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Mejor no tener hijos que tenerlos del pecadoi
13 ¡Dichosa la mujer estérilj
que se ha mantenido irreprochable
y no ha tenido relaciones prohibidas:k
recibirá el premio merecido
cuando el Señor venga a juzgar a los hombres!
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13 i 3.13–4.19 De nuevo se describen las bendiciones de los que se mantienen fieles a Dios. j 3.13 Los hijos se consideraban tradicionalmente como una bendición de Dios (cf. Sal 127.3-5). El autor afirma que, si se vive con rectitud, no tener hijos no es estar privado de las bendiciones de Dios. k 3.13 En la antigüedad, la esterilidad era especialmente deshonrosa para la mujer (cf. Gn 30.22-23; Lc 1.24-25). Pero, para la que lleva una vida recta, no es una deshonra.
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14 ¡Dichoso también el castradol
que nunca cometió ninguna maldad
ni tuvo malos pensamientos contra el Señor:
por su fidelidad recibirá una recompensa especial
y un lugar muy grato en el templo del Señor!
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14 l 3.14 Los castrados (ordinariamente por decisión de otros) estaban excluidos de la comunidad y especialmente del servicio sacerdotal (cf. Dt 23.2; Lv 21.20). Pero ya en Is 56.3b-5 se les anunciaba que podían tener parte en las bendiciones de Dios, si le eran fieles.
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15 El fruto del trabajo honrado es espléndido,
y la raíz del buen juicio no se seca.
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16 Los hijos de los adúlteros no llegan a la madurez;
habiendo nacido de relaciones prohibidas, tendrán mal fin.
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17 Aunque lleguen a viejos, no se les tendrá en cuenta;
y al final, en su vejez, nadie los respetará;
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18 si mueren jóvenes, no tendrán esperanza,
y el día del juicio no tendrán quien los consuele.
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19 A la gente perversa le espera un destino terrible.m
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19 m 3.16-19 Los hijos nacidos de relaciones pecaminosas no son una señal de la bendición de Dios. Aquí se expresa la idea, frecuente sobre todo en el AT, de la solidaridad entre padres e hijos (cf. Ex 20.5-6). En otros lugares se recalcará, en cambio, la responsabilidad personal (cf. Jer 31.29-30; Ez 18). |
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1 Es mejor no tener hijos y tener virtud;a
pues la virtud que deja un buen recuerdo
es una especie de inmortalidad:
Dios y los hombres la aprecian.
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2 Cuando está presente, los hombres la imitan;
cuando está ausente, la echan de menos;
desfila por la eternidad, coronada como vencedora
por haber alcanzado el triunfo
luchando limpiamente por el premio.b
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2 b 4.2 Alusión a los juegos atléticos comunes entre los griegos.
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3 La innumerable familia de los malos no prosperará;
los hijos nacidos del adulterio son como una planta que no echa raíces profundas
ni tiene bases firmes.
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4 Aunque por un tiempo sus ramas reverdezcan,
como no tiene fundamento sólido
será sacudida por el viento
y arrancada por la violencia de los huracanes.
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5 Sus ramas se troncharán antes de tiempo,
su fruto será inútil, no servirá de nada:
no madurará ni podrá comerlo nadie.
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6 Los hijos que nacen de relaciones prohibidas
serán prueba de la perversidad de sus padres
cuando Dios llame a éstos a juicio.
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La muerte prematura del buenoc
7 El bueno, aunque muera antes de tiempo, tendrá descanso,
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7 c 4.7 Estaba generalizada la idea de que la vida larga era una bendición de Dios (Pr 10.27), y la muerte prematura un castigo por el pecado (Job 20.4-11).
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8 pues la vejez que merece respeto
no es la que dura mucho tiempo,
no se mide por el número de años.
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9 La prudencia vale tanto como las canas:
una vida intachable es como una edad avanzada.d
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9 d 4.8-9 Job 32.9.
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10 El bueno agradó a Dios, y Dios lo amó;
vivía entre pecadores, y Dios se lo llevó;e
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10 e 4.10 Gn 5.21-24.
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11 lo arrebató para que el mal no pervirtiera su mente,
para que el error no sedujera su alma,
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12 pues, como un hechizo, la maldad oscurece el bien
y el vértigo de la pasión pervierte al espíritu inocente.
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13 Él consiguió en poco tiempo
la perfección que se logra en muchos años.
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14 Como su alma era agradable a Dios,
Dios se apresuró a sacarle de la maldad.
La gente ve esto pero no lo entiende;
no comprende
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15 que aquellos a quienes Dios ha escogido
gozan de su amor y su misericordia,
y que él vela por su pueblo santo.
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16 El bueno que muere condena a los malos que todavía viven,
y la juventud que pronto llega a la perfección
condena a la prolongada vejez del malvado.
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17 La gente verá la muerte del sabio
y no comprenderá lo que el Señor quería de él
ni por qué lo puso en un lugar seguro.
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18 Lo mirarán y lo despreciarán,
pero el Señor se reirá de ellos.f
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18 f 4.18 Sal 37.13; 59.8.
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19 Cuando ellos mueran, nadie les rendirá honores,
y serán despreciados para siempre entre los muertos.
Sin dejarlos hablar, el Señor los lanzará de cabeza,
los arrancará de sus cimientos
y los arruinará completamente.
Estarán llenos de angustia
y no quedará recuerdo de ellos.
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© 2002 Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España |
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