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La vida familiar del cristianor
1. Los cónyuges
21 Someteos los unos a los otross por reverencia a Cristo.
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21 r 5.21–6.9 Col 3.18–4.1; 1 P 2.18–3.7. En la literatura de la época era frecuente enumerar los deberes mutuos entre los miembros de una casa o familia, la cual incluía a los esclavos. (Cf., por ej., Eclo 7.18-26.) En los pasajes del NT, la referencia al Señor modifica profundamente tales deberes. Estos giran en torno a tres grupos familiares con relaciones recíprocas: en cada caso se menciona primero a los miembros del grupo que eran tenidos por débiles y necesitados de protección ( esposas, hijos y esclavos), y después a los que se tenían por fuertes ( esposos, padres y amos), los cuales deben mostrar consideración y amor a los primeros. En Ef, se da especial atención a la relación entre esposos; en Col, a la de esclavos y amos. En 1 P, se limita a la relación entre sirvientes (o esclavos) y sus amos, y a la relación entre esposas y esposos. s 5.21 En toda esta sección se indica que la sujeción mutua y voluntaria, nacida del amor, es la base de las relaciones domésticas (cf. Mc 10.44; Gl 5.13; Flp 2.3; 1 P 5.5). La unión entre Cristo y su iglesia da a estas relaciones una nueva dimensión.
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22 Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos como al Señor,t
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22 t 5.22 Col 3.18; cf. 1 Co 14.34; Tit 2.4-5; 1 P 3.1. Estad sujetas: Se trata de una sujeción como la que se indica en el v. 21, basada en el amor recíproco; la idea se amplía en 5.25-33.
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23 porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la iglesia.u Cristo es también el Salvador de la iglesia, que es su cuerpo;
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23 u 5.23-24 Cf. 1 Co 11.3. Aquí se combina la figura de la iglesia como cuerpo, cuya cabeza es Cristo, con la de la iglesia como esposa de Cristo (cf. vs. 23-33). La relación de Cristo con la iglesia se presenta como modelo de la relación entre los esposos (vs. 25-29).
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24 y así como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres deben estar en todo sujetas a sus maridos.
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25 Maridos, amad a vuestras mujeres,v como Cristo amó a la iglesiaw y dio su vida por ella.x
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25 v 5.25 Col 3.19; 1 P 3.7. w 5.25 Cf. 2 Co 11.2; Ap 19.7-8; 21.2,9. x 5.25 Cf. v. 2; Gl 2.20. Como Cristo amó: El amor de Cristo se presenta como la medida ideal del amor del marido a su mujer (véase Ef 5.23-24 n.).
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26 Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabray
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26 y 5.26 Alusión a las costumbres nupciales del Oriente antiguo. Se bañaba y arreglaba cuidadosamente a la novia, antes de presentarla a su esposo. Aquí es Cristo mismo quien purifica a la iglesia con el baño del bautismo y con la palabra salvadora (cf. Jn 15.3). Cf. también Tit 3.5; 1 P 3.21.
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27 para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santificada y perfecta.z
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27 z 5.27 Cnt 4.7; Ef 1.4; Col 1.22.
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28 Así como el marido ama su propio cuerpo, así debe amar también a su mujer. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.
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29 Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia,a
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29 a 5.29 La imagen de la iglesia como esposa y cuerpo de Cristo (vs. 29-30) se apoya en la cita del v. 31.
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30 porque ella es su cuerpo. Y nosotros somos parte de ese cuerpo.b
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30 b 5.30 Ro 12.5; 1 Co 6.15; 12.27; Col 1.18.
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31 Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán como una sola persona.c
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31 c 5.31 Gn 2.24.
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32 Aquí se muestra la grandeza del designio secretod de Dios, un designio que yo estoy refiriendo a Cristo y a la iglesia.e
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32 d 5.32 Designio secreto: Véase Ef 1.9 n. e 5.32 El sentido parece ser que el texto de Gn 2.24 adquiere su significado más profundo cuando se le refiere a la relación entre Cristo y la iglesia, que a su vez es modelo de la relación entre los esposos. |
© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España |
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