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1 a 10.1 Setenta hijos: número redondo que se refiere en general a todos los varones descendientes del rey Acab (cf. Gn 46.27; Jue 8.30; 9.2; 12.14).
b 10.1 La toma de Jezreel, una residencia secundaria, probablemente veraniega, no era más que un primer paso. El golpe decisivo debía darse en Samaria, la capital del reino, donde podía preverse una posible resistencia.
6 c 10.6 Una vez obtenida la total sumisión de los funcionarios del reino, Jehú estableció sus condiciones. De este modo se ahorraba el odioso trabajo de exterminar personalmente a la familia de su predecesor en el trono.
10 d 10.10 Cf. 1 R 21.21,29.
14 e 10.14 Cuarenta y dos: Véase 2 R 2.24 n.
15 f 10.15 Jonadab hijo de Recab, fue el antepasado de los recabitas, grupo que consideraba contrarias a la voluntad de Dios las prácticas propias de la vida sedentaria, tales como vivir en ciudades y cultivar la tierra. Véase Jer 35.2 n.
16 g 10.16 Verás mi celo por Jehová: expresión característica del profeta Elías (1 R 19.10).
21 h 10.21 Se trata del templo de Baal construido en tiempos de Acab (1 R 16.32).
32 i 10.32 Después de sufrir graves derrotas por parte de los asirios, Hazael, rey de Damasco, rehizo su ejército y arrebató a Israel toda la región de Galaad (cf. v. 33), invadió el propio territorio israelita, e incluso atacó a Jerusalén (2 R 12.17).
33 j 10.33 Estos puntos geográficos designan regiones al este del Jordán. Véase Índice de mapas.
36 k 10.36 El texto bíblico no menciona a los asirios. Sin embargo, un obelisco del rey Salmanasar III (858-824 a.C.) representa a Jehú, a quien llama “hijo de Omri”, pagando tributo, sin duda para evitar una invasión asiria. Este obelisco puede verse actualmente en el Museo Británico en Londres.
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