpa vuestra,n y juró que yo no pasaría el río Jordán ni entraría en la buena tierra que él os va a dar en propiedad. 22 Así que, aunque yo voy a morir en este país y no cruzaré el Jordán, vosotros sí lo cruzaréis, y tomaréis posesión de esa buena tierra. 23 Pero tened cuidado de no olvidaros del pacto que el Señor vuestro Dios ha hecho con vosotros. No os hagáis ningún ídolo ni figura de las que el Señor vuestro Dios os ha prohibido hacer, 24 porque el Señor vuestro Dios es un Dios celoso,ñ ¡un fuego que todo lo consume!o
25 “Cuando ya tengáis hijos y nietos, y os hayáis hecho viejos en este país, si llegáis a rebajaros haciendo imágenes o figuras que representen cualquier cosa, cometiendo así una maldad delante del Señor vuestro Dios y provocando su enojo, 26 yo pongo hoy al cielo y a la tierra por testigos de que pronto desapareceréis del país que vais a ocupar al otro lado del Jordán. No viviréis mucho tiempo en esa tierra, sino que seréis exterminados por completo. 27 El Señor os dispersará por todas las naciones, y solo un pequeño númerop de vosotros sobrevivirá en ellas. 28 Allí serviréis a dioses hechos por el hombre, ídolos de madera o piedra que no ven, ni oyen, ni comen, ni respiran.q 29 Pero si allí buscáis al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, lo encontraréis.r 30 Cuando finalmente paséis por todos estos sufrimientos y angustias, si os volvéis al Señor y le obedecéis, 31 él, que es bondadoso, no os abandonará ni os destruirá, ni se olvidará del pacto que hizo con vuestros antepasados y que juró cumplir.
32 “Buscad en tiempos pasados, desde los tiempos antiguos, cuando Dios creó al hombre en el mundo; id por toda la tierra y preguntad si alguna vez ha sucedido o se ha sabido de algo tan grande como esto. 33 ¿Existe algún pueblo que haya oído, como vosotros, la voz de Dios hablándole de en medio del fuego, y que no haya perdido la vida?s 34 ¿Ha habido algún dios que haya escogido a un pueblo de entre los demás pueblos, con tantas pruebas, señales, milagros y guerras, desplegando tan gran poder y llevando a cabo hechos tan aterradores como los que realizó ante vosotros y por vosotros en Egipto el Señor vuestro Dios? 35 Esto os ha sido mostrado para que sepáis que el Señor es el verdadero Dios, y que fuera de él no hay otro.t 36 Él os habló desde el cielo para corregiros, y en la tierra os mostró su gran fuego, y oísteis sus palabras de en medio del fuego. 37 Él amó a vuestros antepasados, y escogió a sus descendientes, liberándolos de Egipto por medio de su gran poder. 38 Arrojó de vuestra presencia a naciones más numerosas y poderosas que vosotros, con el fin de que ocuparais sus países y los recibierais en propiedad, como ahora está sucediendo.
39 “Por lo tanto, grabad bien en vuestra mente que el Señor es Dios, tanto en el cielo como en la tierra, y que no hay otro fuera de él. 40 Cumplid sus leyes y mandamientos, que yo os doy en este día, y os irá bien a vosotros y a vuestros descendientes, y viviréis muchos años en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar para siempre.”
Ciudades de refugio al este del Jordán
41 Entonces Moisés escogió tres ciudades al este del río Jordán, 42 para que el que matara sin querer a otra persona con la cual nunca antes hubiera peleado, pudiera refugiarse en una de ellas y ponerse a salvo. 43 Estas ciudades fueron: Béser, en la meseta del desierto, para la tribu de Rubén; Ramot, en Galaad, para la tribu de Gad; y Golán, en Basán, para la media tribu de Manasés.u
Introducción a la entrega de los diez mandamientosv
44 Esta es la enseñanza que Moisés entregó a los israelitas, 45 y los mandatos, leyes y decretos que les comunicó cuando salieron de Egipto, 46 cuando estaban todavía al este del Jordán, en el valle que está frente a Bet-peor,w en la tierra de Sihón, rey de los amorreos. Sihón vivía en Hesbón, y fue derrotado por Moisés y los israelitas cuando estos salieron de Egipto. 47 Los israelitas ocuparon su territorio y el del rey Og de Basán, dos reyes amorreos que vivían al este del Jordán. 48 Su territorio se extendía desde Aroer, a orillas del río Arnón, hasta el monte Sirión,x también llamado Hermón, 49 y por todo el Arabá, al este del Jordán, hasta el Mar Muerto, al pie del monte Pisgá.
II. SEGUNDO DISCURSO INTRODUCTORIO DE MOISÉS (5–11)
Los diez mandamientos
(Ex 20.1-17)
5
Moisés reunió a todo el pueblo de Israel y les dijo:a
“Escuchad, israelitas, las leyes y decretos que hoy voy a comunicaros. Aprendedlos bien y ponedlos en práctica.
“El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Horeb. No lo hizo solamente con nuestros antepasados, sino también con todos nosotros, los que hoy estamos aquí reunidos. El Señor habló con vosotros en el monte, cara a cara, de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre el Señor y vosotros, para comunicaros la palabra del Señor, ya que teníais miedo del fuego y no subisteis al monte. Y el Señor dijo:
‘Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.b
‘No tengas otros dioses aparte de mí.
‘No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra.c No te inclines delante de ellos ni les rindas culto,d porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos, 10 pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos.e
11 ‘No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios,f pues el Señor no dejará sin castigo al que use mal su nombre.
12 ‘Ten presente el sábado, para consagrárselo al Señor, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado.g 13 Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, 14 pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas trabajo alguno en ese día,h ni tampoco tu hijo o tu hija, ni tu esclavo o tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descansen igual que tú. 15 Recuerda que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí desplegando gran poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena cumplir con el día de reposo.i
16 ‘Honra a tu padre y a tu madre, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que vivas una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.j
17 ‘No mates.k
18 ‘No cometas adulterio.l
19 ‘No robes.m
20 ‘No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo.n
21 ‘No codiciesñ la mujer de tu prójimo. No desees la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su esclavo o su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.’
El temor del pueblo
(Ex 20.18-26)
22 “Estas son las palabras que el Señor pronunció en voz alta, de en medio del fuego y de una nube espesa, cuando todos estaban reunidos al pie del monte. Después ya no dijo más, y escribió estas palabras en dos tablas de piedra, y me las entregó. 23 Pero cuando oísteis aquella voz que salía de entre las tinieblas, y visteis el monte en llamas, todos vosotros, los jefes de las tribus y los ancianos, vinisteis a hablar conmigo 24 y me dijisteis: ‘Verdaderamente el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloriao y su poder, y hemos oído su voz, que salía de en medio del fuego. Hoy hemos comprobado que Dios puede hablar con los hombres sin que ellos mueran.p 25 Sin embargo, ¿para qué exponernos a morir consumidos por este terrible fuego? Si volvemos a escuchar la voz del Señor nuestro Dios, moriremos; 26 pues, ¿qué hombre hay que pueda escuchar la voz del Dios viviente hablando de en medio del fuego, como la hemos oído nosotros, sin que le cueste la vida?q 27 Mejor es que tú te acerques y escuches todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y luego ya nos dirás lo que te haya comunicado, y nosotros cumpliremos lo que se nos diga.’r
28 “Mientras vosotros me hablabais, el Señor estaba escuchando lo que decíais, y entonces me dijo: ‘He oído todo lo que ha dicho este pueblo, y me ha parecido muy bien. 29 ¡Ojalá piensen siempre de la misma manera, y me honren y cumplan mis mandamientos todos los días, para que tanto ellos como sus hijos tengan siempre una vida dichosa! 30 Ve y diles que regresen a sus tiendas de campaña; 31 pero tú quédate aquí conmigo, porque te voy a decir todos los mandamientos, leyes y decretos que les has de enseñar, para que los pongan en práctica en el país que les voy a dar en propiedad.’ 32 Así que poned en práctica todo lo que el Señor vuestro Dios os ha ordenado, sin desviaros de ello para nada. 33 Seguid el camino que el Señor vuestro Dios os ha señalado, para que os vaya bien y viváis muchos años en la tierra que él os va a dar en propiedad.
El gran mandamiento
6
“Estos son los mandamientos, leyes y decretos que el Señor vuestro Dios me ha ordenado enseñaros, para que los pongáis en práctica en el país del cual vais a tomar posesión. De esta manera honraréis al Señor vuestro Dios, y cumpliréis durante toda vuestra vida las leyes y los mandamientos que yo os mando a vosotros, a vuestros hijos y a vuestros nietos; y así viviréis muchos años. Por lo tanto, israelitas, ponedlos en práctica. Así os irá bien y llegaréis a ser un pueblo numeroso en esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua,a tal como el Señor y Dios de vuestros antepasados os lo ha prometido.
“Oye, Israel:b El Señor nuestro Dios es el único Señor.c
“Ama al Señor tu Diosd con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.e
“Graba en tu mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes, y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente, como señales,f y escríbelos también en los postesg y en las puertas de tu casa.h
Moisés recomienda obediencia
10 “El Señor y Dios vuestro os va a hacer entrar en el país que juró que les daría a vuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacobi . Es un país con grandes y hermosas ciudades que vosotros no construisteis; 11 con casas llenas de todo lo mejor, que vosotros no llenasteis; con pozos que no cavasteis, y viñedos y olivos que no plantasteis, pero de los cuales comeréis hasta quedar satisfechos. 12 Cuando eso suceda procurad no olvidaros del Señor, que os sacó de Egipto, donde erais esclavos. 13 Adoradj al Señor vuestro Dios y servidle solo a él,k y cuando tengáis que hacer un juramento, hacedlo solo en el nombre del Señor. 14 No vayáis tras los dioses que adoran los pueblos vecinos, 15 porque el Señor vuestro Dios, que está con vosotros, es un Dios celoso, y puede encenderse su ira contra vosotros y destruiros totalmente.
16 “No pongáis a prueba al Señor vuestro Dios,l como hicieron en Masá.m 17 Cumplid fielmente los mandamientos del Señor vuestro Dios, y los mandatos y leyes que os ha ordenado. 18 Haced lo que es recto y agradable a los ojos del Señor, para que os vaya bien y toméis posesión de la buena tierra que el Señor juró dar a vuestros antepasados, 19 y para que el Señor haga huir a todos los enemigos que se enfrenten con vosotros, tal como lo ha prometido.
20 “Cuando algún día vuestros hijos os pregunten: ‘¿Qué significan estos mandatos, leyes y decretos que nos ha ordenado el Señor nuestro Dios?’,n 21 vosotros les responderéis:ñ ‘Nosotros éramos esclavos del faraón, en Egipto, y el Señor nos sacó de allí con gran poder. 22 Y vimos los grandes y terribles prodigios y las señales que el Señor realizó en Egipto contra el faraón y toda la casa real; 23 pero a nosotros nos sacó de allí y nos llevó al país que había prometido a nuestros antepasados, y nos lo dio.o 24 Después el Señor nuestro Dios nos mandó poner en práctica todos estos mandamientos y tenerle reverencia, para que nos vaya bien y para que él nos conserve la vida como hasta ahora. 25 Así que nosotros haremos bien en cumplir cuidadosamente estos mandamientosp ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado.’
7 Advertencias contra la idolatríaa
(Ex 34.10-17)
“El Señor, el Dios vuestro, os va a hacer entrar en el país del cual habéis de tomar posesión, y echará de vuestra presencia a siete naciones más grandes y poderosas que vosotros: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.b Cuando el Señor vuestro Dios haya hecho caer a estas naciones en vuestro poder, y vosotros las hayáis derrotado, las destinaréis a la destrucción y no haréis con ellas ningún pactoc ni les tendréis compasión.d Tampoco emparentaréis con ellas, ni casaréis a vuestros hijos e hijas con las jóvenes y los muchachos de esas gentes, porque ellos harán que vuestros hijos se aparten del Señor y adoren a otros dioses; entonces la ira del Señor se encenderá contra vosotros y os destruirá en un abrir y cerrar de ojos. Lo que tenéis que hacer es derribar los altares paganos de ellos, destruir por completo las piedras y los troncos a los que rinden culto, y quemar sus ídolos.e Porque vosotros sois un pueblo apartado especialmente para el Señor vuestro Dios; el Señor os ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra para que le seáis un pueblo especial.f
Privilegios y obligaciones de Israel
“Si el Señor os ha preferido y elegido a vosotros, no es porque seáis la más grande de las naciones, ya que en realidad sois la más pequeña de todas ellas.g El Señor os sacó de Egipto, donde erais esclavos, y con gran poder os libró del dominio del faraón, porque os amah y quiso cumplir la promesa que había hecho a vuestros antepasados. Reconoced, pues, que el Señor vuestro Dios es el Dios verdadero, que cumple fielmente su pacto generación tras generación con los que le aman y cumplen sus mandamientos, 10 pero que destruye a aquellos que le odian, dándoles su merecido.i ¡Sin tardanza da su merecido a los que le odian! 11 Cumplid, pues, los mandamientos, leyes y decretos que en este día os ordeno que pongáis en práctica.
Bendiciones a los que obedecen
(Lv 26.3-13; Dt 28.1-14)
12 “Si después de haber escuchado estos decretos, los cumplís y los ponéis en práctica, entonces el Señor vuestro Dios cumplirá fielmente su pacto y la promesa que hizo a vuestros antepasados. 13 Os amará, os bendecirá y os hará crecer en número; bendecirá a vuestros hijos, y vuestras cosechas, vuestro trigo, vuestro vino y vuestro aceite, y las crías de vuestro vacas y ovejas, en el país que a vuestros antepasados juró que os daría.j 14 Seréis bendecidos más que todos los pueblos; no habrá entre vosotros mujer que no pueda concebir hijos ni hombre que no pueda engendrarlos, ni tampoco entre vuestros ganados habrá machos ni hembras estériles. 15 El Señor alejará de vosotros toda enfermedad y todas las terribles plagas que, como bien sabéis, envió sobre Egipto; en cambio, hará sufrir con ellas a todos vuestros enemigos. 16 Pero vosotros debéis exterminar a todos los pueblos que el Señor vuestro Dios ponga en vuestras manos; no les tengáis compasión ni adoréis a sus dioses, porque eso sería vuestra perdición.k
17 “Tal vez lleguéis a pensar: ‘Estas naciones son más numerosas que nosotros; ¿cómo podremos desalojarlas?’ 18 ¡Pues no les tengáis miedo! Acordaos de lo que hizo el Señor vuestro Dios con el faraón y con todos los egipcios; 19 pensad en las grandes pruebas de las que fuisteis testigos, y en las señales y prodigios, y en el gran poder que desplegó el Señor vuestro Dios cuando os sacó de Egipto. Eso mismo hará el Señor con todos los pueblos a los cuales teméis. 20 Además, el Señor enviará un pánico tremendol entre ellos, que acabará con los que hayan quedado con vida o se hayan escondido. 21 Así que no tembléis ante ellos, porque el Señor vuestro Dios, el Dios grande y terrible, está con vosotros. 22 Poco a poco, el Señor irá expulsando de delante de vosotros a estas naciones; vosotros no podríais acabar con ellas de una sola vez, porque el número de bestias salvajes aumentaría a vuestro alrededor y os atacarían.m 23 Pero el Señor vuestro Dios pondrá estas naciones en vuestras manos e irá acabando con ellas hasta que sean destruidas.n 24 A sus reyes los someterá a vuestro poder, y haréis que nadie en el mundo vuelva a acordarse de ellos. Ninguno de ellos podrá resistir vuestro ataque, así que vosotros los exterminaréis a todos. 25 Quemaréis las imágenes de sus dioses, pero no intentéis quedaros con el oro y la plata que las recubren; no caigáis en esa tentación, pues cometeríais una acción despreciable ante el Señor. 26 Por lo tanto, no llevéis a vuestras casas nada que sea despreciable, para que no seáis también destruidos. Eso está destinado a la destrucción, así que debéis considerarlo como algo despreciable.
No solo de pan vive el hombre
8
“Poned en práctica los mandamientos que yo os he ordenado hoy, para que así podáis vivir y llegar a ser un pueblo numeroso, y conquistéis este país que el Señor prometió a vuestros antepasados. Acordaosa de todo el camino que el Señor vuestro Dios os hizo recorrer en el desierto durante cuarenta años para humillarosb y poneros a prueba,c a fin de conocer vuestros pensamientos y saber si ibais a cumplir o no sus mandamientos. Y aunque os hizo sufrir y pasar hambre, después os alimentó con maná, comida que ni vosotros ni vuestros antepasados habíais conocido, para haceros saber que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de los labios del Señor.d Durante esos cuarenta años no se os envejeció la ropa, ni se os hincharon los pies.e Daos cuenta de que el Señor vuestro Dios os ha corregido del mismo modo que un padre corrige a su hijo.f Cumplid, pues, los mandamientos del Señor vuestro Dios, y honradlo y seguid las enseñanzas que él os ha dado. Porque el Señor os va a llevar a una buena tierra, a un país lleno de arroyos, fuentes y manantiales que brotan en los valles y en los montes; es una tierra donde hay trigo, cebada, viñedos, higueras, granados, olivos y miel. En ese país no tendréis que preocuparos por la falta de alimentos ni por ninguna otra cosa; en sus piedras encontraréis hierro y de sus montes sacaréis cobre.g 10 Pero después que hayáis comido y os sintáis satisfechos, alabaréis al Señor vuestro Dios por la buena tierra que os ha dado.
No olvidarse de Dios
11 “Tened cuidado de no olvidaros del Señor vuestro Dios. No dejéis de cumplir sus mandamientos, decretos y leyes que os he ordenado hoy.h 12 Cuando hayáis comido y estéis satisfechos, y viváis en las buenas casas que hayáis construido, 13 y veáis que vuestras vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que vuestro oro y vuestra plata y todas vuestros propiedades, 14 no os llenéis de orgullo ni os olvidéis del Señor vuestro Dios,i que os sacó de Egipto, donde erais esclavos; 15 que os hizo marchar por el grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosasj y escorpiones, y donde no había agua. Pero él sacó agua de una dura roca y os dio de beber,k 16 y en el desierto os alimentó con maná, comida que vuestros antepasados no habían conocido, para humillaros y poneros a prueba, y para vuestro propio bien a fin de cuentas.l
17 “No se os ocurra pensar: ‘Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.’ 18 Debéis acordaros del Señor vuestro Dios, ya que ha sido él quien os ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con vosotros el pacto que antes había hecho con vuestros antepasados.
19 “Pero si os olvidáis del Señor vuestro Dios, y os vais tras otros dioses y les rendís culto, yo os aseguro desde ahora que seréis destruidos por completo. 20 De la misma manera que el Señor destruirá a las naciones que encontréis a vuestro paso, así también seréis vosotros destruidos por haber desobedecido al Señor vuestro Dios.
El mérito es solo del Señor
9
“Escuchad, israelitas: ha llegado el momento de que crucéis el Jordán y os lancéis a la conquista de naciones más grandes y poderosas que vosotros, y de grandes ciudades rodeadas de murallas muy altas; sus habitantes son grandes y altos como los descendientes del gigante Anac, y ya conocéis el dicho: ‘¿Quién puede hacer frente a los descendientes del gigante Anac?’a
“Ahora pues, sabed que el Señor vuestro Dios es el que marcha delante de vosotros, y que es como un fuego devoradorb que ante vosotros destruirá y humillará a esas naciones. Vosotros las desalojaréis y las destruiréis en un abrir y cerrar de ojos, tal como el Señor os lo ha prometido. Cuando el Señor vuestro Dios los haya arrojado de vuestra presencia, no os digáis a vosotros mismos: ‘Gracias a nuestros méritos,c el Señor nos ha dado posesión de este país’, porque si el Señor los expulsa, es a causa de la maldad de ellos.d No es, pues, por vuestros méritos ni por vuestra bondad por lo que vais a tomar posesión de su país; el Señor los arroja de vuestra presencia a causa de la propia maldad de ellos y para cumplir la promesa que hizo a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados vuestros. Habéis de saber que no es debido a vuestros méritos el que el Señor vuestro Dios os dé la posesión de esa buena tierra, pues vosotros sois un pueblo muy terco.e
Rebelión de Israel en Horeb
(Ex 31.18–32.35)
“Nunca debéis olvidar que habéis contrariado al Señor vuestro Dios en el desierto. Desde que salisteis de Egipto y hasta que llegasteis a este lugar, siempre le habéis sido rebeldes.f Ya en el monte Horebg provocasteis la ira del Señor, y tanto se enojó contra vosotros, que a punto estuvo de destruiros. Yo subí al monte para recoger las tablas de piedra, las tablas del pacto que el Señor había hecho con vosotros, y me quedé allí cuarenta días y cuarenta noches,h sin comer ni beber. 10 El Señor me dio entonces las dos tablas de piedra, escritas por él mismo, que contenían todas las palabras que él os había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día en que todos nos reunimos. 11 Pasados aquellos cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto, 12 y me dijo: ‘Anda, baja pronto de ahí, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha descarriado. Muy pronto han dejado de cumplir lo que yo les ordené, y se han hecho un ídolo de metal fundido.’i
13 “El Señor también me dijo: ‘Ya he visto que este pueblo es muy terco. 14 Quítate de mi camino, que voy a destruirlos y a borrar de la tierra su memoria; pero de ti haré una nación más fuerte y numerosa que ellos.’j
15 “Cuando bajé del monte, que estaba ardiendo, traía en mis manos las dos tablas del pacto.k 16 Pero al ver que habíais pecado contra el Señor, y que os habíais hecho un becerro de metal fundido, abandonando así el camino que el Señor os había ordenado seguir, 17 arrojé de mis manos las dos tablas que traía y las hice pedazos delante de vosotros.l 18 Después me arrodillé delante del Señor y, tal como ya lo había hecho antes, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber nada, por causa del pecado que habíais cometido, con el que ofendisteis al Señor y provocasteis su ira.m 19 Yo estaba asustado del enojo y furor que el Señor manifestó contra vosotros, que llegaba al punto de querer destruiros; pero, una vez más, el Señor me escuchó. 20 También estaba el Señor muy enojado con Aarón y quería destruirlo, pero yo intervine en su favor; 21 luego cogí el becerro que habíais hecho y con el cual pecasteis, y lo eché al fuego, y después de molerlo hasta convertirlo en polvo, lo arrojé al arroyo que baja del monte.
22 “También en Taberá,n en Masáñ y en Quibrot-hataavá,o provocasteis la ira del Señor. 23 Y cuando el Señor os ordenó partir de Cadés-barneap para ir a tomar posesión del país que él os había dado,q también os opusisteis a su mandator y no tuvisteis fe en él ni quisisteis obedecerle. 24 ¡Desde que yo os conozco habéis sido rebeldes al Señor! 25 Y como el Señor había amenazado con destruiros, yo permanecí arrodillado cuarenta días y cuarenta noches delante del Señor, 26 y con ruegos le dije: ‘Señor, no destruyas a este pueblo, que es tuyo, que tú liberaste con tu grandeza y sacaste de Egipto con gran poder. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No tengas en cuenta la terquedad de este pueblo, ni su maldad y pecado, 28 para que no se diga en el país del que nos sacaste: El Señor no pudo hacerlos entrar en el país que les había prometido y, como los odiaba, los hizo salir de aquí para hacerlos morir en el desierto. 29 Pero ellos son tu pueblo, son tuyos; tú los sacaste de Egipto con gran despliegue de poder.’s
El pacto renovado
(Ex 34.1-10)
10
“Entonces el Señor me dijo: ‘Corta tú mismo dos tablas de piedra iguales a las primeras, y haz también un arca de maderaa y sube al monte para hablar conmigo. Yo escribiré en esas tablas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras, las que tú rompiste, y las guardarás en el arca.’b
“Hice, pues, un arca de madera de acacia,c corté las dos tablas de piedra y subí con ellas al monte. Y el Señor escribió en las tablas los diez mandamientos, tal como lo había hecho la primera vez que os habló en el monte, de en medio del fuego, cuando todos estábamos reunidos.d Me las dio y yo bajé del monte; luego puse las tablas en el arca, como el Señor me lo había ordenado, y todavía están allí.”
(Los israelitas partieron de Beerot-bené-jaacán, y se dirigieron a Moserá.e Allí murió Aarón y fue sepultado, y su hijo Eleazar ocupó su lugar como sacerdote.f De allí salieron para Gudgoda, y de Gudgoda fueron a Jotbata, región en la que abunda el agua. Fue entonces cuando el Señor escogió a la tribu de Levíg para que llevara el arca del pacto del Señor y estuviera en su presencia para ofrecerle culto y dar la bendición en su nombre, como lo siguen haciendo hasta hoy.h Por eso los levitas no han tenido parte ni herencia entre sus hermanos, porque su herencia es el Señor, tal como el Señor mismo lo anunció.)i
10 “Yo estuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches,j lo mismo que la primera vez, y también esta vez el Señor me escuchó y no quiso destruiros 11 sino que me dijo: ‘Anda, prepárate a salir al frente del pueblo, para que vayan y conquisten el país que prometí a sus antepasados que les daría.’
Lo que Dios exige
12 “Y ahora, israelitas, ¿qué pide de vosotros el Señor vuestro Dios?k Solamente que le honréis y sigáis todos sus caminos; que le améis y le adoréis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,l 13 y que cumpláis sus mandamientos y sus leyes, para que os vaya bien. 14 Tened en cuenta que del Señor vuestro Dios son los cielos y lo que está por encima de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella.m 15 Sin embargo, el Señor prefirió a vuestros antepasados y los amó, y después escogió a sus descendientes, que sois vosotros, de entre todos los demás pueblos, tal como se puede ver hoy.
16 “Poned en vuestro corazón la marca del pacton y no sigáis siendo tercos, 17 porque el Señor vuestro Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores;ñ él es el Dios soberano, poderoso y terrible, que no hace distinciones ni se deja comprar con regalos;o 18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, y que ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre vosotros. 19 Amad, pues, al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto.p
20 “Honrad al Señor vuestro Dios y adoradle solo a él; sedle fieles, y cuando hayáis de hacer un juramento, hacedlo en su nombre. 21 Porque él es el motivo de vuestra alabanza; él es vuestro Dios, que ha hecho por vosotros estas cosas grandes y maravillosas que habéis visto. 22 Cuando vuestros antepasados llegaron a Egipto eran solo setenta personas,q pero ahora el Señor vuestro Dios os ha hecho aumentar en número como las estrellas del cielo.r
La grandeza del Señor
11
“Amad al Señor vuestro Dios y cumplid sus preceptos, leyes, decretos y mandamientos.a Reconoced hoy el castigo del Señor vuestro Dios, que vuestros hijos no conocen ni han visto. Reconoced su grandeza y su gran despliegue de poder,b y las señales y grandes hechos que realizó en Egipto contra el faraón y todo su país:c lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y carros de guerra, y cómo los hundió en las aguas del mar Rojo cuando ellos os perseguían. El Señor los destruyó para siempre.d Acordaos también de todo lo que hizo por vosotros en el desierto, hasta que llegasteis aquí; y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab y descendientes de Rubén: cómo, a la vista de Israel, la tierra se abrió y se los tragó junto con sus familias, sus tiendas de campaña y todo cuanto tenían.e Vosotros mismos sois testigos de las grandes cosas que ha hecho el Señor.
Bendiciones de la Tierra prometida
“Cumplid todos los mandamientos que hoy os he dado, para que os hagáis fuertes y toméis posesión del país que vais a conquistar, y para que viváis muchos años en esta tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados y a vuestros descendientes, una tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 La tierra que vais a conquistar no es como Egipto,f de donde salisteis; allí sembrabais la semilla y regabais con los pies,g como se hace en las huertas, 11 pero el país del que vais a tomar posesión es un país de montes y valles, regado por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el Señor mismo cuida; en ella tiene puestos los ojos todo el año.
13 “Si cumplís los mandamientos que os he dado en este día, y amáis al Señor vuestro Dios y lo adoráis con todo vuestro corazón y toda vuestra alma,h 14 él harái que vengan a su tiempo las lluvias de otoño y las de primavera,j para que cosechéis vuestro trigo y tengáis vino y aceite. 15 También hará que crezca hierba en el campo para vuestro ganado; y tendréis comida en abundancia.k 16 Pero cuidad de no dejaros engañar:l no os apartéis del Señor para rendir culto a otros dioses. No os inclinéis ante ellos, 17 porque el furor del Señor se encenderá contra vosotros, y no os enviará lluvia; entonces la tierra no dará sus frutos, y muy pronto moriréis en esa buena tierra que el Señor os va a dar.m
18 “Grabad estas palabras en vuestra mente y en vuestro pensamiento; atadlas como señales en vuestras manos y en vuestra frente. 19 Instruid a vuestros hijos hablándoles de ellas tanto en la casa como en el camino, y cuando os acostéis y cuando os levantéis. 20 Escribidlas en los postes y en las puertas de vuestras casas, 21 para que, en la tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados, sea tan larga vuestra vida y la de vuestros hijos como la existencia del cielo sobre la tierra.n
22 “Si cumplís fielmente todos estos mandamientos que hoy os ordeno poner en práctica, y si amáis al Señor vuestro Dios y le seguís fielmente en todos sus caminos, 23 el Señor arrojará de vuestra presencia a todas esas naciones, y conquistaréis a pueblos más numerosos y fuertes. 24 Donde plantéis el pie, allí os quedaréis. Vuestras fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano,ñ y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo.o 25 Nadie podrá haceros frente.p El Señor vuestro Dios hará cundir el pánico y el terror por dondequiera que paséis, tal como os lo ha prometido.
26 “En este día os doy a elegir entre bendición y maldición.q 27 Bendición, si obedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios, que hoy os he ordenado. 28 Maldición, si, por seguir a dioses desconocidos, desobedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y os apartáis del camino que hoy os he ordenado.r
29 “Cuando el Señor vuestro Dios os haya hecho entrar en el país que vais a conquistar, pondréis la bendición en el monte Guerizim y la maldición en el monte Ebal.s 30 Estos montes están al otro lado del Jordán, en dirección de la ruta occidental, en la tierra de los cananeos que viven en la llanura, frente a Guilgal y junto a las encinas de Moré.t 31 Vosotros estáis a punto de cruzar el Jordán y conquistar el país que el Señor vuestro Dios os va a dar. Cuando ya lo hayáis conquistado y viváis en él, 32 poned en práctica todas las leyes y decretos que hoy os he entregado.
12 III. EL CÓDIGO DEUTERONÓMICO (12–26)a
El santuario único
“Estas son las leyes y los decretos que durante toda vuestra vida deberéis poner en práctica en la tierra que el Señor y Dios de vuestros antepasados os va a dar en posesión.
“Destruid por completo todos los lugares donde los pueblos que vais a conquistar adoran a sus dioses: en los montes, en las colinas y bajo los árboles frondosos. Derribad sus altares, haced pedazos las piedras y quemad los troncos a los que rinden culto; destruid las imágenes de sus dioses y borrad de aquellos lugares su recuerdo.b
“Al Señor vuestro Dios no lo adoraréis de esa manera.c Entre vuestras tribus, el Señor escogerá un lugard como residencia de su nombre,e y a ese lugar podréis ir a adorarle.f Allí sacrificaréis y quemaréis animales en su honor, y le llevaréis vuestros diezmos,g contribuciones, promesas y ofrendas voluntarias, así como las primeras crías de vuestras vacas y ovejas. Comeréis allí, delante del Señor vuestro Dios, y en compañía de vuestras familias os alegraréish del fruto de vuestro trabajo con que el Señor vuestro Dios os haya bendecido.
“Allí no haréis lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno hace lo que mejor le parece.i Realmente todavía no habéis llegado al lugar tranquilo que el Señor vuestro Dios os va a dar en posesión. 10 Pero una vez que hayáis cruzado el Jordán y viváis en el país que él os va a entregar, y ya estéis libres de todos los enemigos que os rodean, y sin ningún temor, 11 entonces, en el lugar que el Señor vuestro Dios escoja como residencia de su nombre, le ofreceréis todo lo que os he ordenado: animales sacrificados y quemados en su honor, diezmos, contribuciones y todo lo más escogido de las promesas que hayáis hecho al Señor. 12 Y haréis fiesta en presencia del Señor vuestro Dios, junto con vuestros hijos, vuestros siervos y los levitas que vivan entre vosotros, ya que ellos no han recibido entre vosotros ninguna tierra en propiedad.
13 “Cuidaos de no quemar animales al Señor en cualquier lugar que encontréis; 14 únicamente podréis hacerlo en el lugar que el Señor vuestro Dios escoja en una de vuestras tribus. Allí cumpliréis todo lo que os he ordenado.
15 “Sin embargo, podréis matar y comer carnej en vuestras poblaciones en cualquier momento, según los bienes que el Señor vuestro Dios os haya dado. La podréis comer todos, estéis o no ritualmente puros, como si fuera carne de gacela o de ciervo. 16 Pero la sangre no la comeréis,k sino que la derramaréis en la tierra como agua.
17 “No comeréis dentro de vuestra ciudad el diezmo de vuestro trigo, de vuestro vino o de vuestro aceite, ni las primeras crías de vuestras vacas y ovejas, ni nada de lo que hayáis prometido al Señor, ni de vuestras ofrendas voluntarias. 18 Solo podréis hacerlo delante del Señor vuestro Dios, en el lugar que él escoja; allí, en presencia del Señor vuestro Dios, y en compañía de vuestros hijos, vuestros criados y los levitas que vivan entre vosotros, os alegraréis del fruto de vuestro trabajo. 19 Mientras viváis en el país, no abandonéis jamás a los levitas.
20 “Cuando el Señor vuestro Dios haya ensanchado vuestro territorio, tal como os lo ha prometido, si os apetece comer carne, podréis comerla en cualquier momento. 21 Si el lugar que el Señor vuestro Dios escogió para poner su nombre está lejos de donde vosotros vivís, podréis matar de las vacas y ovejas que el Señor os haya dado y comer todo lo que queráis allí donde habitéis, tal como os lo he ordenado. 22 Igual que si se tratara de carne de gacela o de ciervo, todos podréis comerla, estéis o no ritualmente puros. 23 Pero de ninguna manera comeréis la sangre, porque la sangre es la vida y no debéis comer la vida junto con la carne. 24 Lo que debéis hacer es derramarla en la tierra como agua.l 25 No la comáis, y os irá bien a vosotros y a vuestros hijos por hacer lo recto a los ojos del Señor. 26 En cuanto a las cosas que hayáis dedicado como ofrenda y las promesas que hayáis hecho, las presentaréis en el lugar que el Señor escoja, 27 y allí, sobre el altar del Señor vuestro Dios, ofreceréis vuestros holocaustos. La sangre de los animales que ofrezcáis la derramaréis sobre el altar del Señor vuestro Dios, pero la carne podréis comerla.
28 “Escuchad y cumplid todo lo que os he ordenado, para que a vosotros y a vuestros hijos os vaya siempre bien por hacer lo que es agradable y recto a los ojos del Señor vuestro Dios.
Advertencias contra la idolatría
29-30 “Cuando el Señor vuestro Dios haya destruido las naciones que vais a conquistar y después de destruidas ocupéis su territorio y viváis en él, tened cuidado de no seguir su ejemplo ni recurrir a sus dioses con la idea de rendirles culto también. 31 No le hagáis eso al Señor vuestro Dios, porque todas las cosas despreciables que el Señor no soporta son las que esas naciones cometen para honrar a sus dioses, llegando al extremo de sacrificar a sus propios hijos en el fuego.m
32 n “Poned siempre en práctica todo lo que os he ordenado, sin añadir ni quitar nada.ñ
13
“Si aparece entre vosotros un profetaa o visionario,b y os anuncia una señal o un prodigio, en caso de que se cumpla lo que os había anunciado y os diga: ‘¡Vamos y sigamos a otros dioses que no conocéis! ¡Vamos a rendirles culto!’, no le hagáis caso. Porque el Señor vuestro Dios quiere poneros a prueba para saber si le amáis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. Seguid y honrad solo al Señor vuestro Dios; cumplid sus mandamientos, escuchad su voz y rendidle culto; vivid unidos a él. Y ese profeta o visionario será condenado a muerte por haber aconsejado que os rebeléis contra el Señor vuestro Dios, que os libró de la esclavitud a que estabais sometidos en Egipto, y por tratar de que os apartéis del camino que el Señor vuestro Dios os ha ordenado seguir. Así acabaréis con el mal que haya entre vosotros.c
“Si aun tu propio hermano,d tu hijo o tu hija, tu esposa amada o tu más íntimo amigo, te empuja en secreto a dar culto a otros dioses que ni tú ni tus padres conocisteis, como son los dioses de los pueblos que, cercanos o lejanos, os rodean de un extremo al otro de la tierra, no te sometas a sus deseos ni le hagas caso. Ni siquiera tengas compasión de él: no le tengas lástima ni lo encubras. Al contrario, mátalo. Y tú serás el primero en levantar la mano contra él, y después de ti hará lo mismo todo el pueblo. 10 Apedréaloe hasta que muera, por haber querido apartarte del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo. 11 De esta manera todo Israel lo sabrá, y tendrá miedo de volver a cometer una maldad como esta.
12 “Si en alguna de las ciudades que el Señor vuestro Dios os ha dado para vivir llegáis a saber que han aparecido 13 hombres que desobedecen a Dios,f y que descarrían a los habitantes de esa ciudad empujándolos a rendir culto a dioses desconocidos, 14 deberéis investigar bien el asunto. Y si resulta que los rumores son ciertos y que entre vosotros se ha cometido algo tan despreciable, 15 entonces mataréis a filo de espada a los habitantes de esa ciudad y a todos sus animales, y destinaréis a la destruccióng todo lo que haya en ella. 16 Juntaréis todas sus riquezas en el centro de la plaza, y prenderéis fuego a la ciudad y a todo lo que le hayáis quitado al enemigo, destruyéndolo todo como ofrenda quemada en honor del Señor vuestro Dios. Esa ciudad quedará convertida para siempre en un montón de ruinas, y nunca más será reconstruida.h
17 “No os quedéis con nada de lo que haya sido destinado a la destrucción, y la ira del Señor nunca se encenderá contra vosotros. Al contrario, tendrá compasión de vosotros y os hará crecer en número, tal como lo prometió a vuestros antepasados, 18 siempre y cuando obedezcáis al Señor vuestro Dios y cumpláis todos los mandamientos que yo os he dado hoy, y hagáis lo que es recto a sus ojos.
14
“Vosotros sois los hijos del Señor vuestro Dios.a No os hagáis heridas en el cuerpob ni os rapéis por delante la cabeza cuando alguien muera,c porque vosotros sois un pueblo consagrado al Señor vuestro Dios. Él os ha elegido entre todos los pueblos de la tierra para que seáis el pueblo de su propiedad.d
Animales puros y animales impurose
(Lv 11.1-47)
“No comáis nada impuro.
“Esta es la lista de los animales que podéis comer: toros, corderos, cabritos, ciervos, gacelas, gamos, cabras monteses y toda clase de antílopes. Podéis, pues, comer de todo animal rumiante que tenga las pezuñas partidas, separadas en dos uñas, pero no comeréis de los siguientes animales, aunque sean rumiantes o tengan pezuñas partidas:
“El camello, la liebre y el tejón; debéis considerarlos animales impuros, porque son rumiantes pero no tienen pezuñas partidas.
“El cerdo, porque tiene pezuñas partidas pero no es rumiante, debéis considerarlo impuro. No comáis la carne de estos animales ni toquéis sus cuerpos muertos.
“De los animales que viven en el agua podréis comer los que tienen aletas y escamas, 10 pero no comáis los que carecen de aletas y de escamas; debéis considerarlos animales impuros.
11 “Podéis comer de toda ave pura, 12 pero hay algunas de las cuales no comeréis: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, 13 el milano y toda clase de halcones, 14 toda clase de cuervos, 15 el avestruz, la lechuza, la gaviota, toda clase de gavilanes, 16 el búho, el ibis, el cisne, 17 el pelícano, el buitre, el cormorán, 18 la cigüeña, la abubilla y el murciélago.
19 “Todo insecto con alas será considerado impuro. No lo comeréis. 20 Pero las aves consideradas puras sí podéis comerlas.
21 “No comáis ningún animal muerto de sí mismo,f pues vosotros sois un pueblo consagrado al Señor vuestro Dios; pero podéis dárselo al extranjero que viva en vuestros ciudades. Él sí puede comerlo. Y también podéis vendérselo al extranjero que esté de paso.
“No cocinéis el cabrito en la leche de su madre.g
Instrucciones relativas al diezmo
22 “Cada año, sin falta, apartaréis la décima parte de todo el grano que cosechéis. 23 De esa décima parte de trigo, de vino y de aceite, y de las primeras crías de vuestras vacas y ovejas, comeréis delante del Señor vuestro Dios en el lugar que él escoja como residencia de su nombre, para que aprendáis a reverenciar siempre al Señor. 24 Y si el Señor os bendice, pero vosotros tenéis que hacer un largo viaje para llevar esa décima parte porque vivís muy lejos del lugar que el Señor ha escogido para poner allí su nombre, 25 entonces venderéis esa décima parte, y el dinero de la venta lo llevaréis al lugar que el Señor haya escogido. 26 Con ese dinero compraréis allí lo que creáis más conveniente: bueyes, ovejas, vino o cualquier licor; en fin, lo que queráis, y lo comeréis allí, delante del Señor vuestro Dios, y haréis fiesta junto con vuestras familias.h
27 “No desamparéis nunca a los levitas que vivan en vuestra población, ya que a ellos no les ha tocado tener su propia tierra como a vosotros.
28 “Cada tres años apartaréis la décima parte de vuestra cosecha del año y la almacenaréis en vuestra ciudad, 29 para que cuando vengan los levitas, a quienes no les ha tocado tener su propia tierra, o los extranjeros que viven entre vosotros, o los huérfanos y las viudas, puedan comer hasta quedar satisfechos. Así el Señor vuestro Dios os bendecirá en todo lo que hagáis.i
El año del perdón de deudas
15
“Cada siete años perdonarás lo que otros te deban.a
“Este perdón consistirá en lo siguiente: Todo aquel que haya prestado algo a su prójimo, le perdonará lo que le haya prestado. No exigiráb a su prójimo o a su compatriota que le pague, porque será proclamado el año del perdón de deudas en honor del Señor. Al extranjeroc le podrás exigir que te pague el préstamo que le hiciste, pero a tu compatriota deberás perdonarle lo que haya recibido de ti. De esta manera no habrá pobres entre vosotros,d pues el Señor tu Dios te bendecirá en el país que él te va a dar como herencia, siempre y cuando le obedezcas y pongas en práctica todos estos mandamientos que yo te he dado hoy. Sí, el Señor tu Dios te bendecirá, tal como te lo ha prometido; y tendrás para prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado. Dominarás a muchas naciones, pero ellas no te dominarán a ti.
“Si hay algún pobre entre tus compatriotas en alguna de las ciudades del país que el Señor tu Dios te da, no seas inhumano ni niegues tu ayuda a ese compatriota necesitado; al contrario, sé generoso con él y préstale lo que necesite.e No des lugar en tu mente a este malvado pensamiento: ‘Ya está cerca el año séptimo, el año en que se perdonan las deudas’, y entonces pongas mala cara a tu compatriota que se halla en la pobreza, y no le prestes nada; porque él clamará contra ti al Señor, y tal acción se te contará como pecado. 10 Debes ayudarle siempre y sin que te pese, porque por esta acción el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas y emprendas. 11 Nunca dejará de haber necesitados en la tierra, y por eso yo te mando que seas generoso con aquellos compatriotas tuyos que sufran pobreza y miseria en tu país.f
Leyes relativas a los esclavos
(Ex 21.1-11)
12 “Si alguno de tus compatriotas hebreos, sea hombre o mujer, se vende a ti como esclavo, sólo te servirá seis años; al séptimo año lo dejarás en libertad. 13 Y cuando lo despidas, no lo dejarás ir con las manos vacías, 14 sino que le darás animales de tu rebaño, y mucho trigo y vino; es decir, compartirás con él los bienes que el Señor tu Dios te haya dado. 15 No olvides que también tú fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso ahora te doy esta orden.
16 “Pero si tu esclavo dice que no quiere dejarte, porque siente cariño por ti y por tu familia y porque le tratas bien, 17 entonces tomarás un punzón y, arrimándole a la puerta de tu casa, le atravesarás la oreja; de esta manera será esclavo tuyo para siempre. Lo mismo harás si se trata de tu esclava. 18 No te parezca mal dejar en libertad a tus esclavos, pues durante seis años te han servido por la mitadg de lo que tú habrías pagado a un jornalero; además, el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.h
Consagración de los animales machos primogénitos
19 “Todo primer macho que nazca de tus vacas o de tus ovejas deberás consagrarlo al Señor tu Dios.i
“No hagas trabajar al primer ternerito de tus vacas ni esquiles al primer corderito de tus ovejas. 20 Cada año los comerás junto con tu familia y delante del Señor tu Dios, en el lugar que él haya escogido. 21 Pero si tiene algún defecto, si es cojo o ciego o tiene cualquier otra falta, no lo presentarás en sacrificio al Señor. 22 Lo comerás en la ciudad donde vivas, y todos podrán comer de él estén o no ritualmente puros, como cuando se come carne de gacela o de ciervo.j 23 Pero no comerás su sangre,k sino que la derramarás en la tierra como agua.
Las fiestas anuales
(Ex 23.14-17; 34.18-24)
16
“Cuando llegue el mes de Abib,a cumplid con la celebración de la Pascua en honor del Señor vuestro Dios, porque fue en una nocheb de ese mes cuando el Señor vuestro Dios os sacó de Egipto.
“Durante la Pascua ofreceréis vacas y ovejasc en sacrificio al Señor vuestro Dios, en el lugar que él haya escogido como residencia de su nombre.
“El animal sacrificado lo comeréis con pan sin levadura.d Durante siete días comeréis pan sin levadura, que es el pan del sufrimiento, pues tuvisteis que salir de Egipto muy deprisa; así, mientras viváis, os acordaréis del día en que salisteis de Egipto. En esos siete días no habrá levadura en todo vuestro territorio, y de la carne que se ofrece en sacrificio la tarde del primer día no quedará nada para la mañana siguiente. No debéis ofrecer el sacrificio de la Pascua en cualquier ciudad de las que el Señor vuestro Dios os da, sino únicamente en el lugar que él escoja como residencia de su nombre; y lo ofreceréis por la tarde, al ponerse el sol, que es la hora en que salisteis de Egipto.e La carne ofrecida la coceréis y comeréis en el lugar que el Señor vuestro Dios haya escogido, y a la mañana siguiente regresaréis a vuestras casas. Durante seis días comeréis pan sin levadura, y el día séptimo se celebrará una reunión especial en honor del Señor vuestro Dios; ese día no haréis ninguna clase de trabajo.
“Cuando hayan pasado siete semanas a partir del día en que comenzó la siega del trigo, 10 celebraréis la fiesta de las Semanasf en honor del Señor vuestro Dios, y presentaréis vuestras ofrendas voluntarias según los bienes con que el Señor vuestro Dios os haya bendecido. 11 Haréis fiesta delante del Señor vuestro Dios en el lugar que él haya escogido como residencia de su nombre, junto con vuestros hijos y vuestros esclavos, y con los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas que habiten en vuestras poblaciones. 12 Recordad que también vosotros fuisteis esclavos en Egipto; por lo tanto, poned en práctica todas estas leyes.
13 “Una vez que hayáis terminado de cosechar vuestro trigo y de pisar vuestras uvas, celebraréis durante siete días la fiesta de las Enramadas.g 14 Alegraos en esta fiesta junto con vuestros hijos y vuestros esclavos, y con los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas que vivan en vuestra ciudad. 15 Esta fiesta la celebraréis en honor del Señor vuestro Dios durante siete días, en el lugar que él haya escogido; porque el Señor vuestro Dios os bendecirá en todas vuestras cosechas y en todo vuestro trabajo, y seréis completamente dichosos.
16 “Todos los varones deben presentarse tres veces al año ante el Señor vuestro Dios,h en el lugar que él haya escogido, durante las siguientes fiestas: la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Enramadas. Nadie debe presentarse ante el Señor con las manos vacías,i 17 sino que cada uno llevará sus ofrendas conforme a los bienes con que el Señor vuestro Dios le haya bendecido.
Reglas relativas a la administración de la justiciaj
18 “Nombrad jueces y oficiales en todas las ciudadesk que el Señor vuestro Dios va a dar a cada tribu, para que juzguen al pueblo con verdadera justicia. 19 No pervirtáis la justicia; no hagáis diferencia alguna entre unas personas y otras, ni os dejéis sobornar, pues el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de las personas justas.l 20 La justicia, y solo la justicia, es lo que debéis seguir, para que viváis y poseáis el país que el Señor vuestro Dios os da.
21 “No plantéis ningún árbol para honrar a un ídolo,m ni lo pongáis junto al altar del Señor vuestro Dios. 22 No levantéis piedras de culto pagano, pues esto repugna al Señor vuestro Dios.n
17
“No ofrezcáis como sacrificio al Señor vuestro Dios ningún toro ni oveja que tenga defecto o alguna cosa mala, porque eso le es repugnante.a
“Si en alguna de las poblaciones que el Señor vuestro Dios os da se descubre que algún hombre o mujer hace lo que al Señor desagrada, y falta a su pacto adorando a otros dioses y arrodillándose ante ellos, o ante el sol, la luna o las estrellas, que es algo que el Señor no ha mandado,b y si llegáis a saberlo, investigad bien el asunto; y si resulta cierto que un acto tan repugnante se ha cometido en Israel, llevaréis ante el tribunalc de la ciudad a quien haya cometido esa mala acción y lo condenaréis a morir apedreado.d
“La sentencia de muerte se dictará solo bajo la declaración de dos o tres testigos, pues por la declaración de un solo testigo nadie podrá ser condenado a muerte.e Los testigos serán los primeros en arrojar piedras al condenado, y después lo hará todo el pueblo. Así acabaréis con el mal que haya en medio de vosotros.f
“Si tenéis que juzgar un caso demasiado difícil, ya sea de muerte, pleito, heridas corporales o cualquiera otra cosa que ocurra en vuestra ciudad, id al lugar que el Señor vuestro Dios haya escogidog y poneos en contacto con los sacerdotes levitash y con el juez de turno para exponerles el caso.i Ellos dictarán entonces la sentencia que corresponda al caso, 10 y vosotros la aplicaréis siguiendo al pie de la letra sus instrucciones. 11 Hacedlo todo tal y como ellos lo indiquen, aplicando la sentencia que dicten, sin introducir ningún cambio. 12 Pero al que actúe movido por la soberbia y desobedezca la decisión del sacerdote que está allí sirviendo al Señor, o la del juez, se le condenará a muerte. Así acabaréis con la maldad en Israel, 13 y cuando el pueblo lo sepa, tendrá miedo y dejará de hacer las cosas con soberbia.
Instrucciones relativas a los reyesj
14 “Si cuando hayáis entrado en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar, y lo hayáis conquistado y viváis en él, decís: ‘Queremos tener un rey que nos gobierne, como lo tienen todas nuestras naciones vecinas’,k 15 deberéis poner por rey de vuestra nación a aquel de vuestros compatriotas que el Señor vuestro Dios escoja. No pondréis por rey a un extranjero, a uno que no sea compatriota vuestro. 16 Pero ese rey no deberá adquirir muchos caballos, ni enviar gente a Egipto para aumentar su caballería,l pues el Señor os ha dicho: ‘Nunca más volváis por ese camino.’m 17 Tampoco deberá tener muchas mujeres, para que no se descarríe, ni adquirir grandes cantidades de oro y plata.
18 “Cuando el rey tome posesión del poder, mandará que le hagan una copia escrita de esta enseñanza,n tomada del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas. 19 Siempre tendrá esa copia consigo, y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a reverenciar al Señor su Dios,ñ a respetar todo el contenido de esta enseñanza y a poner en práctica sus mandatos, 20 para que no se crea superior a sus compatriotas ni se aparte en nada de estos mandamientos. Así, tanto él como sus descendientes tendrán un largo reinado en Israel.
Derechos de los sacerdotes levitas
18
“Los sacerdotes levitas,a es decir, todos los de la tribu de Leví, no tendrán parte ni herencia como los demás israelitas. Tendrán que mantenerse de los sacrificios que se ofrecen al Señor, y de lo que a él le corresponde. No recibirán herencia como sus compatriotas, ya que su herencia es el Señor, como él lo ha dicho.b
“Los derechos que los sacerdotes tienen sobre los sacrificios de toros o corderos ofrecidos por la gente, son los siguientes:c les tocará la espaldilla, la quijada y el cuajar, y también los primeros frutos de trigo, vino y aceite, y la primera lana que se esquile a las ovejas; pues el Señor vuestro Dios los ha elegido a ellos, de entre todas las tribus, para que de padres a hijos tengan siempre a su cargo el culto al Señor.
“Cuando un levita de alguna de vuestras poblaciones, de cualquier lugar de Israel, se sienta movido a venir al lugar escogido por el Señor, podrá oficiar allí como sacerdote en el nombre del Señor, lo mismo que todos sus compañeros levitas que están allí sirviendo al Señor, y recibirá la misma porción de alimentos que ellos reciben, además de lo que obtenga de la herencia de su padre.
Advertencias contra las prácticas paganas
“Cuando hayáis entrado en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar, no imitéis las horribles costumbres de esas naciones. 10 Que nadie de entre vosotros ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndole pasar por el fuego, ni practique la adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería 11 ni a los encantamientos, ni consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni consulte a los muertos.d 12 Porque al Señor le repugnan quienes hacen estas cosas. Y si el Señor vuestro Dios arroja de vuestra presencia a esas naciones, es precisamente porque tienen esas horribles costumbres. 13 Vosotros debéis ser perfectos en vuestra relación con Dios.e 14 Esas naciones, cuyo territorio vais a poseer, hacen caso a quienes pretenden predecir el futuro, y a los adivinos, pero a vosotros el Señor vuestro Dios no os permite semejantes cosas.f
El profeta que ha de venir
15 “El Señor vuestro Dios hará que salga de entre vosotros un profeta como yo, y deberéis obedecerle.g 16 Esto es en realidad lo que pedisteis al Señor vuestro Dios en el monte Horeb, el día en que todos os reunisteis allí y dijisteis: ‘No queremos oir otra vez la voz del Señor nuestro Dios, ni ver este gran fuego, para no morir.’h 17 Entonces el Señor me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. 18 Yo haré que salga de entre ellos un profeta como tú, uno que sea compatriota suyo y que les diga lo que yo le ordene decir, y les repita lo que yo le mande. 19 A todo aquel que no haga caso de lo que ese profeta diga en mi nombre, yo le pediré cuentas.i 20 Pero el profeta que presuma de hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir, o hable en nombre de otros dioses, será condenado a muerte.’ 21 Y si pensáis: ‘¿Cómo podremos saber que lo que él ha dicho no es la palabra del Señor?’, tened esto en cuenta: 22 Si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no se cumple, es señal de que el Señor no lo dijo,j sino que el profeta habló movido solo por su orgullo; por lo tanto, no le tengáis miedo.
Ciudades de refugio
(Nm 35.9-28; Jos 20.1-9)
19
“Cuando el Señor vuestro Dios haya destruido las naciones y os dé posesión de las tierras que ahora son suyas, y ocupéis sus ciudades y sus casas, apartaréis tres ciudades del país que el Señor vuestro Dios os da en propiedad y arreglaréis el camino que lleva a ellas.a Además dividiréis en tres partes el territoriob que el Señor vuestro Dios os da en posesión, para que todo aquel que mate a una persona pueda refugiarse en cualquiera de ellas. El homicida podrá huir allí y salvar su vida, si demuestra que lo hizo sin intención y sin que hubiera enemistad entre ellos. Por ejemplo, si alguien va con su compañero al bosque a cortar leña y, al dar el hachazo, se le escapa el hacha del mango y alcanza a su compañero y lo mata, podrá huir a una de esas ciudades, y de esta manera salvará su vida. De lo contrario, si, siendo largo el camino, un pariente cercano del muerto, que quiera vengarlo,c persigue con rabia al homicida, puede alcanzarle y matarle, cuando en realidad no merecía la muerte puesto que nunca antes habían sido enemigos. Por eso os mando que apartéis tres ciudades; y cuando el Señor vuestro Dios ensanche vuestro territorio y os dé toda la tierra, tal como lo prometió a vuestros antepasados, entonces añadiréis otras tres ciudades de refugio a las tres que ya teníaisd (siempre y cuando pongáis en práctica estos mandamientos que hoy os doy, o sea, que améis al Señor vuestro Dios y sigáis siempre sus caminos). 10 De esta manera no se derramará sangre inocente dentro de este país que el Señor vuestro Dios os da en propiedad, ni caerá sobre vosotros la responsabilidad de ninguna muerte.
11 “Pero si un hombre es enemigo de otro, y le sigue los pasos, y llegada la ocasión se lanza sobre él y lo mata, y huye después a una de las ciudades de refugio, 12 entonces los ancianos de su ciudad darán la orden de arrestarle y entregarle en manos del pariente más cercano del muerto, para que sea condenado a muerte. 13 No tengáis compasión de él, y así evitaréis que se derrame sangre inocente en Israel. Entonces todas las cosas os saldrán bien.
14 “En el país que el Señor vuestro Dios os va a dar respetaréis los límites de la propiedad de vuestros vecinos, tal como fueron fijados en tiempos pasados.e
Ley relativa a los falsos testigos
15 “La acusación de un solo testigo no será suficiente para demostrar que una persona ha cometido un crimen, delito o falta. Solo valdrá la acusación cuando sea mantenida por dos o tres testigos.f
16 “Si algún malvado se presenta como testigo falso contra alguien y le acusa de haber cometido un delito, 17 las dos personas en pleito se presentarán entonces ante el Señor y ante los sacerdotes y jueces que en aquellos días estén en funciones. 18 Los jueces examinarán el caso con toda atención, y si resulta falsa la declaración presentada por el testigo contra la otra persona, 19 se le hará sufrir la misma sentencia que él quería para el otro. Así acabaréis con la maldad que haya en medio de vosotros.g 20 Y cuando los demás lo sepan, tendrán miedo y no se atreverán a cometer una acción tan mala. 21 No tengáis compasión: cobrad vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.h
Leyes de guerra
20
“Si al salir a combatir a vuestros enemigos veis que ellos cuentan con caballería y carros de guerra, y con un ejército más numeroso que el vuestro, no les tengáis miedo, pues vosotros contáis con el Señor vuestro Dios, que os sacó de Egipto.a Y cuando llegue la hora de la batalla, el sacerdote se dirigirá al ejércitob y dirá: ‘Escuchad, israelitas, hoy vais a luchar contra vuestros enemigos. No os desaniméis ni tengáis miedo; no tembléis ni os asustéis, porque el Señor vuestro Dios está con vosotros; él luchará contra vuestros enemigos y os dará la victoria.’
“Luego hablarán los jefes, y dirán: ‘Si alguno de vosotros ha construido una casa nueva y todavía no ha vivido en ella, que se vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y otro sea quien la estrene. Y si alguno de vosotros ha plantado un viñedo y aún no ha podido disfrutar de él, que se vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y otro sea quien recoja las uvas.c Y si alguien está comprometido en matrimonio y todavía no se ha casado, que se vuelva a su casa, no sea que muera en la lucha y otro se case con su prometida.’d
“Después los jefes se dirigirán de nuevo al ejército, y dirán: ‘Si alguno tiene miedo y le falta valor, que se vuelva a su casa, para que no acobarde también a sus compañeros.’ Y cuando los jefes hayan terminado de hablar, los capitanes se pondrán a la cabeza del ejército.e
10 “Cuando os acerquéis a una ciudad para atacarla, primero le propondréis la paz. 11 Si los habitantes de la ciudad aceptan la paz y os dejan entrar, entonces todos ellos os servirán como esclavos en trabajos forzados.f 12 Pero si no hacen la paz con vosotros, sino que os declaran la guerra, rodearéis la ciudad y la atacaréis. 13 El Señor vuestro Dios la hará caer en vuestro poder, y mataréis a filo de espada a todos sus habitantes. 14 Las mujeres, los niños, el ganado y todo lo que haya en la ciudad será para vosotros; podréis disfrutar de todo lo que el Señor vuestro Dios os permita tomar del enemigo. 15 Esto mismo haréis con todas las ciudades que estén lejos de donde habitéis y que no formen parte de estas naciones. 16 Pero en las ciudades de estas naciones que el Señor vuestro Dios os da en propiedad no dejaréis a nadie con vida, 17 sino que destinaréis a la destrucción, como sacrificio al Señor, a los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, tal como él lo ha ordenado, 18 para que no os enseñen a hacer las mismas cosas horribles que ellos hacen en honor de sus dioses, y os hagan pecar contra el Señor vuestro Dios.g
19 “Si para tomar una ciudad tenéis que sitiarla por mucho tiempo, no derribéis sus árboles a golpe de hacha,h pues necesitaréis sus frutos como alimento; además, son tan solo árboles del campo y no hombres que puedan defenderse de vuestro ataque. 20 Sin embargo, podréis derribar los árboles no frutales que os sirvan para sitiar la ciudad que estéis atacando, hasta que caiga en vuestro poder.
Normas relativas a casos de muerte sin explicación
21
“Si en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar en propiedad se encuentra en el campo el cadáver de una persona asesinada, sin que se sepa quién la mató, los ancianos y los jueces calcularán la distancia que hay entre el lugar donde se encuentre el cadáver y las ciudades más cercanas. Entonces los ancianos de la ciudad más cercana tomarán una ternera a la que todavía no se le haya puesto yugo, la bajarán a un arroyo que siempre lleve aguaa y donde nunca se haya labrado ni sembrado, y allí mismo le quebrarán el cuello.b
“Después se acercarán los sacerdotes levitas, pues el Señor los eligió para que tengan a su cargo los servicios del culto y bendigan en el nombre del Señor. En todo caso de pleito o disputa, su decisión será definitiva. Luego todos los ancianos de la ciudad se lavarán las manos sobre la ternera muerta, y harán esta declaración: ‘Nosotros no matamos a ese hombre ni vimos cómo lo mataron. Perdona, Señor, a tu pueblo Israel, que tú has rescatado, y no lo culpes de la muerte de un inocente.’c Así no se os pedirá cuentas de la muerte de esa persona, y vosotros haréis lo que es recto a los ojos del Señor y quitaréis de entre vosotros la culpa de esa muerte.
Ley relativa a los prisioneros de guerra
10 “Cuando presentéis batalla contra vuestros enemigos y el Señor vuestro Dios los haga caer prisioneros en vuestras manos, 11 si alguno de vosotros ve entre ellos una mujer hermosa y se enamora de ella y la toma por esposa, 12 deberá llevarla a su casa y hará que se rape la cabeza, se corte las uñas, 13 se quite el vestido que llevaba cuando cayó prisionera y se quede a vivir en casa de él, llorando a sus padres durante todo un mes.d Después de esto, el israelita podrá entrar en relaciones con ella: él será su marido y ella será su mujer. 14 Si después resulta que no le gusta, podrá dejarla en libertad; pero no podrá venderla por dinero ni tratarla como esclava, ya que la ha deshonrado.
Los derechos del primogénito
15 “Si un hombre tiene dos mujeres,e y ama a una y a la otra no, pero las dos le dan hijos, y si el hijo primogénito es de la mujer a la que no ama, 16 cuando llegue el día en que ese hombre reparta sus bienes entre sus hijos no podrá otorgar los derechos de primogenitura al de la mujer que ama, pues perjudicaría al hijo de la mujer aborrecida, que es realmente el primogénito. 17 Tendrá que reconocer a este como primogénito y darle una doble parte de los bienes que le corresponden, porque él es el primer fruto de su fuerza y tiene todos los derechos de la primogenitura.
El castigo de los hijos desobedientes
18 “Si alguien tiene un hijo desobediente y rebelde que no hace caso a lo que le dicen sus padres, y ni siquiera les obedece cuando le castigan, 19 sus padres le llevarán ante el tribunal de los ancianos de la ciudad, 20 y les dirán: ‘Nuestro hijo es desobediente y rebelde; no nos obedece en nada, es un pervertido y un borracho.’ 21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo matarán a pedradas. Así acabaréis con la maldad que haya en medio de vuestro pueblo y, al saberlo, los israelitas sentirán temor.
Leyes diversas
22 “Si un hombre es condenado a morir colgado de un árbol por haber cometido un grave delito, 23 su cuerpo no deberá dejarse allí toda la noche, sino que tendrá que ser enterrado el mismo día, porque es maldito de Dios el que muere colgado de un árbol,f y vosotros no debéis convertir en impura la tierra que el Señor vuestro Dios os va a dar en propiedad.
22
“Si alguno de vosotros ve perdido el buey o el cordero de un compatriota, no debe desentenderse de ello, sino que lo llevará a su compatriota. Pero si el dueño no es vecino ni conocido suyo, llevará el animal a su casa y lo tendrá allí hasta que su compatriota lo reclame; entonces deberá devolvérselo. Lo mismo haréis con el asno, el manto o cualquier cosa que alguien pierda y que alguno de vosotros encuentre. No os desentendáis del asunto.
“Si alguno de vosotros ve caído en el camino el asno o el buey de un compatriota, no debe desentenderse de ello, sino ayudarle a levantarlo.a
“La mujer no debe usar ropa de hombre ni el hombre ropa de mujer, porque al Señor le repugna todo aquel que hace estas cosas.
“Si alguien encuentra en su camino algún nido de pájaros en un árbol o en el suelo, con polluelos o huevos, y la madre echada sobre ellos, no debe quedarse con la madre y los polluelos; se quedará solo con los polluelos y dejará que la madre se vaya. Así será dichoso y tendrá una larga vida.
“Cuando uno de vosotros construya una casa, le pondrá un muro de protección alrededor de la azotea; así evitará que su familia sea culpable de una muerte en caso de que alguien se caiga de la casa.
“No sembréis en vuestro viñedo más de una clase de semilla, para que no se os impida usarb tanto lo que sembrasteis como la cosecha entera del viñedo.
10 “No aréis vuestro campo con una yunta formada por buey y asno.
11 “No os pongáis ropa tejida con mezcla de lana y lino.c
12 “Poned borlas con flecos en las cuatro puntas del manto con que os cubrís.d
Leyes relativas a la castidad
13 “Si un hombre toma a una mujer por esposa, y después de unirse a ella le pierde el cariño 14 y, alegando que ella le ha faltado, le crea mala fama diciendo: ‘Yo me casé con esta mujer, pero en nuestras relaciones me encontré con que ya no era virgen’, 15 entonces los padres de la joven tomarán la prueba de su virginidade y la presentarán al tribunal de los ancianos de la ciudad, 16 y el padre de la joven dirá a los ancianos: ‘Yo di mi hija por esposa a este hombre, pero ahora él ha dejado de quererla 17 y la acusa de haberle faltado, alegando que mi hija ya no era virgen. Sin embargo, aquí está la prueba de que sí lo era.’ Y diciendo esto, extenderá la sábana delante de los ancianos. 18 Entonces ellos apresarán al hombre y lo castigarán; 19 le condenarán a pagar una multa de cien monedas de plata, que entregará al padre de la joven por crearle mala fama a una muchacha virgen de Israel. Además ella seguirá siendo su mujer, y no podrá divorciarse de ella en toda su vida.
20 “Pero si resulta cierto que la joven ya no era virgen, 21 la sacarán a las puertas de la casa de su padre y los hombres de la ciudad la matarán a pedradas, por cometer una maldad tan grande en Israel y haber deshonrado la propia casa de su padre. Así acabaréis con el mal que haya en medio de vosotros.
22 “Si un hombre es sorprendido acostado con una mujer casada, los dos serán condenados a muerte. Así acabaréis con el mal que haya en Israel.
23 “Si una muchacha virgen es prometida de un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, 24 serán llevados los dos ante el tribunal de la ciudad, donde serán condenados a morir apedreados: la joven por no pedir socorro estando en plena ciudad, y el hombre por deshonrar a la mujer de su prójimo. Así acabaréis con el mal que haya en medio de vosotros.f
25 “Pero si un hombre encuentra en el campo a la prometida de otro y la obliga a acostarse con él, entonces solo se dará muerte al hombre que se acostó con ella. 26 A la joven no se le hará nada, porque no ha cometido ningún delito que merezca la muerte; se trata de un caso semejante al del hombre que ataca a otro hombre y lo mata; 27 porque él encontró a la joven sola en el campo y, aunque ella hubiera gritado, nadie habría podido socorrerla.
28 “Si un hombre encuentra a una muchacha virgen y sin compromiso de matrimonio, y la obliga a acostarse con él, y son descubiertos, 29 entonces el hombre tendrá que entregar al padre de la joven cincuenta monedas de plata; y, como la ha deshonrado, tendrá que tomarla por mujer y no podrá divorciarse de ella en toda su vida.g
30 h “Nadie debe tener relaciones sexuales con la mujer de su padre,i pues con ello lo deshonra.j
Los excluidos de la comunidad israelita
23
“El que tenga los testículos aplastados o amputado su miembro viril, no podrá ser admitido en la congregación del Señor.a
“El hijo bastardob no podrá ser admitido en la congregación del Señor, ni aun después de la décima generación.
“Los amonitas y los moabitas no serán nunca admitidos en la congregación del Señor, ni aun después de la décima generación; porque cuando pasasteis por su territorio después de haber salido de Egipto, ellos no os ofrecieron agua ni alimentos; además pagaron a Balaam, hijo de Beor, que venía de Petor de Mesopotamia,c para que pronunciara una maldición contra vosotros.d Pero el Señor vuestro Dios no escuchó a Balaam, sino que convirtió su maldición en una bendición para vosotros,e porque os ama.f No busquéis, pues, ni la paz ni el bienestar de ellos en todos los días de vuestra vida.
“Ahora bien, no debéis despreciar a los edomitas, porque son parientes vuestros;g ni tampoco a los egipcios, porque vosotros vivisteis en su país;h la tercera generación de sus descendientes podrá entrar a formar parte de la congregación del Señor.
Leyes sanitarias
“Cuando estéis en guerra contra vuestros enemigos y hagáis vida de campaña, procurad no cometer ningún acto indecente. 10 Si alguno de vosotros se encuentra en estado de impureza por haber tenido un derrame durante el sueño, deberá salir del campamento y no entrar en él en todo el día. 11 Al caer la tarde se lavará con agua, y al ponerse el sol podrá entrar nuevamente en el campamento.
12 “Para vuestras necesidades deberéis tener un lugar fuera del campamento. 13 En vuestro equipo llevaréis siempre una estaca, para que, cuando hayáis de hacer vuestras necesidades, cavéis un hoyo con la estaca, y luego, cuando hayáis terminado, tapéis con tierra el excremento. 14 Porque el Señor vuestro Dios anda entre vosotros, en el campamento, para protegeros y daros la victoria sobre vuestros enemigos; por lo tanto, vuestro campamento debe ser un lugar santo, para que Dios no vea ninguna cosa indecente en él, pues de lo contrario se apartaría de vosotros.
Leyes de asilo
15 “Si un esclavo huye de su amo y os pide asilo, no lo entreguéis a su antiguo dueño.i 16 Dejadle que se quede a vivir con vosotros en la ciudad que más le guste y en el lugar que él escoja, y nadie deberá molestarle.
Prohibición de la prostitución cúltica
17 “Ningún hombre ni mujer israelita se entregará a la prostitución practicada en cultos paganos.j 18 No permitáis que en el templo del Señor vuestro Dios se pague una promesa con el dinero ganado en semejante clase de prostitución,k porque esa práctica repugna al Señor.
19 “No exigiréis de un compatriota que os pague interés por el préstamo que le hayáis hecho, sea de dinero, de comestibles o de cualquiera de las cosas que se prestan cobrando interés. 20 Al extranjero podréis exigirle que os pague interés sobre un préstamo, pero no debéis hacerlo a un compatriota.l Así el Señor vuestro Dios os bendecirá en todo lo que hagáis en el país que vais a ocupar.
21 “Cuando hagáis una promesa al Señor vuestro Dios, no tardéis en cumplirla,m pues tened por seguro que el Señor vuestro Dios os pedirá cuentas de ello, y seréis culpables de pecado. 22 Si no hacéis ninguna promesa, no cometeréis ningún pecado; 23 pero si de una manera voluntaria hacéis una promesa al Señor vuestro Dios, entonces deberéis cumplirla.
24 “Cuando entréis en la viña de vuestro prójimo, podréis comer todas las uvas que queráis, pero no podréis llevaros ninguna en la cesta. 25 Si entráis en su trigal, podréis arrancar espigas con la mano, pero no segar el trigo con una hoz.
Leyes relativas al divorcio
24
“Si un hombre toma a una mujer y se casa con ella, pero después resulta que no le gusta por haber encontrado en ella algo indecente, le dará por escrito un certificado de divorcio y la despedirá de su casa.a Ella, después de abandonar la casa, podrá casarse con otro; pero si su segundo marido también llega a despreciarla y le entrega un certificado de divorcio, despidiéndola de su casa, o si este segundo marido se muere, entonces el que fue su primer marido no podrá volver a casarse con ella, debido al estado de impureza en que ella se encuentra;b esto sería un acto repugnante para el Señor, y vosotros no debéis deshonrar el país que el Señor vuestro Dios os da en propiedad.
Leyes diversas
“Si un hombre está recién casado, no irá a la guerra ni se le hará cumplir ninguna otra clase de servicio durante un año;c así podrá estar libre en su casa todo ese tiempo, para felicidad de su mujer.d
“No pidáis a nadie en prenda su molino de mano o la piedra de moler, pues eso sería como pedirle en prenda su propia vida.
“Si un israelita es sorprendido raptando a un compatriota para convertirlo en esclavo o para venderlo, se le condenará a muerte, para acabar así con la maldad que haya en medio de vosotros.e
“En caso de lepra, cumplid fielmente todas las instrucciones que os den los sacerdotes levitas. Debéis hacerlo todo tal y como yo os lo he ordenado.f Recordad lo que hizo el Señor vuestro Dios con María, en el camino, después de vuestra salida de Egipto.g
10 “Si hacéis un préstamo a vuestro prójimo, no entréis en su casa para tomar ninguna prenda suya. 11 Quedaos fuera y esperad a que él saque lo que va a daros en prenda. 12 Y si se trata de una persona pobre, no le retengáis la prenda durante la noche;h 13 tenéis que devolvérsela a la puesta del sol, para que pueda taparse con su manto cuando se vaya a dormir. Así él os bendecirá y vosotros haréis una buena acción delante del Señor vuestro Dios.
14 “No explotéis al que se halle en la miseria, ni le retengáis su paga,i ya sea que se trate de un compatriota vuestro o de un extranjero que habite en alguna de vuestras ciudades. 15 Pagadle su jornal el mismo día, antes de ponerse el sol, porque es pobre y necesita ese dinero para vivir. De otra manera, clamará contra vosotros al Señor y seréis culpables de pecado.j
16 “Los padres no podrán ser condenados a muerte a causa de lo hecho por sus hijos, ni los hijos a causa de lo hecho por sus padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.k
17 “No cometáis injusticia alguna con los extranjeros ni con los huérfanos,l ni tampoco toméis en prenda la ropa de las viudas.m 18 No olvidéis que vosotros fuisteis esclavos en Egipto y que el Señor vuestro Dios os sacó de allí; por eso os ordeno que cumpláis todo esto.n
19 “Si al recoger la cosecha de vuestro campo os dejáis olvidado en él un manojo de trigo, no regreséis a buscarlo; dejadlo para que lo recoja algún extranjero de los que viven entre vosotros, o algún huérfano o alguna viuda, a fin de que el Señor vuestro Dios os bendiga en todo lo que hagáis.
20 “Cuando recojáis las aceitunas de vuestros olivos, no repaséis cada una de las ramas; las aceitunas que queden, dejadlas para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.
21 “Al vendimiar las uvas de vuestra viña, no repaséis cada una de las vides; lo que quede, dejadlo para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.ñ 22 Recordad que también vosotros fuisteis esclavos en Egipto; por eso os ordeno que cumpláis todo esto.
25
“Cuando entre algunos de vosotros haya un pleito, los implicados se presentarán ante el tribunal para que se les juzgue, y los jueces declararán inocente al que lo sea y condenarán al culpable. Si el culpable merece ser azotado, el juez ordenará que se le tienda en el suelo y que, en su presencia, se le apliquen los azotes que merezca la falta cometida. En ningún caso se aplicarán más de cuarenta azotes,a para evitar que aquel compatriota sufra un castigo demasiado duro y se sienta humillado ante vosotros.
“No le pongáis bozal al buey cuando esté trillando el grano.b
Ley del leviratoc
“Si dos hermanos comparten el mismo techo y uno de ellos muere sin dejar hijos, la viuda no podrá casarse con ningún hombre de otra familia. El hermano de su marido deberá tomarla por esposa para cumplir con ella su deber de cuñado. El primer hijo que ella dé a luz llevará el nombre del hermano muerto, con el fin de que su nombre no desaparezca de Israel.d Pero si el hombre no quiere casarse con su cuñada, ella se presentará ante el tribunal y dirá a los ancianos: ‘Mi cuñado no quiere que el nombre de su hermano se mantenga vivo en Israel; no quiere cumplir conmigo su deber de cuñado.’ Entonces los ancianos de la ciudad le llamarán y hablarán con él, y si él insiste en no casarse con ella, entonces su cuñada se le acercará y, en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie, le escupirá en la cara y dirá: ‘¡Así se hace con el hombre que no quiere dar descendencia a su hermano!’ 10 Y su familia será conocida en Israel con el nombre de ‘la familia del Descalzado’.
Leyes diversas
11 “Si dos hombres se están golpeando, y se acerca la mujer de uno de ellos para defender a su marido, y agarra al otro por sus partes genitales, 12 ordenaréis sin ninguna compasión que se le corte la mano a la mujer.e
13-14 “No uséis en vuestras compras y ventas pesas y medidas falsas, 15 sino pesas exactas y completas, para que viváis muchos años en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar. 16 Porque al Señor le repugnan todos los que hacen esas cosas y cometen injusticias.f
Orden de exterminio contra Amalec
17 “Recordad lo que os hizo Amalec cuando estabais en camino, después de haber salido de Egipto; 18 recordad que, sin ningún temor de Dios, os atacó en el camino y se aprovechó de que estabais cansados y fatigados, y atacó por la espalda a los que se sentían débiles y se habían quedado atrás. 19 Por lo tanto, cuando el Señor vuestro Dios os haya librado de todos los enemigos que os rodeen en el país que él os da en propiedad, deberéis borrar de la tierra la memoria de Amalec. ¡No lo olvidéis!g
26 Ofrenda de los primeros frutosa
“Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en propiedad, y te hayas establecido en ella, tomarás los primeros frutos de la cosecha que te dé la tierra y los llevarás en una cesta al lugar que el Señor tu Dios haya escogido como residencia de su nombre.b Allí te presentarás al sacerdote en funciones, y le dirás: ‘Yo declaro hoy, ante el Señor mi Dios, que ya he entrado en el país que el Señor juró a nuestros antepasados que nos daría.’ El sacerdote tomará la cesta que tú le entregues y la pondrá ante el altar del Señor tu Dios; entonces pronunciarás ante el Señor tu Dios la siguiente declaración:
‘Mis antepasados fueron un pequeño grupo de arameos errantes,c que emigraron a Egipto y se quedaron a vivir allí, convirtiéndose después en una nación grande, poderosa y numerosa. Pero los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos hicieron sufrir cruel esclavitud. Entonces pedimos al Señor y Dios de nuestros padres que nos ayudara, y él escuchó nuestras súplicas, y vio la miseria, los trabajos y la opresión de que éramos víctimas; desplegó su gran poder y, en medio de un gran terror y de acontecimientos extraordinarios, nos sacó de Egipto, nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 Por eso traigo ahora los primeros frutos de la tierra que el Señor me ha dado.’
“En seguida pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te arrodillarás en su presencia. 11 Después harás fiesta por todos los bienes que el Señor tu Dios te ha dado a ti y a tu familia. También se unirán a tu alegría los levitas y los extranjeros que vivan entre vosotros.
Ofrenda del diezmo
12 “Cuando llegue el tercer año, que es cuando se da la décima parte de todo, y cuando ya hayas apartado la décima parte de todos tus frutos y se la hayas dado a los levitas y a los extranjeros que viven en tu país, y a los huérfanos y las viudas, para que puedan comer en tus poblaciones todo lo que quieran,d 13 declararás ante el Señor tu Dios:
‘Ya he apartado de mi casa la parte de la cosecha que debe ser consagrada, y la he repartido entre los levitas y extranjeros que viven en nuestro país, y entre los huérfanos y las viudas, cumpliendo todo lo que tú me mandaste y sin desobedecer ni olvidar ninguno de tus mandamientos. 14 No he comido nada de ello mientras estuve de luto o en estado de impureza, ni lo he ofrecido a los muertos. Señor, mi Dios, te he obedecido y he cumplido todo lo que me has ordenado.e 15 Mira desde los cielos, desde tu santa mansión, y bendice a tu pueblo Israel y al país que nos has dado, donde la leche y la miel corren como el agua, tal como lo prometiste a nuestros antepasados.’
La consagración de Israelf
16 “El Señor tu Dios te manda hoy que pongas en práctica estas leyes y estos mandamientos; cúmplelos de todo corazón y con toda tu alma. 17 Tú has declarado hoy que el Señor es tu Dios, y has prometido seguir sus caminos y cumplir sus leyes, mandamientos y decretos, y obedecerle siempre. 18 También el Señor ha declarado hoy que tú, Israel, eres el pueblo de su propiedad,g tal como te lo había prometido, y que cumplirás todos sus mandamientos.h 19 Él va a hacer de ti una nación superior en gloria, fama y honor a las demás naciones que hizo, y serás, como él ha dicho, un pueblo consagrado al Señor tu Dios.”
IV. CELEBRACIÓN DEL PACTO (27–28)
Las piedras memoriales en el monte Ebal
27
Moisés y los ancianos de Israel dieron al pueblo las siguientes órdenes:
“Cumplid todo lo que hoy os he ordenado. Cuando crucéis el río Jordán y entréis en la tierra que el Señor vuestro Dios os va a dar, levantaréis unas piedras grandes y las blanquearéis con cal, para escribir en ellas todas estas instrucciones que os he dado.a Hacedlo en cuanto entréis en esa tierra donde la leche y la miel corren como el agua y que el Señor vuestro Dios os va a dar, tal como lo prometió a vuestros antepasados. Así que, cuando hayáis cruzado el río Jordán, levantaréis sobre el monte Ebalb las piedras que os he dicho y las blanquearéis con cal. 5-6 También construiréis allí un altar de piedra para el Señor vuestro Dios. Las piedras deberán ser enteras y sin labrar.c Allí, en ese altar, ofreceréis al Señor vuestro Dios holocaustos y sacrificios de reconciliación; y allí, ante el Señor vuestro Dios, comeréis y haréis fiesta. En las piedras escribiréis con toda claridad estas instrucciones que os he dado.”d
Después Moisés, acompañado de los sacerdotes levitas, dijo a los israelitas:
“Guardad silencio, israelitas, y escuchad. Hoy os habéis convertido en el pueblo del Señor vuestro Dios. 10 Por lo tanto, debéis obedecerle y poner en práctica sus mandamientos y sus leyes que yo os ordeno hoy.”
Enumeración de las maldiciones
11 Aquel mismo día, Moisés dio al pueblo esta orden:
12 “Cuando hayáis cruzado el río Jordán, las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín se colocarán en el monte Guerizim para la bendición del pueblo,e 13 y las tribus de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí se colocarán en el monte Ebal para la maldición. 14 Los levitas se dirigirán a todos los israelitas, y en voz alta pronunciarán la siguiente declaración:
15 ‘Maldito el que haga un ídolo o una figura de metal fundido,f obra de artesano, y la ponga en un lugar oculto, pues eso repugna al Señor.’ Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
16 ‘Maldito el que trate con desprecio a su padre o a su madre.’g Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
17 ‘Maldito el que cambie los límites de la propiedad de su vecino para robarle terreno.’ Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’h
18 ‘Maldito el que desvíe de su camino a un ciego.’i Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
19 ‘Maldito el que cometa una injusticia con un extranjero, una viuda o un huérfano.’j Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
20 ‘Maldito el que se acueste con la mujer de su padre,k pues con ello lo deshonra.’ Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
21 ‘Maldito el que tenga relaciones sexuales con un animal.’l Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
22 ‘Maldito el que se acueste con su hermana, lo mismo si lo es por parte de padre que por parte de madre.’m Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
23 ‘Maldito el que se acueste con su suegra.’n Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
24 ‘Maldito el que mate a traición a su prójimo.’ñ Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
25 ‘Maldito el que reciba dinero por matar a una persona inocente.’ Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
26 ‘Maldito el que no respete estas instrucciones ni las ponga en práctica.’o Y todo el pueblo dirá: ‘Amén.’
28 Bendiciones a los que obedecena
(Lv 26.3-13; Dt 7.12-24)
“Si de veras obedeces al Señor tu Dios y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra.b Además, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios. Serás bendito en la ciudad y en el campo. Serán benditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. Será bendita tu cestac y el lugar donde amasas la harina, y tú serás bendito en todo lo que hagas.d
“El Señor pondrá en tus manos a tus enemigos cuando te ataquen. Avanzarán contra ti en formación ordenada, pero huirán de ti en completo desorden.
“El Señor enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo lo que hagas, y te hará vivir feliz en el país que va a darte.
“Si cumples sus mandamientos y sigues sus caminos, el Señor tu Dios te mantendrá como pueblo consagrado a él, tal como te lo ha jurado. 10 Entonces todos los pueblos de la tierra verán que sobre ti se invoca el nombre del Señor, y te tendrán miedo. 11 El Señor te mostrará su bondad dándote muchos hijos, muchas crías de tus ganados y abundantes cosechas en la tierra que juró a tus antepasados que te daría. 12 Te abrirá su rico tesoro, que es el cielo, para darle a tu tierra la lluvia que necesite; y hará prosperar todo tu trabajo. Podrás prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado a nadie. 13 El Señor te pondrá en el primer lugar, y no en el último; siempre estarás por encima de los demás, y nunca por debajo, con tal de que atiendas a los mandamientos del Señor tu Dios que yo te ordeno hoy, y los pongas en práctica, 14 sin apartarte de ellos por seguir a otros dioses y rendirles culto.e
Consecuencias de la desobediencia
(Lv 26.14-46)
15 “Pero si no obedeces al Señor tu Dios ni pones en práctica todos sus mandamientos y leyes que yo te he ordenado hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones: 16 Serás maldito en la ciudad y en el campo. 17 Será maldita tu cesta y el lugar donde amasas la harina. 18 Serán malditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. 19 Y maldito serás tú en todo lo que hagas.
20 “El Señor te enviará maldición, confusión y angustia en todo lo que hagas, y en muy poco tiempo te destruirán por completo, por haberle abandonado con tus malas acciones. 21 El Señor te enviará una peste que acabará contigo en el país que vas a ocupar. 22 También te enviará epidemias mortales, fiebres malignas, inflamaciones, calor sofocante, sequíaf y plagas sobre tus trigales,g epidemias que te perseguirán hasta destruirte.h 23 Allá arriba, el cielo te negará su lluvia; y aquí abajo, la tierra te negará sus frutos. 24 El Señor hará caer sobre ti polvo y arenai en vez de lluvia, hasta que seas destruido 25 y aplastado por tus enemigos. Avanzarás contra ellos en formación ordenada, pero huirás de ellos en completo desorden y serás motivo de espanto para todos los reinos de la tierra. 26 Las aves y las fieras devorarán tu cadáver sin que nadie las espante.
27 “El Señor te hará sufrir con llagas, como a los egipcios,j y con tumores, sarnak y tiña,l y no podrás curarte de estas enfermedades.m 28 También te hará padecer locura, ceguera y confusión, 29 y andarás a tientas, como el ciego en la oscuridad. Nada de lo que hagas te saldrá bien; te verás siempre oprimido y explotado, y nadie vendrá en tu ayuda. 30 Te comprometerás para casarte, pero otro se acostará con tu prometida; te construirás una casa, pero no llegarás a habitarla; plantarás un viñedo, pero no disfrutarás de su fruto; 31 degollarán tu toro delante de ti, pero no comerás de su carne; te quitarán tu asno en tu propia cara, y no te lo devolverán; tus ovejas caerán en manos de tus enemigos, y no habrá quien te ayude a rescatarlas. 32 Ante tus propios ojos, tus hijos y tus hijas serán entregados a gente extranjera. A todas horas querrás volver a verlos, pero nada podrás hacer. 33 Las cosechas de tu tierra y el fruto de todo tu trabajo se lo comerá gente que nunca antes conociste, y sufrirás continuamente opresión y malos tratos. 34 Cuando veas todas estas cosas, te volverás loco. 35 El Señor te hará sufrir con llagas malignas en las rodillas, en los muslos y en todo el cuerpo, sin que puedas ser curado.
36 “El Señor hará que a ti y a tu rey se os lleven a una nación que ni tú ni tus padres conocisteis. Allí tendrás que servir a otros dioses, hechos de madera y de piedra,n 37 y serás motivo de horror, de refrán y de burla en todos los pueblos adonde te lleve el Señor. 38 Sembrarás mucha semilla, pero recogerás poco fruto porque la langosta lo devorará. 39 Plantarás viñedos y los cuidarás, pero no beberás su vino ni recogerás sus uvas, porque los gusanos acabarán con todo. 40 Tendrás olivos en toda tu tierra, pero no te perfumarás con su aceite, porque las aceitunas se caerán solas. 41 Tendrás hijos e hijas, pero no estarán contigo, porque serán llevados cautivos a otros países. 42 Todos los árboles y los frutos de tu tierra serán destruidos por la langosta. 43 Los extranjeros que vivan en tu país se harán más y más poderosos, mientras que tú perderás más y más tu poder. 44 Ellos podrán hacerte préstamos, y tú, por el contrario, no tendrás nada que prestar. Los primeros lugares serán para ellos, y los últimos para ti.
45 “Todas estas maldiciones vendrán sobre ti, y te perseguirán y alcanzarán hasta acabar contigo, porque no quisiste obedecer al Señor tu Dios ni cumplir los mandamientos y leyes ordenados por él. 46 Estas cosas serán para siempre una prueba contundente contra ti y contra tu descendencia, 47 por no haber adorado al Señor tu Dios con alegría y sinceridad, cuando tantos bienes te había dado. 48 Tendrás que servir a los enemigos que el Señor enviará contra ti; padecerás hambre, sed, falta de ropa y toda clase de miserias. El Señor te hará sufrir una dura esclavitud, hasta que seas destruido. 49 Desde el país más lejano del mundo, el Señor lanzará contra ti, con la rapidez de un águila en vuelo, una nación cuya lengua no entiendes, 50 gente de aspecto feroz, que no respetará a los ancianos ni tendrá compasión de los niños. 51 Se comerá las crías de tu ganado y los frutos de tu tierra, hasta arruinarte; no te dejará trigo, ni vino, ni aceite, ni las crías de tus vacas y de tus ovejas, y morirás de hambre.
52 “Rodeará todas tus ciudades y las atacará, hasta que se derrumben las murallas más altas y fortificadas en que habías puesto tu confianza; sí, rodeará y atacará todas las ciudades del país que te ha dado el Señor tu Dios. 53 Durante el ataque enemigo a tus ciudades será tanta tu hambre que te comerás a tus propios hijos, los hijos y las hijas que el Señor tu Dios te dio. 54 Aun el hombre más delicado y amable entre vosotros mirará con malos ojos a su hermano, a su esposa amada y a los hijos que todavía le queden, 55 para no compartir con ellos la carne de sus hijos que él se coma. Y no habrá nada que comer durante el ataque a las ciudades, durante la horrible angustia que tu enemigo te hará sufrir en todas tus ciudades. 56 Aun la mujer más delicada y tierna entre vosotros, que de tan delicada no quería pisar descalza el suelo, mirará con malos ojos a su esposo amado y a sus hijos, 57 para no compartirñ con ellos los hijos que dé a luzo y la placenta que salga de sus entrañas; todo ello se lo comerá a escondidas,p pues no habrá nada que comer durante el ataque del enemigo a tus ciudades.
58 “Si no pones en práctica todas las instrucciones escritas en este libro, ni respetas este glorioso e imponente nombre del Señor tu Dios, 59 él enviará grandes y terribles plagas sobre ti y sobre tus descendientes, y enfermedades malignas e incurables. 60 Hará que se repitan sobre ti todas las plagas de Egipto, que tanto espanto te causaron, y tendrás que sufrirlas constantemente. 61 Además te enviará otras enfermedades y plagas que no se mencionan en este libro de la enseñanza,q hasta acabar contigo. 62 Y tú, Israel, que eras tan numeroso como las estrellas del cielo, quedarás reducido a un pequeño número por no haber obedecido al Señor tu Dios. 63 Y así como el Señor se complacía en hacerte bien y multiplicarte, ahora se complacerá en tu ruina y tu destrucción, pues serás arrancado violentamente del país que vas a ocupar. 64 El Señor te esparcirá por todas las naciones, de un extremo a otro de la tierra, y allí adorarás a dioses ajenos, dioses de madera y de piedra, que ni tú ni tus antepasados conocisteis. 65 Y mientras vivas en esas naciones no tendrás tranquilidad ni reposo, porque el Señor te hará vivir asustado, con los ojos tristes y lleno de ansiedad. 66 Tu vida se hallará siempre en peligro; tendrás miedo de día y de noche, y nunca estará segura tu vida. 67 Será tanto tu miedo y tales las cosas que verás, que por la mañana dirás: ‘¡Ojalá que ya fuera de noche!’, y por la noche: ‘¡Ojalá que ya fuera de día!’ 68 Y aunque el Señor te dijo que no volverías otra vez por el camino de Egipto, sin embargo te hará volver allí en barcos,r y te venderá como esclavo a tus enemigos; pero no habrá nadie que te quiera comprar.”
V. ÚLTIMO DISCURSO DE MOISÉS (29–30)
Pacto del Señor con Israel en Moab
29
a Estos son los términos del pacto que el Señor ordenó a Moisés hacer con los israelitas en el país de Moab, además del pacto que ya había hecho con ellos en el monte Horeb.b Moisés reunió a todos los israelitas y les dijo:
“Vosotros habéis visto todo lo que el Señor hizo en Egipto al faraón, a sus funcionarios y a todo su país, y sois testigos de esas grandes pruebas, señales y maravillas. Pero hasta ahora el Señor no os ha dado entendimiento ni os ha permitido comprender el significado de todo ello.c Durante cuarenta años yo os he guiado por el desierto, y en ese tiempo no se ha envejecido vuestra ropa ni vuestro calzado. No habéis comido pan ni bebido vino ni licor, para que sepáis que el Señor es vuestro Dios.
“Cuando llegamos a esta región, salieron a atacarnos Sihón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán; pero los derrotamos,d nos apoderamos de su país y se lo dimos en propiedad a las tribus de Rubén y Gad y a la media tribu de Manasés.e Por lo tanto, cumplid los términos de este pacto y ponedlos en práctica, para que os vaya bien en todo lo que hagáis.
10 “Hoy estáis todos reunidos delante del Señor vuestro Dios: los jefes de vuestras tribus, los ancianos, los oficiales, todos los hombres de Israel, 11 los niños, las mujeres y los extranjeros que viven entre vosotros, desde el leñador hasta el aguador, 12 para comprometeros bajo juramento en el pacto que el Señor vuestro Dios hace hoy con vosotros. 13 Hoy queda establecido que vosotros sois su pueblo y que él es vuestro Dios, como ya se lo había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, vuestros antepasados. 14 Pero no solo con vosotros hace el Señor este pacto y este juramento, 15 sino también con los que no están hoy aquí con nosotros delante de él. 16 Vosotros sabéis muy bien cómo hemos vivido en Egipto y de qué manera hemos tenido que pasar por las naciones que hemos encontrado en nuestro camino, 17 donde hemos visto los falsos dioses y los despreciables ídolos de madera, piedra, plata y oro que esa gente adora. 18 Que no haya entre vosotros hombre ni mujer, familia ni tribu que abandone hoy al Señor nuestro Dios por adorar a los dioses de esas naciones. Que ninguno de vosotros sea como una planta de raíz amarga y venenosa.f
19 “Si después de haber escuchado los términos de este juramento, alguno de vosotros se cree demasiado bueno y piensa: ‘Todo me ha de salir bien, aunque yo haga lo que me dé la gana’, él será la causa de la ruina de todos.g 20 El Señor no va a estar dispuesto a perdonarle, sino que descargará su ira y su indignación sobre ese hombre, y caerán sobre él todas las maldiciones anunciadas en este libro, y el Señor borrará de la tierra su descendencia. 21 El Señor apartará de todas las tribus de Israel a ese hombre y le hará caer en desgracia, conforme a todas las maldiciones del pacto que está escrito en este libro de la ley. 22 La generación futura, vuestros descendientes que han de venir después, así como los extranjeros que lleguen de países lejanos, verán las plagas y las enfermedades que el Señor enviará sobre esta tierra; 23 verán que todo el país no es más que azufre, sal y tierra quemada. No se podrá sembrar en esa tierra, ni nada podrá producir; ni siquiera una hierba podrá crecer en ella, tal como sucedió en la destrucción de las ciudades de Sodoma, Gomorra,h Admá y Seboím, las cuales destruyó el Señor en su ira y furor.
24 “Entonces todo el mundo preguntará: ‘¿Por qué hizo esto el Señor con este país? ¿Por qué se encendió tanto su furor?’ 25 Y la respuesta será:i ‘Porque abandonaron el pacto que el Señor, el Dios de sus antepasados, hizo con ellos cuando los sacó de Egipto, 26 y se fueron a rendir culto y a inclinarse ante otros dioses que no conocían y que nunca les habían dado nada. 27 Por eso la ira del Señor se encendió contra esta tierra e hizo caer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; 28 y los arrojó de su paísj con ira, furor y gran indignación, echándolos a otros países, como está sucediendo ahora.’
29 “Hay cosas que no sabemos, esas pertenecen al Señor nuestro Dios; pero hay otras que nos han sido reveladas a nosotros y a nuestros hijos, para que las cumplamos siempre: todos los mandamientos de esta ley.
Condiciones para la restauración y la bendición
30
“Cuando os sobrevenga todo lo que os he anunciado, la bendición y la maldición que os he dado a elegir, y reflexionéis sobre ellas en las naciones donde el Señor vuestro Dios os arroje, si os volvéis al Señor y le obedecéis de todo corazón y con toda vuestra alma, vosotros y vuestros hijos, como yo os lo ordeno ahora, entonces el Señor vuestro Dios cambiará vuestra suerte y os tendrá compasión. Os reunirá otra vez de entre los países adonde antes os arrojó, y aunque vuestros desterrados estén esparcidos por los lugares más lejanos del mundo, de allí os hará venir el Señor vuestro Dios y hasta allí irá a buscaros. El Señor os hará volver de nuevo al país que vuestros antepasados ocuparon, y vosotros volveréis a ocuparlo; os hará prosperar y os dará más hijos que a vuestros antepasados. Pondrá la marca del pactoa en vuestro corazón y en el de vuestros descendientes, para que le améis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, a fin de que tengáis vida. El Señor vuestro Dios hará caer todas estas maldiciones sobre vuestros enemigos y sobre los que os persiguieron con odio, y vosotros os volveréis al Señor y le obedeceréis, y pondréis en práctica todos los mandamientos que yo os ordeno hoy. Entonces el Señor os hará prosperar en todo lo que hagáis, y en hijos, crías de ganado y cosechas; sí, el Señor vuestro Dios volverá a complacerse en haceros bien, como antes se complacía en hacerlo a vuestros antepasados, 10 si es que obedecéis al Señor vuestro Dios y cumplís sus mandamientos y leyes escritos en este libro de la ley, y os volvéis a él con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
11 “Este mandamiento que hoy os doy no es demasiado difícil para vosotros ni está fuera de vuestro alcance. 12 No está en el cielo, para que se diga: ‘¿Quién puede subir al cielo por nosotros para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?’ 13 Tampoco está al otro lado del mar, para que se diga: ‘¿Quién cruzará el mar por nosotros, para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?’ 14 Al contrario, el mandamiento está muy cerca de vosotros; está en vuestros labios y en vuestro pensamiento, para que podáis cumplirlo.b
15 “Mirad, hoy os doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal por el otro. 16 Si obedecéisc lo que hoy os ordeno, y amáis al Señor vuestro Dios, seguís sus caminos y cumplís sus mandamientos, leyes y decretos, viviréis y tendréis muchos hijos, y el Señor vuestro Dios os bendecirá en el país que vais a ocupar. 17 Pero si no hacéis caso de todo esto, sino que os dejáis arrastrar por otros dioses para rendirles culto y arrodillaros ante ellos, 18 en este mismo momento os advierto que moriréis sin remedio, y que no estaréis mucho tiempo en el país que vais a conquistar después de haber cruzado el Jordán. 19 En este día pongo al cielo y a la tierra por testigosd contra vosotros, de que os he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escoged, pues, la vida, para que viváis vosotros y vuestros descendientes; 20 amad al Señor vuestro Dios, obedecedle y sedle fieles, porque de ello depende vuestra vida y el que viváis muchos años en el país que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob,e vuestros antepasados.”
VI. DESPEDIDA Y MUERTE DE MOISÉS (31–34)
Josué, sucesor de Moisés
(Nm 27.12-23)
31
Moisés habló de nuevo a todo Israel, y les dijo:
“Yo tengo ciento veinte años y ya no me quedan fuerzas para andar de un lado a otro. Además el Señor me ha dicho que no cruzaré el Jordán. Pero el Señor vuestro Dios marchará delante de vosotros, y a vuestro paso destruirá estas naciones para que ocupéis su territorio. Josué irá delante de vosotros como jefe, tal como lo ha dicho el Señor. El Señor hará con estas naciones lo mismo que hizo con Sihón y con Og, reyes de los amorreos, y con sus países, los cuales destruyó.a Y cuando el Señor haga que estas naciones caigan en vuestro poder, haréis con ellas todo lo que os he ordenado. Tened valor y firmeza; no tengáis miedo ni os asustéis cuando os enfrentéis con ellas, porque el Señor vuestro Dios está con vosotros y no os dejará ni os abandonará.”
Después llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel:
“Ten valor y firmeza, porque tú tienes que llevar a esta gente al país que el Señor juró a vuestros antepasados que les daría, y tú serás quien les haga tomar posesión. El Señor mismo irá delante de ti y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará.b Por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes.”
Lectura de la ley en el año del perdón de deudasc
Moisés puso esta ley por escrito, y la entregó a los sacerdotes levitas encargados de llevar el arca del pacto del Señor, y a todos los ancianos de Israel, 10 dándoles también esta orden:
“Cada siete años, al llegar el año del perdón de las deudas,d durante la fiesta de las Enramadas,e 11 cuando todos los israelitas se reúnan delantef del Señor vuestro Dios en el lugar que él haya escogido, se leerá esta ley en presencia de todos ellos. 12 Todo el pueblo deberá reunirse, tanto los hombres como las mujeres, y los niños, y los extranjeros que vivan en vuestras ciudades, para que escuchen la lectura de la ley, aprendan a respetar al Señor vuestro Dios y pongan en práctica todo lo que se dice en ella. 13 Así vuestros hijos, que nada saben de ella, podrán también oirla y aprenderán a respetar al Señor vuestro Dios durante toda su vida en el país que vais a ocupar después de cruzar el Jordán.”g
Últimas instrucciones del Señor a Moisés
14 Luego el Señor dijo a Moisés:
“Mira, ya se va acercando la hora de tu muerte. Así pues, llama a Josué y presentaos los dos en la tienda del encuentro, para que yo le dé mis órdenes.”
Moisés y Josué fueron a la tienda del encuentro, 15 y allí se les apareció el Señor en una columna de nubes que se situó sobre la entrada de la tienda. 16 Entonces el Señor dijo a Moisés:
“Ya pronto vas a morir, y este pueblo se corromperáh con los dioses del país extranjero que va a ocupar; entonces me abandonará y romperá el pacto que he hecho con él. 17 Pero mi furor se encenderá contra ellos y los abandonaré; no me preocuparé de ellos para nada,i y serán tantos los males y aflicciones que les vendrán, que dirán finalmente: ‘¿No será que estamos sufriendo estos males porque nuestro Dios ya no está con nosotros?’ 18 Pero cuando llegue ese momento, yo me apartaré de ellos aún más, por todo el mal que habrán hecho y por haber adorado a otros dioses.
19 “Ahora pues, escribid este cántico y enseñádselo a los israelitas, para que lo canten y me sirva de testimonio contra ellos. 20 Porque cuando yo les haya hecho entrar en la tierra que bajo juramento prometí a sus antepasados, una tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y cuando hayan comido hasta estar satisfechos y engordar, entonces se irán tras otros dioses y los adorarán, y a mí me despreciarán y romperán mi pacto. 21 Pero cuando les vengan muchos males y aflicciones, entonces este cántico será un testimonio contra ellos, pues sus descendientes lo recordarán y lo cantarán; porque desde antes de hacerles entrar en el país que les he prometido, sé muy bien hacia dónde se inclinan sus pensamientos.”
22 Aquel mismo día escribió Moisés el cántico,j e hizo que los israelitas lo aprendieran.
23 A Josué, hijo de Nun, el Señor le dio la siguiente orden:k
“Ten valor y firmeza,l porque tú eres quien hará entrar a los israelitas en el país que les he prometido, y yo estaré a tu lado.”
24 Cuando Moisés terminó de escribir estas leyes en un libro, 25 dijo a los levitas encargados de llevar el arca del pacto del Señor:
26 “Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca del pacto del Señor vuestro Dios, para que esté allí como testimonio contra vosotros. 27 Porque yo sé que sois un pueblo rebelde y testarudo; y si hoy, que todavía vivo entre vosotros, os habéis rebelado contra el Señor, ¿qué será después de mi muerte? 28 Traed acá a todos los ancianos y jefes de vuestras tribus, para que yo les hable de estas cosas y ponga al cielo y a la tierra como testigos contra ellos. 29 Porque yo sé que después de mi muerte os vais a corromper y vais a dejar el camino que os he ordenado seguir; y sé también que en el futuro os sobrevendrá la desgracia, por hacer lo malo a los ojos del Señor y provocar con ello su enojo.”
El canto de Moisés
30 Entonces Moisés pronunció este cántico, de principio a fin, ante todos los israelitas reunidos:
32
“Escucha, cielo, que voy a hablar;
atiende, tierra, a mis palabras.

“Mi enseñanza caerá como la lluvia;
mi discurso será como el rocío,
como llovizna sobre la hierba,
como gotas de agua sobre les pastos.

“Proclamaré el nombre del Señor:
¡reconoced la grandeza de nuestro Dios!
Él es nuestro protector,a
sus obras son perfectas,
sus acciones son justas.
Es el Dios de la verdad,
en él no hay injusticia.
¡Él es justo y verdadero!

“Gente malvada y perversa,
que ha ofendido a Dios,
que sois indignos de ser sus hijos,b
¿así es como pagáis al Señor?
Pueblo necio y sin sabiduría,
¿no es él tu padre, tu creador?
¡Él te creó y te dio el ser!

“Vuelve atrás la mirada,
piensa en los tiempos pasados;
pide a tu padre que te lo diga
y a los ancianos que te lo cuenten.
Hubo un tiempo en que el Altísimoc
hizo reparto de hombres y naciones,
y fijó las fronteras de los pueblos.d
Pero tuvo en cuenta a los israelitas,e
pues la herencia del Señor, la gente suya,
es el pueblo de Jacob.
10 Los encontró en el desierto,
en tierras secas y azotadas por el viento;
los envolvió en sus brazos, los instruyó
y los cuidó como a la niña de sus ojos.
11 Como águila que revolotea sobre el nido
y anima a sus polluelos a volar,
así el Señor extendió sus alas
y, tomándolos, los llevó a cuestas.f

12 “El Señor los guió, y nadie más;
¡ningún dios extraño tuvo que ayudarle!
13 Los llevó en marcha triunfalg
por las regiones altas del país.
Los alimentó con los frutos del campo;
de la roca les dio a beber miel,
y del duro pedernal les dio aceite;
14 de sus ganados tuvieron leche y cuajada,
y comieron lo mejor de los corderos,
de los carneros de Basán y de los machos cabríos;
comieron el mejor grano de trigo
y bebieron el vino, la sangre de las uvas.

15 “Pero engordó Jesurúnh y dio coces
(tanto engordó, que brillaba de grasa),
y abandonó a Dios, su creador;
despreció a su protector y salvador.
16 Provocaron los celos y la ira de Dios
al adorar ídolos repugnantes;
17 ofrecieron sacrificios a demonios,i
a dioses falsos que nunca antes conocieron;
dioses nuevos, recién llegados,
a los que jamás vuestros padres dieron culto.

18 “Olvidaste, Israel, a tu padre y protector;
olvidaste al Dios que te dio la vida.
19 Y Dios, lleno de ira al ver esto,
rechazó a sus hijos y a sus hijas,
20 y dijo: ‘Les volveré la espalda,j
¡y a ver en qué van a parar!
Realmente son gente malvada,
hijos en los que no se puede confiar.
21 Me provocan a celosk con un dios que no es dios,
me irritan con sus dioses ilusorios;
¡pues yo los provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo,l
los provocaré a ira con un pueblo que no quiere entender!
22 Mi furor se ha encendido como un fuego
que arderá hasta las regiones más profundas;m
consumirá la tierra y sus frutos,
pondrá fuego a las bases de los montes.
23 Sobre ellos lanzaré todos los males,
contra ellos lanzaré todas mis flechas;
24 morirán de hambre y de fiebre,
una amarga peste los destruirá,
mandaré contra ellos fieras salvajes
y serpientes venenosas.
25 En las calles caerán sus hijos a filo de espada,
y en las casas reinará el espanto;
morirán muchachos y muchachas,
ancianos y niños de pecho.

26 ‘Yo había pensado dispersarlosn
y borrar de la tierra su memoria,
27 pero no quise soportar las burlas del enemigo;
no quise que se jactaran mis adversarios
y que dijeran: No fue el Señor quien hizo esto;
lo hicimos nosotros con nuestro poder.’

28 “Israel es un pueblo que ha perdido el juicio,
¡no tiene entendimiento!
29 Si fueran sabios, lo entenderían;
comprenderían en qué van a parar.
30 ¿Cómo es que uno solo hizo huir a mil?
¿Y cómo es que dos pusieron en fuga a diez mil?
¡Tan solo porque el Señor, su protector,
decidió entregarlos al enemigo!

31 “Bien saben nuestros enemigos
que su protector no puede compararse al nuestro.
32 Ellos son cual viñas podridas,
descendientes de Sodoma y Gomorra,
que producen uvas amargas y venenosas;
33 su vino es veneno de víboras,
¡veneno mortal de serpientes!

34 'Todo esto me lo estoy reservando;
lo estoy guardando como un tesoro,
35 para el díañ en que me vengueo y les dé su merecido,
para cuando llegue el momento de su caída.
Ya está cerca el día de su destrucción,
¡ya se acerca su hora!’

36 “El Señor saldrá en defensa de su pueblo
cuando vea que le faltan las fuerzas;
el Señor se compadecerá de sus siervosp
cuando vea que ya no quedan ni débiles ni fuertes.q
37 Entonces dirá: ‘¿Dónde están sus dioses,
esos protectores en los que confiaban,
38 esos que comían la grasa de sus sacrificios
y bebían el vino que les ofrecían?
¡Que se levanten a ayudarlos!
¡Que vengan a protegerlos!
39 Yo soy el único Dios:
no hay otros dioses fuera de mí.
Yo doy la vida, y la quito;
yo causo la herida, y la curo.
¡No hay quien se libre de mi poder!
40 Levanto mi manor al cielo,
y juro por mi eternidad
41 que cuando afile mi brillante espada
y comience a impartir justicia,
me vengaré de mis enemigos.
¡Daré su merecido a los que me odian!
42 Empaparé en sangre mis flechas,
y mi espada acabará con ellos;
¡sangre de heridos y prisioneros!,
¡de los jefes enemigos, de largas melenas!’

43 “¡Alegraos, naciones, con el pueblo de Dios!s
¡Él vengará la muerte de sus siervos,t
tomará venganza de sus enemigos
y perdonará a su país y a su pueblo!”u
Últimas instrucciones de Moisés
44-45 Moisés se presentó ante todo el pueblo de Israel y, junto con Josué,v hijo de Nun, pronunció este cántico de principio a fin. 46 Después dijo a los israelitas:
“Pensad bien en todo lo que hoy os he dicho, y ordenad a vuestros hijos que pongan en práctica todos los términos de esta ley. 47 Porque no es algo que vosotros podáis tomar a la ligera; esta ley es vida para vosotros, y por ella viviréis más tiempo en la tierra que está al otro lado del río Jordán, de la cual vais a tomar posesión.”
Moisés contempla la Tierra prometida
48 Aquel mismo día, el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
49 “Ve a las montañas de Abarim y sube al monte Nebo, que está en territorio moabita, frente a Jericó, y mira desde allí la tierra de Canaán, la cual voy a dar en propiedad a los israelitas. 50 Allí, en aquel monte al que vas a subir, morirás e irás a reunirte con los tuyos, al igual que tu hermano Aarón, que murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos. 51 Vosotros dos me fuisteis infieles delante de los israelitas, cuando estabais en las aguas de Meribá-cadés, en el desierto de Sin, pues no me honrasteis delante de ellos. 52 Por lo tanto, vas a contemplar desde lejos la tierra que voy a dar a los israelitas, pero no entrarás en ella.”w
33 Moisés bendice a las tribus de Israela
Poco antes de morir, Moisés, hombre de Dios,b bendijo a los israelitas de esta manera:

“El Señor viene del Sinaí;c
desde Seír nos ha alumbrado.
Resplandeció desde los montes de Parán
y avanza desde Meribá-cadés;d
en su derecha nos trae el fuego de la ley.e
El Señor ama a su pueblo,f
protege a los que se consagran a él;
ellos se rinden a sus pies
y reciben órdenes suyas.g
Moisés nos dio la ley
como herencia de la comunidad de Jacob,
y hubo rey en Jesurúnh
al reunirse los jefes del pueblo,
al juntarse las tribus de Israel.”

Acerca de Rubén dijo:i
“¡Viva Rubén! ¡Que no muera,
aunque sean pocos sus hombres!”

Acerca de Judá dijo:
“Señor, escucha la voz de Judá;
haz que se reúna con su pueblo.
Defiéndelo con tu poder;j
ayúdalo contra sus enemigos.”

Acerca de Leví dijo:
“Tuyos son, Señor,k el Tumim y el Urim;l
tuyos y del hombre que te es fiel,
del que pusiste a prueba en Masá,m
con quien reñiste en las aguas de Meribá,n
el que dijo a sus padres: ‘Jamás os he visto’,
y a sus hermanos: ‘Os desconozco’,
y a sus hijos: ‘No sé quiénes sois.’
Ellos cumplen tus palabras,
se han entregado a tu pacto por completo.ñ
10 Instruyen a Jacob, a Israel,
en tus leyes y decretos;
colocan en tu altar, en tu presencia,
incienso y ofrendas de animales.
11 Bendice, Señor, sus esfuerzos,
y recibe con agrado su trabajo.
Quiebra la espalda a sus enemigos,
y que no vuelvan a levantarse los que le odian.”

12 Acerca de Benjamín dijo:
“El amado del Señor vive tranquilo;
el Altísimoo lo protegerá siempre.
¡Vivirá bajo su protección!”p

13 Acerca de José dijo:
“Que el Señor bendiga su tierra
con lo mejor del rocío de los cielos
y del agua que está en lo profundo de la tierra,
14 con las mejores cosechas del año
y los mejores frutos de los meses,
15 con lo principal de los montes antiguos,
con lo mejor de las alturas eternas,
16 con lo mejor de los frutos que llenan la tierra
y con la buena voluntad del que habita en la zarza.q
Venga todo esto sobre José,
que fue escogido entre sus hermanos.
17 Es hermoso como el primer hijo de un toro,
poderoso como un búfalo,r
y corneará a todos los pueblos
hasta los extremos de la tierra.
Tales son las multitudes de Efraín;
tales son los millares de Manasés.”s

18 Acerca de Zabulón e Isacar dijo:
“Alégrate, Zabulón, por tus salidas,t
y tú, Isacar, por tus tiendas de campaña.
19 Llamarán a las naciones al monte,u
y allí ofrecerán los sacrificios requeridos;
disfrutarán de la riqueza de los maresv
y de los tesoros ocultos de las playas.”w x

20 Acerca de Gad dijo:
“¡Bendito el que le da grandes territorios!
Gad se tiende al acecho, como una leona,
y desgarra brazos y cabeza.
21 Gad se quedó con la mejor parte,
con una tierra digna de capitanes.
Entró al frente del pueblo,
cumplió con lo que el Señor exigía
y actuó con justicia en Israel.”y

22 Acerca de Dan dijo:
“Dan es un cachorro de león
que salta desde Basán.”z

23 Acerca de Neftalí dijo:
“Neftalí es bien visto por el Señor,
cuenta con múltiples bendiciones suyas,
¡es dueño del lago hasta su extremo sur!”a

24 Acerca de Aser dijo:
“Sea bendito Aser entre los hijos de Jacob
y bien querido por sus hermanos.
Que empape sus pies en aceite;
25 que tengan sus puertas cerrojos de hierro y bronce,
y que dure su fuerza tanto como su vida.

26 “Nada es comparable al Dios de Jesurún,b
que cabalga con majestad sobre las nubesc del cielo
para venir en tu ayuda.
27 El Dios eterno es tu refugio,
su eterno poder es tu apoyo;d
hizo huir de tu presencia al enemigo,
y a ti te ordenó destruirlo.
28 Israel vivirá confiado;
sus descendientes vivirán en paz.
En sus tierras habrá trigales y viñedos,
y nunca les faltará lluvia del cielo.
29 Dichoso tú, Israel,
¿quién se te puede comparar?
El Señor mismo te ha salvado;
él te protege y te ayuda,
¡él es tu espada victoriosa!
Tus enemigos se rendirán ante ti
y tú aplastarás su orgullo.”e
Muerte y sepultura de Moisés
34
Moisés subió del desierto de Moab al monte Nebo, a la cumbre del monte Pisgá, que está frente a Jericó. Desde allí el Señor le hizo contemplar toda la región de Galaada hasta el territorio de Dan,b las regiones de Neftalí, Efraín y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo, el Négueb,c el valle del Jordán y la llanura de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Sóar.d Y el Señor le dijo:
“Este es el país que yo juré a Abraham, Isaac y Jacobe que daría a sus descendientes. He querido que lo veas con tus propios ojos, aunque no vas a entrar en él.”
Así Moisés, el siervo de Dios,f murió en la tierra de Moab, tal como el Señor lo había dicho,g y fue enterrado en un valle de la región de Moab, frente a Bet-peor,h en un lugar que hasta la fecha nadie conoce. Murió a los ciento veinte años de edad,i habiendo conservado hasta su muerte buena vista y buena salud.
Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en el desierto de Moab, cumpliendo así los días de llanto y luto por su muerte. Y Josué, hijo de Nun, recibió de Moisés sabiduría, pues Moisés puso sus manos sobre él; así que los israelitas le obedecieron e hicieron como el Señor había ordenado a Moisés.j
10 Sin embargo, nunca más hubo en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor hablara cara a cara,k 11 o que hiciera todos los prodigios y maravillas que el Señor le mandó hacer en Egipto contra el faraón, sus funcionarios y todo su país, 12 o que le igualara en poder y en los hechos grandes e importantes que hizo a la vista de todo Israel.

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Última actualización del programa: 7/4/2020