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Éxodo 3, 1-8.13-15

Éxodo :Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

Llamamiento de Dios a Moisés
3
Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián. Un día, llevándolas a través del desierto, llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb.a
3
a 3.1 Horeb: monte más conocido con el nombre de Sinaí e identificado tradicionalmente con la montaña que los árabes llaman Yébel Musa, al sur de la península del Sinaí. Sin embargo, su ubicación se discute y se han propuesto otros lugares, como el Yébel Serbal, situado más al oeste, o algún otro monte al noroeste de Arabia. Cf. Ex 19.1-2; Dt 1.2; Gl 4.24-26.
Allí el ángel del Señorb se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés miró atentamente y se dio cuenta de que la zarza ardía en el fuego, pero no se consumía. b 3.2 El ángel (lit. el mensajero o enviado) del Señor no es aquí un ser distinto de Dios (cf. v. 4), sino el mismo Señor en cuanto que se hace presente para comunicar un mensaje. Véase Gn 16.7 nota c.
Entonces pensó: “¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.”
Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, le llamó desde la zarza:
–¡Moisés! ¡Moisés!
–Aquí estoy –contestó Moisés.
Entonces Dios le dijo:
–No te acerques. Y descálzate,c porque el lugar donde estás es sagrado.
c 3.5 Todavía hoy persiste entre los musulmanes la costumbre de quitarse las sandalias, en señal de respeto, antes de entrar en un lugar sagrado.
Y añadió:
–Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.d
Moisés se cubrió la cara,e pues tuvo miedo de mirar a Dios;
d 3.6 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob: El Dios que se revela a Moisés es el mismo que antes se había revelado a los patriarcas (cf. Gn 26.24; 46.3-4). Esta referencia a la historia patriarcal relaciona, una vez más, los relatos de Éxodo con las promesas hechas a los antepasados de Israel (cf. Ex 6.2-3). e 3.6 Se cubrió la cara: Repetidamente se afirma, en el AT, que ningún hombre puede ver a Dios y seguir viviendo (Ex 33.20; Is 6.5; cf. Gn 32.30; Dt 5.24-27; Jue 6.22-23; 13.21-22). En cuanto a la enseñanza del NT, cf. 1 Co 13.12; 1 Jn 3.2.
pero el Señor siguió diciendo:
–Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren.
Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y voy a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua.f Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.g f 3.8 Tierra... donde la leche y la miel corren como el agua: expresión común en el Pentateuco para describir la abundancia y fecundidad de la Tierra prometida. Cf. Dt 8.7-9. g 3.8 Con respecto a los antiguos pobladores de Canaán, véase Gn 10.16-18 n. La lista que aquí se menciona, u otra semejante, se repite casi como un estribillo, por ej., en Ex 13.5; 23.23; 33.2; Dt 7.1; Jos 3.10; 9.1; Jue 3.5.
13 Pero Moisés le respondió:
–El problema es que cuando yo vaya y les diga a los israelitas: ‘El Dios de vuestros antepasadosl me ha enviado a vosotros’, ellos me preguntarán: ‘¿Y cuál es su nombre?’m Entonces, ¿qué podré decirles?
13 l 3.13 El Dios de vuestros antepasados: Cf. Ex 6.3. m 3.13 ¿Cuál es su nombre?: Hablar o actuar en nombre de una persona es asumir su representación y participar de su autoridad (cf. 1 S 17.45; 1 R 21.8; Est 3.12; 8.8). Moisés alega que conocer el nombre personal de Dios es condición necesaria para el cumplimiento de su misión, porque el hecho de poder mencionarlo ante los israelitas era una prueba de que Dios se lo había revelado y le había dado autoridad para hablar y actuar de parte suya.
14 Dios le contestó:
–YO SOY EL QUE SOY.n Tú, pues, dirás a los israelitas: ‘YO SOYñ me ha enviado a vosotros.’
14 n 3.14 YO SOY EL QUE SOY: Esta frase explica el nombre personal del Dios de Israel, Yahvé (véase 3.15 n.) asociándolo al verbo hebreo hayah, que significa “ser”, “existir” y, a veces, también “acontecer”. De esta frase se han dado numerosas interpretaciones, pero no todas merecen la misma atención. Según algunos intérpretes, el mismo verbo, al ser repetido, refuerza su significado y adquiere mayor intensidad, de manera que YO SOY EL QUE SOY equivale a Yo soy el que existe realmente y por sí mismo, no como los falsos dioses que no son ni pueden nada. Otros señalan que la frase puede traducirse también por Yo soy lo que soy y, por lo tanto, se trata de una respuesta evasiva: Yo no doy a conocer mi nombre, porque ninguna palabra sería capaz de expresar lo que yo soy (cf. Gn 32.29; Jue 13.18). Otros, finalmente, hacen notar que el verbo hebreo hayah, a diferencia de nuestro verbo ser, no designa la mera existencia, sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, la frase significa Yo soy el que estaré siempre con vosotros para salvaros. ñ 3.14 Véanse Jn 8.24 n.; Ap 1.4 nota j.
15 Además, Dios dijo a Moisés:
–Di también a los israelitas: ‘El Señor,o el Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a vosotros.’ Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por todos los siglos.
15 o 3.15 El Señor: versión tradicional del nombre propio del Dios de Israel, que en hebreo se escribe con las cuatro consonantes YHWH (de aquí, añadiendo las vocales correspondientes, resulta la forma Yahweh, transcrita habitualmente como Yahvé). Hacia el siglo IV a.C., los judíos dejaron de pronunciar este nombre divino y decían en su lugar Adonai ( el Señor). Esto hizo que la versión griega (LXX) utilizara la palabra Kyrios ( el Señor) en lugar de Yahvé. El texto hebreo pone las vocales de Adonai allí donde se encuentra el nombre YHWH, y esta combinación ha dado origen a la forma Jehová.

© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España

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-ltima actualización del programa: 7/4/2020