22
1 a 22.1 Desciende: Esta orden hace suponer que el profeta se encontraba en el recinto del Templo. Véase Jer 26.10 nota e.
2 b 22.2 Que estás sentado sobre el trono de David: expresión que evoca la promesa hecha por el Señor a David (2 S 7.16).
3 c 22.3 Actuad conforme al derecho y la justicia: Véase Sal 72.1-2 n.
d 22.3 Sal 72.4; Is 1.17; Jer 7.6. Sobre el tratamiento de los extranjeros, las viudas y los huérfanos, véase Dt 10.18-19 n.
5 e 22.5 La expresión he jurado, puesta en labios del Señor, es una expresión metafórica que indica el carácter irrevocable de la decisión divina (cf. Sal 110.4). En este sentido, cuando el Señor pronuncia un juramento no puede hacerlo más que por sí mismo ( Gn 22.16; Heb 6.13), por su gran nombre ( Jer 44.26), por su santidad ( Am 4.2; Sal 89.35), o por su misericordia ( Sal 89.49). Cf. Is 62.8.
f 22.5 La amenaza contra la casa real está en correspondencia con el anuncio de la destrucción del Templo ( Jer 7.12-15).
6 g 22.6 Galaad y el Líbano se proponen como símbolos de esplendor y abundancia: el primero, por sus bosques, y el segundo, por sus cedros (cf. Is 2.13; 37.24; Zac 11.1). Véanse Dt 2.36-37 nota t ; 1 R 7.2 n.
9 h 22.8-9 Véase Dt 29.24-28 n.
10 i 22.10-11 Cf. 2 R 23.29-30; 2 Cr 35.20-25.
12 j 22.10-12 Después de la muerte de Josías, su hijo Salum (1 Cr 3.15), llamado también Joacaz, solo pudo reinar tres meses, ya que el faraón Necao lo destituyó y lo llevó prisionero a Egipto (2 R 23.31-34; 2 Cr 36.1-4).
13 k 22.13-19 Joacim (cf. 2 R 23.34; véase Jer 26.1 n.). Acerca del significado del cambio de nombre, véanse Gn 2.19-20 n. y Nombre en la Concordancia temática.
15 m 22.15 ¿Reinarás... rodeas de cedro?: En esta pregunta llena de ironía se resume una de las críticas más severas que los profetas hicieron a los reyes de Israel y de Judá: la grandeza de un gobernante no se manifiesta en el esplendor de sus construcciones, sino en el esfuerzo por instaurar un orden social justo. Cf. 1 S 8, y véase Sal 72.1-2 n.; 101 n. y 101.1 n.
n 22.15 Comió y bebió: La contraposición entre el padre (Josías) y el hijo (Joacim) tiene también algo de ironía: un rey puede comer y beber, es decir, gozar de los placeres comunes de la vida, sin dejar por eso de ser un buen gobernante.
16 ñ 22.16 Nótese la extrema importancia de la verdad expresada en este v. El conocimiento de Dios se identifica concretamente con la defensa del pobre y del oprimido, es decir, con la práctica de la justicia, sobre todo, en favor de los más débiles (cf. Is 58.1-12; Am 2.7; Miq 6.8; Stg 1.22-27). De manera semejante, el NT enseña que solo el que ama conoce a Dios, porque Dios es amor (1 Jn 4.7-8).
19 o 22.18-19 Es imposible saber cómo se cumplió este anuncio profético, ya que los relatos históricos no dicen nada acerca de la sepultura de Joacim (2 R 24.6; 2 Cr 36.8).
20 p 22.20 Basán: Véase Sal 22.12 n.
q 22.20 Hacia todas partes: Heb.: desde Abarim: cadena de montañas al nordeste del Mar Muerto (véase Nm 27.12 n.), en la región de los montes Pisga y Nebo (véase Dt 3.27 n.).
r 22.20 Tus enamorados: Jer 30.14; Lm 1.19. El v. 22, que habla del destierro de los enamorados, parece indicar que estos no son los dioses de Canaán ( Jer 2.20; Os 2.5-13), sino los aliados de Judá en la oposición a Babilonia (cf. Jer 27.1-3).
22 s 22.22 Tus pastores: ( Jer 23.1-2), término con que se designa al rey y a todos los que están investidos de autoridad política o religiosa, como los funcionarios del reino, los sacerdotes y los profetas. La referencia a los pastores parece ser el motivo por el cual se incluyó este oráculo contra Judá en la sección dedicada a los reyes.
23 t 22.23 Cedros: Cf. Jer 22.15.
24 u 22.24-27 Conías, llamado también Joaquín o Jeconías, se rindió ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, y fue llevado al exilio junto con los tesoros del palacio real y del Templo y con un importante sector de la población (2 R 24.8-17). Según 2 R 24.8, había reinado tres meses; según 2 Cr 36.9, tres meses y diez días.
28 v 22.28 Conías: diminutivo de Jeconías.
30 w 22.30 Ninguno de su descendencia... sobre Judá: El sucesor de Jeconías (Joaquín) fue su tío Matanías, que recibió de Nabucodonosor el nombre de Sedequías y reinó desde el año 598 a.C. hasta la caída de Jerusalén en el año 586 (2 R 24.17). Véase Jer 1.3 nota g.
|